PARSHAT VAIETZE
Iaakov parte de Beer Sheva hacia Jarán. El
sueño de Ia escalera
28:10 וַ·יֵּצֵ֥א vai·ye·Tze יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko מִ·בְּאֵ֣ר mib·be·'Er שָׁ֑בַע Sha·va'; וַ·יֵּ֖לֶךְ vai·Ye·lech חָרָֽנָ·ה׃ cha·Ra·nah.
Iaacov salió de Beer Sheva y fue hacia Jarán. (Iaacov
permaneció en Jarán 20 años. Pero previamente estuvo 14 años en la Casa de
Estudios de Shem y Ever, preparándose espiritualmente para la inclemencia de su
destierro personal).
28:11 וַ·יִּפְגַּ֨ע
vai·yif·Ga' בַּ·מָּק֜וֹם bam·ma·Kom וַ·יָּ֤לֶן vai·Ya·len שָׁם֙
sham כִּי־ ki- בָ֣א
va הַ·שֶּׁ֔מֶשׁ hash·She·mesh, וַ·יִּקַּח֙
vai·yik·Kach מֵ·אַבְנֵ֣י me·'av·Nei הַ·מָּק֔וֹם ham·ma·Kom, וַ·יָּ֖שֶׂם
vai·Ya·sem מְרַֽאֲשֹׁתָ֑י·ו me·ra·'a·sho·Tav; וַ·יִּשְׁכַּ֖ב vai·yish·Kav בַּ·מָּק֥וֹם
bam·ma·Kom הַ·הֽוּא׃ ha·Hu.
Encontró el lugar y pasó allí la noche porque se
había puesto el sol. (El lugar alude al Monte Moriá, sobre el que está
escrito: «Vio el lugar -el Monte Moriá- desde lejos» -Gén. 22:4)
Tomó de las piedras del lugar, las puso alrededor de su cabeza y se acostó en
aquel lugar.
28:12 וַֽ·יַּחֲלֹ֗ם
vai·ya·cha·Lom, וְ·הִנֵּ֤ה ve·hin·Neh סֻלָּם֙ sul·Lam מֻצָּ֣ב
mutz·Tzav אַ֔רְצָ·ה 'Ar·tzah, וְ·רֹאשׁ֖·וֹ ve·ro·Sho מַגִּ֣יעַ
mag·Gi·a' הַ·שָּׁמָ֑יְמָ·ה hash·sha·Ma·ye·mah; וְ·הִנֵּה֙ ve·hin·Neh מַלְאֲכֵ֣י
mal·'a·Chei אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, עֹלִ֥ים 'o·Lim וְ·יֹרְדִ֖ים
ve·yo·re·Dim בּֽ·וֹ׃ bo.
Entonces tuvo un sueño: Resulta que una escalera estaba apoyada en la tierra y su extremo superior llegaba al cielo. Y los ángeles de Elohim subían y bajaban por ella. (La escalera simboliza la unión del hombre con יהוה.)
28:13 וְ·הִנֵּ֨ה
ve·hin·Neh יְהוָ֜ה A·do·Nai נִצָּ֣ב nitz·Tzav עָלָי·ו֮
'a·Lav וַ·יֹּאמַר֒ vai·yo·Mar אֲנִ֣י 'a·Ni יְהוָ֗ה
A·do·Nai אֱלֹהֵי֙ 'e·lo·Hei אַבְרָהָ֣ם 'av·ra·Ham אָבִ֔י·ךָ
'a·Vi·cha, וֵ·אלֹהֵ֖י ve·lo·Hei יִצְחָ֑ק yitz·Chak; הָ·אָ֗רֶץ
ha·'A·retz, אֲשֶׁ֤ר 'a·Sher אַתָּה֙ 'at·Tah שֹׁכֵ֣ב
sho·Chev עָלֶ֔י·הָ 'a·Lei·ha, לְ·ךָ֥ le·Cha אֶתְּנֶ֖·נָּה
'et·te·Nen·nah וּ·לְ·זַרְעֶֽ·ךָ׃
u·le·zar·'E·cha.
Y resulta que יהוה
estaba junto a él, y dijo: “Yo soy יהוה,
Elohim de Abraham, tu ancestro; y Elohim de Itzjak; la tierra sobre la que
estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
28:14 וְ·הָיָ֤ה
ve·ha·Yah זַרְעֲ·ךָ֙ zar·'a·Cha כַּ·עֲפַ֣ר ka·'a·Far הָ·אָ֔רֶץ
ha·'A·retz, וּ·פָרַצְתָּ֛ u·fa·ratz·Ta יָ֥מָּ·ה Yam·mah וָ·קֵ֖דְמָ·ה
va·Ke·de·mah וְ·צָפֹ֣נָ·ה ve·tza·Fo·nah וָ·נֶ֑גְבָּ·ה va·Neg·bah; וְ·נִבְרֲכ֥וּ ve·niv·ra·Chu בְ·ךָ֛
ve·Cha כָּל־ kol- מִשְׁפְּחֹ֥ת
mish·pe·Chot הָ·אֲדָמָ֖ה ha·'a·da·Mah וּ·בְ·זַרְעֶֽ·ךָ׃ u·ve·zar·'E·cha.
Tu descendencia será como el polvo de la tierra. Te extenderás hacia el oeste y hacia el este y hacia el norte y hacia el sur; a través de ti y de tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”.
28:15 וְ·הִנֵּ֨ה
ve·hin·Neh אָנֹכִ֜י 'a·no·Chi עִמָּ֗·ךְ 'im·Mach, וּ·שְׁמַרְתִּ֙י·ךָ֙
u·she·mar·Ti·cha בְּ·כֹ֣ל be·Chol אֲשֶׁר־ 'a·Sher- תֵּלֵ֔ךְ
te·Lech, וַ·הֲשִׁ֣בֹתִ֔י·ךָ va·ha·Shi·vo·Ti·cha, אֶל־ 'el- הָ·אֲדָמָ֖ה
ha·'a·da·Mah הַ·זֹּ֑את haz·Zot; כִּ֚י ki לֹ֣א
lo אֶֽעֱזָבְ·ךָ֔ 'e·'e·za·ve·Cha, עַ֚ד 'ad אֲשֶׁ֣ר
'a·Sher אִם־ 'im- עָשִׂ֔יתִי
'a·Si·ti, אֵ֥ת 'et אֲשֶׁר־
'a·Sher- דִּבַּ֖רְתִּי dib·Bar·ti לָֽ·ךְ׃ Lach.
“Mira, Yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas, y te haré retornar a esta tierra pues no te dejaré hasta haber cumplido todo lo que he prometido para ti”. (tú -y no Esav- eres el beneficiario de las bendiciones que le di a la descendencia de Abraham.)
28:16 וַ·יִּיקַ֣ץ
vai·yi·Katz יַעֲקֹב֮ ya·'a·Ko מִ·שְּׁנָת·וֹ֒ mish·she·na·To וַ·יֹּ֕אמֶר
vai·Yo·mer אָכֵן֙ 'a·Chen יֵ֣שׁ yesh יְהוָ֔ה
A·do·Nai, בַּ·מָּק֖וֹם bam·ma·Kom הַ·זֶּ֑ה haz·Zeh; וְ·אָנֹכִ֖י
ve·'a·no·Chi לֹ֥א lo יָדָֽעְתִּי׃ ya·Da·'e·ti.
Iaacov despertó de su sueño y dijo: “¡Realmente יהוה está en este lugar, y yo no lo sabía!” (Alegóricamente: Los más elevados niveles espirituales sólo podrás lograrlos por medio de un genuino estado de autoanulación, hasta el punto de «Yo, no lo sabía», en el sentido de «Yo, no existo». Esto es, desarraigando por completo el ego de tu personalidad. Sólo así llegarás a reconocer y a ver que «יהוה está en este lugar», que la energía divina realmente permea la materia para transformarse en su sustento. Pues sólo la anulación del ego tiene el don de abrir las puertas al más elevado nivel de espiritualidad).
28:17 וַ·יִּירָא֙
vai·yi·Ra וַ·יֹּאמַ֔ר vai·yo·Mar, מַה־ mah- נּוֹרָ֖א
no·Ra הַ·מָּק֣וֹם ham·ma·Kom הַ·זֶּ֑ה haz·Zeh; אֵ֣ין
'ein זֶ֗ה Zeh, כִּ֚י
ki אִם־ 'im- בֵּ֣ית
beit אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, וְ·זֶ֖ה
ve·Zeh שַׁ֥עַר Sha·'ar הַ·שָּׁמָֽיִם׃
hash·sha·Ma·yim.
Temió y dijo: “¡Qué impresionante es este lugar! No es
ésta sino la Casa de Elohim. Es la Puerta del Cielo.”
28:18 וַ·יַּשְׁכֵּ֨ם
vai·yash·Kem יַעֲקֹ֜ב ya·'a·Ko בַּ·בֹּ֗קֶר bab·Bo·ker, וַ·יִּקַּ֤ח
vai·yik·Kach אֶת־ 'et- הָ·אֶ֙בֶן֙ ha·'E·ven אֲשֶׁר־
'a·Sher- שָׂ֣ם sam מְרַֽאֲשֹׁתָ֔י·ו
me·ra·'a·sho·Tav, וַ·יָּ֥שֶׂם vai·Ya·sem אֹתָ֖·הּ 'o·Tah מַצֵּבָ֑ה
matz·tze·Vah; וַ·יִּצֹ֥ק vai·yi·Tzok שֶׁ֖מֶן She·men עַל־
'al- רֹאשָֽׁ·הּ׃ ro·Shah.
Por la mañana Iaacov se levantó temprano, tomó la piedra
que había puesto a su cabecera, la erigió como monumento y vertió aceite sobre
su ápice.
28:19 וַ·יִּקְרָ֛א
vai·yik·Ra אֶת־ 'et- שֵֽׁם־
shem- הַ·מָּק֥וֹם ham·ma·Kom הַ·ה֖וּא ha·Hu בֵּֽית־
beit- אֵ֑ל 'El; וְ·אוּלָ֛ם
ve·'u·Lam ל֥וּז luz שֵׁם־
shem- הָ·עִ֖יר ha·'Ir לָ·רִאשֹׁנָֽה׃
la·ri·sho·Nah.
Llamó aquel lugar Bet El, aunque originalmente el nombre
de la ciudad era Luz.
28:20 וַ·יִּדַּ֥ר
vai·yid·Dar יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko נֶ֣דֶר Ne·der לֵ·אמֹ֑ר
le·Mor; אִם־ 'im- יִהְיֶ֨ה
yih·Yeh אֱלֹהִ֜ים E·lo·Him עִמָּדִ֗·י 'im·ma·Di, וּ·שְׁמָרַ֙·נִי֙
u·she·ma·Ra·ni בַּ·דֶּ֤רֶךְ bad·De·rech הַ·זֶּה֙ haz·Zeh אֲשֶׁ֣ר
'a·Sher אָנֹכִ֣י 'a·no·Chi הוֹלֵ֔ךְ ho·Lech, וְ·נָֽתַן־
ve·na·tan- לִ֥·י li לֶ֛חֶם Le·chem לֶ·אֱכֹ֖ל le·'e·Chol וּ·בֶ֥גֶד u·Ve·ged לִ·לְבֹּֽשׁ׃
lil·Bosh.
Iaacov hizo una promesa, diciendo: “Si Elohim ha de estar
conmigo y ha de protegerme en este camino que estoy recorriendo, si ha de darme
pan para comer y ropa para vestir,
28:21 וְ·שַׁבְתִּ֥י
ve·shav·Ti בְ·שָׁל֖וֹם ve·sha·Lom אֶל־ 'el- בֵּ֣ית
beit אָבִ֑·י 'a·Vi; וְ·הָיָ֧ה ve·ha·Yah יְהוָ֛ה
A·do·Nai לִ֖·י li לֵ·אלֹהִֽים׃
le·lo·Him.
si he de retornar en paz a la casa de mi padre, y si יהוה ha de ser mi Elohim (si Él va a hacer que
Su Nombre repose sobre mí);
28:22 וְ·הָ·אֶ֣בֶן
ve·ha·'E·ven הַ·זֹּ֗את haz·Zot, אֲשֶׁר־ 'a·Sher- שַׂ֙מְתִּי֙
sam·ti מַצֵּבָ֔ה matz·tze·Vah, יִהְיֶ֖ה yih·Yeh בֵּ֣ית
beit אֱלֹהִ֑ים E·lo·Him; וְ·כֹל֙
ve·Chol אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher תִּתֶּן־
tit·ten- לִ֔·י Li, עַשֵּׂ֖ר
'as·Ser אֲעַשְּׂרֶ֥·נּוּ 'a·'as·se·Ren·nu לָֽ·ךְ׃ Lach.
entonces, esta piedra que he erigido como monolito, será
la Casa de Elohim (allí era el lugar donde posteriormente se construiría el
Templo). Y de todo lo que me dieses, te daré -en efecto- la décima parte”.
Nota al vers. 10: Beer Sheva: ciudad ubicada en el sur de Israel. Jarán:
antigua ciudad, ubicada en la Mesopotamia asiática, en el norte de Siria,
muy próxima a la frontera con Turquía.
Nota al vers. 10: “Iaacov salió de Beer
Sheva y fue hacia Jarán”: Jarán
representa el bajo mundo, en contraposición al estado ideal de espiritualidad
representado por el concepto Israel. Iaakov, el alma, sabe que si bien su meta
es Israel, no obstante debe abandonar el abrigo de la casa paterna y descender
al mundo físico, el bajo mundo, para ejercer su influencia positiva sobre él.
El objetivo final, más que el descanso al amparo de la armonía de los valores espirituales,
es ante todo nutrirse de los mismos para salir e iluminar el mundo circundante.
Nota al vers. 11: “Pasó la noche allí porque se había puesto el sol”: La paráfrasis del versículo debió haber sido «Se había puesto el sol y por ello pasó la noche allí». Del hecho de que el versículo altera el orden normal de las cláusulas para exponer «Pasó la noche allí porque se había puesto el sol» los Sabios derivan que יהוה provocó que el sol se pusiera repentinamente, para que Iaacov se quedase a pernoctar en ese sagrado lugar.
Nota al vers. 18: “Tomó la piedra que había puesto a su cabecera”: Indica el verso «Tomó la piedra», en singular, mientras que anteriormente, en el vers. 11 expone «Tomó de las piedras del lugar», en plural.
CAPITULO 29
Iaacov encuentra a Rajel
29:1 וַ·יִּשָּׂ֥א vai·yis·Sa יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko רַגְלָ֑י·ו rag·Lav; וַ·יֵּ֖לֶךְ vai·Ye·lech אַ֥רְצָ·ה 'Ar·tzah בְנֵי־ ve·nei- קֶֽדֶם׃ Ke·dem.
Entonces Iaacov levantó sus pies (se levantó motivado) y fue hacia la tierra de los orientales.
29:2 וַ·יַּ֞רְא
vai·Yar וְ·הִנֵּ֧ה ve·hin·Neh בְאֵ֣ר ve·'Er בַּ·שָּׂדֶ֗ה
bas·sa·Deh, וְ·הִנֵּה־ ve·hin·neh- שָׁ֞ם sham שְׁלֹשָׁ֤ה
she·lo·Shah עֶדְרֵי־ 'ed·rei- צֹאן֙ tzoN רֹבְצִ֣ים
roe·Tzim עָלֶ֔י·הָ 'a·Lei·ha, כִּ֚י ki מִן־
min- הַ·בְּאֵ֣ר hab·be·'Er הַ·הִ֔וא
ha·Hiv, יַשְׁק֖וּ yash·Ku הָ·עֲדָרִ֑ים ha·'a·da·Rim; וְ·הָ·אֶ֥בֶן
ve·ha·'E·ven גְּדֹלָ֖ה ge·do·Lah עַל־ 'al- פִּ֥י
pi הַ·בְּאֵֽר׃ hab·be·'Er.
Miró, ¡y... había un pozo en el campo! ¡Y allí, tres rebaños de ovejas que yacían junto a él!, pues de aquel pozo abrevaban los rebaños. La piedra que estaba sobre la boca del pozo era grande. (Es llamativo que las mujeres estén siempre junto a un pozo de agua. Eliezer encontró a Rivká junto a un pozo, también Moshé encontró a su esposa junto a un pozo de agua y Miriam era el sustento espiritual del manantial de agua que abastecía a los israelitas en su travesía por el desierto. Así como el factor masculino de la persona es la inspiración chispeante como el fuego, el factor femenino es el razonamiento frío como el agua).
29:3 וְ·נֶאֶסְפוּ־
ve·ne·'es·fu- שָׁ֣מָּ·ה Sham·mah כָל־ chol הָ·עֲדָרִ֗ים
ha·'a·da·Rim, וְ·גָלֲל֤וּ ve·ga·la·Lu אֶת־ 'et- הָ·אֶ֙בֶן֙
ha·'E·ven מֵ·עַל֙ me·'Al פִּ֣י pi הַ·בְּאֵ֔ר hab·be·'Er, וְ·הִשְׁק֖וּ ve·hish·Ku אֶת־
'et- הַ·צֹּ֑אן hatz·Tzon; וְ·הֵשִׁ֧יבוּ
ve·he·Shi·vu אֶת־ 'et- הָ·אֶ֛בֶן ha·'E·ven עַל־
'al- פִּ֥י pi הַ·בְּאֵ֖ר
hab·be·'Er לִ·מְקֹמָֽ·הּ׃ lim·ko·Mah.
Cuando todos los rebaños se reunían allí, (los pastores) hacían rodar la piedra de la boca del pozo y abrevaban el ganado; y (luego) reubicaban la piedra sobre la boca del pozo, en su lugar.
29:4 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer לָ·הֶם֙ la·Hem יַעֲקֹ֔ב ya·'a·Ko, אַחַ֖·י 'a·Chai מֵ·אַ֣יִן me·'A·yin אַתֶּ֑ם
'at·Tem; וַ·יֹּ֣אמְר֔וּ vai·Yo·me·Ru, מֵ·חָרָ֖ן me·cha·Ran אֲנָֽחְנוּ׃
'a·Na·che·nu.
Entonces les dijo Iaacov: “Hermanos míos, ¿de dónde son Uds.?” Y ellos contestaron: “Somos de Jarán”.
29:5 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לָ·הֶ֔ם la·Hem, הַ·יְדַעְתֶּ֖ם hay·da'·Tem אֶת־
'et- לָבָ֣ן la·Van בֶּן־
ben- נָח֑וֹר na·Chor; וַ·יֹּאמְר֖וּ
vai·yo·me·Ru יָדָֽעְנוּ׃ ya·Da·'e·nu.
Les preguntó: “¿Conocen a Labán, hijo de Najor?” “¡Lo conocemos!”,
respondieron”
29:6 וַ·יֹּ֥אמֶר
vai·Yo·mer לָ·הֶ֖ם la·Hem הֲ·שָׁל֣וֹם ha·sha·Lom ל֑·וֹ
lo; וַ·יֹּאמְר֣וּ vai·yo·me·Ru שָׁל֔וֹם sha·Lom, וְ·הִנֵּה֙
ve·hin·Neh רָחֵ֣ל ra·Chel בִּתּ֔·וֹ bit·To, בָּאָ֖ה
ba·'Ah עִם־ 'im- הַ·צֹּֽאן׃
hatz·Tzon.
Les preguntó: “¿Está bien?” Y dijeron: “(Sí, está) bien. Mira, su hija Rajel está viniendo con el ganado”.
29:7 וַ·יֹּ֗אמֶר
vai·Yo·mer, הֵ֥ן hen עוֹד֙ 'Od הַ·יּ֣וֹם hai·Yom גָּד֔וֹל ga·Dol, לֹא־
lo- עֵ֖ת 'et הֵאָסֵ֣ף
he·'a·Sef הַ·מִּקְנֶ֑ה ham·mik·Neh; הַשְׁק֥וּ hash·Ku הַ·צֹּ֖אן hatz·Tzon וּ·לְכ֥וּ
u·le·Chu רְעֽוּ׃ re·'U.
Les dijo (Iaacov): “Miren, todavía el día es largo. No es
momento aún de recoger el ganado. Abreven al rebaño y vayan a apacentarlo”.
29:8 וַ·יֹּאמְרוּ֮
vai·yo·me·Ru לֹ֣א lo נוּכַל֒ nu·Chal עַ֣ד 'ad אֲשֶׁ֤ר 'a·Sher יֵאָֽסְפוּ֙ ye·'a·se·Fu כָּל־ kol- הָ֣·עֲדָרִ֔ים
ha·'a·da·Rim, וְ·גָֽלֲלוּ֙ ve·ga·la·Lu אֶת־ 'et- הָ·אֶ֔בֶן
ha·'E·ven, מֵ·עַ֖ל me·'Al פִּ֣י pi הַ·בְּאֵ֑ר hab·be·'Er; וְ·הִשְׁקִ֖ינוּ ve·hish·Ki·nu הַ·צֹּֽאן׃
hatz·Tzon.
Ellos respondieron: “No podemos hacerlo hasta que se
junten todos los rebaños y (los pastores) hagan rodar la piedra de la boca del
pozo para que abrevemos el ganado.”
29:9 עוֹדֶ֖·נּוּ
o·Den·nu מְדַבֵּ֣ר me·dab·Ber עִמָּ֑·ם 'im·Mam; וְ·רָחֵ֣ל ׀
ve·ra·Chel בָּ֗אָה Ba·'ah, עִם־ 'im- הַ·צֹּאן֙
hatz·tzoN אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher לְ·אָבִ֔י·הָ le·'a·Vi·ha, כִּ֥י
ki רֹעָ֖ה ro·'Ah הִֽוא׃
hi
Mientras él (Iaacov) estaba hablando con ellos, vino
Rajel con el ganado de su padre, pues ella era pastora.
29:10 וַ·יְהִ֡י
vay·Hi כַּ·אֲשֶׁר֩ ka·'a·Sher רָאָ֨ה ra·'Ah יַעֲקֹ֜ב
ya·'a·Ko אֶת־ 'et- רָחֵ֗ל
ra·Chel, בַּת־ bat- לָבָן֙
la·Van אֲחִ֣י 'a·Chi אִמּ֔·וֹ
im·Mo, וְ·אֶת־ ve·'Et צֹ֥אן
tzon לָבָ֖ן la·Van אֲחִ֣י
'a·Chi אִמּ֑·וֹ im·Mo; וַ·יִּגַּ֣שׁ
vai·yig·Gash יַעֲקֹ֗ב ya·'a·Ko, וַ·יָּ֤גֶל vai·Ya·gel אֶת־
'et- הָ·אֶ֙בֶן֙ ha·'E·ven מֵ·עַל֙
me·'Al פִּ֣י pi הַ·בְּאֵ֔ר
hab·be·'Er, וַ·יַּ֕שְׁקְ vai·Yashk אֶת־ 'et- צֹ֥אן
tzon לָבָ֖ן la·Van אֲחִ֥י
'a·Chi אִמּֽ·וֹ׃ im·Mo.
Cuando Iaacov vio a Rajel, hija de Labán, hermano de su madre; y al ganado de Labán, hermano de su madre, se acercó Iaacov e hizo rodar la piedra de la boca del pozo y abrevó el ganado de Labán, hermano de su madre.
29:11 וַ·יִּשַּׁ֥ק
vai·yish·Shak יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko לְ·רָחֵ֑ל le·ra·Chel; וַ·יִּשָּׂ֥א
vai·yis·Sa אֶת־ 'et- קֹל֖·וֹ
ko·Lo וַ·יֵּֽבְךְּ׃ vai·Ye·vek.
Iaacov besó a Rajel, levantó su voz y lloró. (Lloró porque no tenía joyas para regalarle, pues cuando Esav le ordenó a su hijo Elifaz que lo matara, al darle alcance a Iaacov no quiso asesinarlo, pero tampoco quería desobedecer la orden de su padre. Entonces Iaacov le dio una solución a Elifaz: “te entrego todo lo que tengo y es como que me mataste pues un desposeído es como que está muerto”).
29:12 וַ·יַּגֵּ֨ד
vai·yag·Ged יַעֲקֹ֜ב ya·'a·Ko לְ·רָחֵ֗ל le·ra·Chel, כִּ֣י
ki אֲחִ֤י 'a·Chi אָבִ֙י·הָ֙
'a·Vi·ha ה֔וּא Hu, וְ·כִ֥י
ve·Chi בֶן־ ven- רִבְקָ֖ה
riv·Kah ה֑וּא Hu; וַ·תָּ֖רָץ
vat·Ta·rotz וַ·תַּגֵּ֥ד vat·tag·Ged לְ·אָבִֽי·הָ׃ le·'a·Vi·ha.
Iaacov le dijo a Rajel que era pariente de su padre y que
era hijo de Rivká. Entonces ella corrió y le contó a su padre. (Lit. no dice ‘pariente’,
sino ‘hermano’).
29:13 וַ·יְהִי֩
vay·Hi כִ·שְׁמֹ֨עַ chish·Mo·a' לָבָ֜ן la·Van אֶת־
'et- שֵׁ֣מַע ׀ She·ma' יַעֲקֹ֣ב
ya·'a·Ko בֶּן־ ben- אֲחֹת֗·וֹ
a·cho·To, וַ·יָּ֤רָץ vai·Ya·rotz לִ·קְרָאת·וֹ֙ lik·ra·To וַ·יְחַבֶּק־
vay·chab·bek- ל·וֹ֙ lo וַ·יְנַשֶּׁק־ vay·nash·shek- ל֔·וֹ
lo, וַ·יְבִיאֵ֖·הוּ vay·vi·'E·hu אֶל־ 'el- בֵּית֑·וֹ
bei·To; וַ·יְסַפֵּ֣ר vay·sap·Per לְ·לָבָ֔ן le·la·Van, אֵ֥ת
'et כָּל־ kol- הַ·דְּבָרִ֖ים
had·de·va·Rim הָ·אֵֽלֶּה׃ ha·'El·leh.
Cuando Labán escuchó las noticias de Iaacov, hijo de su hermana, corrió a su encuentro y lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa; entonces le contó a Labán todas esos acontecimientos. (Labán lo besó y lo abrazó para palparlo a ver si tenía joyas consigo).
29:14 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer ל·וֹ֙ lo לָבָ֔ן la·Van, אַ֛ךְ 'ach עַצְמִ֥·י 'atz·Mi וּ·בְשָׂרִ֖·י
u·ve·sa·Ri אָ֑תָּה 'At·tah; וַ·יֵּ֥שֶׁב vai·Ye·shev עִמּ֖·וֹ
im·Mo חֹ֥דֶשׁ Cho·desh יָמִֽים׃
ya·Mim.
Labán le dijo: “¡No obstante, eres mi propia carne y sangre! (Iaacov) se quedó con él por espacio de un mes. (“Aunque no tengas joyas contigo, no obstante eres mi pariente y debo darte alojamiento”. Pero no se lo dio gratis — lo hizo trabajar con sus rebaños. Iaacov aceptó permanecer un mes en esa casa, en la que reinaba un ambiente espiritual perjudicial, opuesto al suyo, para constatar personalmente el grado de reverencia de Rajel a יהוה ). (En hebreo, “mes” se dice jodesh, que significa “renovación” en alusión a la renovación cíclica de las fases lunares).
29:15 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer לָבָן֙ la·Van לְ·יַעֲקֹ֔ב le·ya·'a·Ko, הֲ·כִי־
ha·chi- אָחִ֣·י 'a·Chi אַ֔תָּה
'At·tah, וַ·עֲבַדְתַּ֖·נִי va·'a·vad·Ta·ni חִנָּ֑ם chin·Nam; הַגִּ֥ידָ·ה
hag·Gi·dah לִּ֖·י li מַה־ mah- מַּשְׂכֻּרְתֶּֽ·ךָ׃
mas·kur·Te·cha.
Labán le dijo a Iaacov: “¿Acaso porque eres mi pariente
me servirás gratuitamente?; dime cuánto debe ser tu pago.”
29:16 וּ·לְ·לָבָ֖ן
u·le·la·Van שְׁתֵּ֣י she·Tei בָנ֑וֹת va·Not; שֵׁ֤ם
shem הַ·גְּדֹלָה֙ hag·ge·do·Lah לֵאָ֔ה le·'Ah, וְ·שֵׁ֥ם
ve·Shem הַ·קְּטַנָּ֖ה hak·ke·tan·Nah רָחֵֽל׃ ra·Chel.
Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Leá y el
nombre de la menor, Rajel.
29:17 וְ·עֵינֵ֥י
ve·'ei·Nei לֵאָ֖ה le·'Ah רַכּ֑וֹת rak·Kot; וְ·רָחֵל֙ ve·ra·Chel הָֽיְתָ֔ה ha·ye·Tah, יְפַת־
ye·fat- תֹּ֖אַר To·'ar וִ·יפַ֥ת
vi·Fat מַרְאֶֽה׃ mar·'Eh.
Los ojos de Leá eran melancólicos. Rajel era hermosa de
cara y de figura. (Lea estaba apenada porque dado que ella era la mayor pensaba
que debería casarse con el mayor de los hermanos, o sea con Esav).
29:18 וַ·יֶּאֱהַ֥ב
vai·ye·'e·Hav יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko אֶת־ 'et- רָחֵ֑ל
ra·Chel; וַ·יֹּ֗אמֶר vai·Yo·mer, אֶֽעֱבָדְ·ךָ֙ 'e·'e·va·de·Cha שֶׁ֣בַע
She·va' שָׁנִ֔ים sha·Nim, בְּ·רָחֵ֥ל be·ra·Chel בִּתְּ·ךָ֖
bit·te·Cha הַ·קְּטַנָּֽה׃ hak·ke·tan·Nah.
Iaacov quería a Rajel; y dijo: “Trabajaré para ti 7 años
por tu hija menor, Rajel”.
29:19 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לָבָ֗ן la·Van, ט֚וֹב Tov תִּתִּ֣·י
tit·Ti אֹתָ֣·הּ 'o·Tah לָ֔·ךְ
Lach, מִ·תִּתִּ֥·י mit·tit·Ti אֹתָ֖·הּ 'o·Tah לְ·אִ֣ישׁ
le·'Ish אַחֵ֑ר 'a·Cher; שְׁבָ֖·ה
she·Vah עִמָּדִֽ·י׃ 'im·ma·Di.
Labán respondió: “Mejor es que te la dé a ti antes que a
otro. Quédate conmigo.”
29:20 וַ·יַּעֲבֹ֧ד
vai·ya·'a·Vod יַעֲקֹ֛ב ya·'a·Ko בְּ·רָחֵ֖ל be·ra·Chel שֶׁ֣בַע
She·va' שָׁנִ֑ים sha·Nim; וַ·יִּהְי֤וּ vai·yih·Yu בְ·עֵינָי·ו֙
ve·'ei·Nav כְּ·יָמִ֣ים ke·ya·Mim אֲחָדִ֔ים 'a·cha·Dim, בְּ·אַהֲבָת֖·וֹ
be·'a·ha·va·To אֹתָֽ·הּ׃ 'o·Tah.
Iaacov trabajó por Rajel 7 años, que a sus ojos fueron
como unos pocos días por su amor a ella.
29:21 וַ·יֹּ֨אמֶר
vai·Yo·mer יַעֲקֹ֤ב ya·'a·Ko אֶל־ 'el- לָבָן֙
la·Van הָבָ֣·ה ha·Vah אֶת־
'et- אִשְׁתִּ֔·י 'ish·Ti, כִּ֥י ki מָלְא֖וּ
mal·'U יָמָ֑·י ya·Mai; וְ·אָב֖וֹאָה
ve·'a·Vo·'ah אֵלֶֽי·הָ׃ 'e·Lei·ha.
Entonces Iaacov le dijo a Labán: “Dame mi mujer que se ha
cumplido mi plazo y consumaré el matrimonio con ella.” (Iaacov sabía
proféticamente que debía establecer doce tribus, ¿Y cómo podría hacerlo si no
se casaba ahora, que tenía ya 84 años? Por eso dijo «Se ha cumplido mi plazo»)
29:22 וַ·יֶּאֱסֹ֥ף vai·ye·'e·Sof לָבָ֛ן
la·Van אֶת־ 'et- כָּל־
kol- אַנְשֵׁ֥י 'an·Shei הַ·מָּק֖וֹם
ham·ma·Kom וַ·יַּ֥עַשׂ vai·Ya·'as מִשְׁתֶּֽה׃ mish·Teh.
Entonces Labán juntó a todos los hombres del lugar e hizo
una fiesta.
29:23 וַ·יְהִ֣י
vay·Hi בָ·עֶ֔רֶב va·'E·rev, וַ·יִּקַּח֙ vai·yik·Kach אֶת־
'et- לֵאָ֣ה le·'Ah בִתּ֔·וֹ
vit·To, וַ·יָּבֵ֥א vai·ya·Ve אֹתָ֖·הּ 'o·Tah אֵלָ֑י·ו
'e·Lav; וַ·יָּבֹ֖א vai·ya·Vo אֵלֶֽי·הָ׃ 'e·Lei·ha.
Y al anochecer tomó a su hija Leá y la llevó ante Iaacov,
quien consumó el matrimonio con ella.
29:24 וַ·יִּתֵּ֤ן
vai·yit·Ten לָבָן֙ la·Van לָ֔·הּ Lah, אֶת־ 'et- זִלְפָּ֖ה zil·Pah שִׁפְחָת֑·וֹ
shif·cha·To; לְ·לֵאָ֥ה le·le·'Ah בִתּ֖·וֹ vit·To שִׁפְחָֽה׃
shif·Chah.
Labán le dio a ella -a su hija Leá- su (propia) sirvienta
Zilpá como criada suya.
29:25 וַ·יְהִ֣י
vay·Hi בַ·בֹּ֔קֶר vab·Bo·ker, וְ·הִנֵּה־ ve·hin·neh- הִ֖וא
hi לֵאָ֑ה le·'Ah; וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer אֶל־ 'el- לָבָ֗ן
la·Van, מַה־ mah- זֹּאת֙
zoT עָשִׂ֣יתָ 'a·Si·ta לִּ֔·י
Li, הֲ·לֹ֤א ha·Lo בְ·רָחֵל֙
ve·ra·Chel עָבַ֣דְתִּי 'a·Vad·ti עִמָּ֔·ךְ 'im·Mach, וְ·לָ֖·מָּה
ve·Lam·mah רִמִּיתָֽ·נִי׃ rim·mi·Ta·ni.
Y por la mañana... ¡resulta que (Iaacov se dio cuenta de que)
ella (no era Rajel sino) Leá! Entonces Iaacov le dijo a Labán: “¿Qué me hiciste?,
¿acaso no te serví por Rajel? ¿Por qué me engañaste?”
29:26 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לָבָ֔ן la·Van, לֹא־ lo- יֵעָשֶׂ֥ה
ye·'a·Seh כֵ֖ן chen בִּ·מְקוֹמֵ֑·נוּ
bim·ko·Me·nu; לָ·תֵ֥ת la·Tet הַ·צְּעִירָ֖ה hatz·tze·'i·Rah לִ·פְנֵ֥י
lif·Nei הַ·בְּכִירָֽה׃ hab·be·chi·Rah.
Labán respondió: “No se procede así en nuestro lugar, no se entrega (en casamiento) a la menor antes que la mayor.
29:27 מַלֵּ֖א
mal·Le שְׁבֻ֣עַ she·Vu·a' זֹ֑את
Zot; וְ·נִתְּנָ֨ה ve·nit·te·Nah לְ·ךָ֜ le·Cha גַּם־
gam- אֶת־ 'et- זֹ֗את
Zot, בַּ·עֲבֹדָה֙ ba·'a·vo·Dah אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher תַּעֲבֹ֣ד
ta·'a·Vod עִמָּדִ֔·י 'im·ma·Di, ע֖וֹד od שֶֽׁבַע־
she·va'- שָׁנִ֥ים sha·Nim אֲחֵרֽוֹת׃ a·che·Rot.
Completa la semana (nupcial) de ésta y (luego) te daremos
también la otra, por el trabajo que harás para mí durante otros 7 años.”
29:28 וַ·יַּ֤עַשׂ
vai·Ya·'as יַעֲקֹב֙ ya·'a·Ko כֵּ֔ן Ken, וַ·יְמַלֵּ֖א
vay·mal·Le שְׁבֻ֣עַ she·Vu·a' זֹ֑את Zot; וַ·יִּתֶּן־
vai·yit·ten- ל֛·וֹ lo אֶת־ 'et- רָחֵ֥ל ra·Chel בִּתּ֖·וֹ bit·To ל֥·וֹ
lo לְ·אִשָּֽׁה׃ le·'ish·Shah.
Así hizo Iaacov, cumplió los 7 (días nupciales) de
aquella y él le dio como esposa a su hija Rajel.
29:29 וַ·יִּתֵּ֤ן
vai·yit·Ten לָבָן֙ la·Van לְ·רָחֵ֣ל le·ra·Chel בִּתּ֔·וֹ
bit·To, אֶת־ 'et- בִּלְהָ֖ה
bil·Hah שִׁפְחָת֑·וֹ shif·cha·To; לָ֖·הּ lah לְ·שִׁפְחָֽה׃
le·shif·Chah.
A su hija Rajel, Labán le entregó su (propia) sirvienta Bilá como criada suya.
29:30 וַ·יָּבֹא֙
vai·ya·Vo גַּ֣ם gam אֶל־
'el- רָחֵ֔ל ra·Chel, וַ·יֶּאֱהַ֥ב
vai·ye·'e·Hav גַּֽם־ gam- אֶת־ 'et- רָחֵ֖ל ra·Chel מִ·לֵּאָ֑ה mil·le·'Ah; וַ·יַּעֲבֹ֣ד
vai·ya·'a·Vod עִמּ֔·וֹ im·Mo, ע֖וֹד od שֶֽׁבַע־ she·va'- שָׁנִ֥ים sha·Nim אֲחֵרֽוֹת׃
a·che·Rot.
Iaacov consumó también su matrimonio con Rajel. Él amaba
a Rajel aún más que a Leá; y trabajó con él (con Labán) otros 7 años (Iaacov
trabajó para Labán un segundo período de siete años, ahora por Rajel.)
Nacimiento de los doce hijos de Iaacov. Las Doce Tribus. (El nacimiento de Biniamín se describe en el capítulo 35)
29:31 וַ·יַּ֤רְא
vai·Yar יְהוָה֙ A·do·Nai כִּֽי־
ki- שְׂנוּאָ֣ה se·nu·'Ah לֵאָ֔ה
le·'Ah, וַ·יִּפְתַּ֖ח vai·yif·Tach אֶת־ 'et- רַחְמָ֑·הּ
rach·Mah; וְ·רָחֵ֖ל ve·ra·Chel עֲקָרָֽה׃ 'a·ka·Rah.
Y al ver יהוה que (Iaacov) no amaba
a Leá (tanto como a Rajel), abrió su matriz. En cambio, Rajel era estéril.
29:32 וַ·תַּ֤הַר
vat·Ta·har לֵאָה֙ le·'Ah וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led בֵּ֔ן
Ben, וַ·תִּקְרָ֥א vat·tik·Ra שְׁמ֖·וֹ she·Mo רְאוּבֵ֑ן
re·'u·Ven; כִּ֣י ki אָֽמְרָ֗ה 'a·me·Rah, כִּֽי־
ki- רָאָ֤ה ra·'Ah יְהוָה֙
A·do·Nai בְּ·עָנְיִ֔·י be·'on·yi כִּ֥י ki עַתָּ֖ה
'at·Tah יֶאֱהָבַ֥·נִי ye·'e·ha·Va·ni אִישִֽׁ·י׃ 'i·Shi.
Leá concibió y dio a luz un hijo. Ella lo llamó Reuvén, pues dijo: “יהוה ha visto mi aflicción, y ahora mi esposo me amará”. (Reuvén está relacionado con el verbo “ver”. Dijo ella: “Miren la diferencia entre mi digno hijo y Esav, hijo de mi suegro, que vendió su derecho a la primogenitura por un plato de comida”).
29:33 וַ·תַּ֣הַר
vat·Ta·har עוֹד֮ 'Od וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led בֵּן֒
ben וַ·תֹּ֗אמֶר vat·To·mer, כִּֽי־
ki- שָׁמַ֤ע sha·Ma' יְהוָה֙
A·do·Nai כִּֽי־ ki- שְׂנוּאָ֣ה
se·nu·'Ah אָנֹ֔כִי 'a·No·chi, וַ·יִּתֶּן־ vai·yit·ten- לִ֖·י
li גַּם־ gam- אֶת־
'et- זֶ֑ה Zeh; וַ·תִּקְרָ֥א
vat·tik·Ra שְׁמ֖·וֹ she·Mo שִׁמְעֽוֹן׃ shim·'on.
Concibió nuevamente y dio a luz un hijo. Dijo: “Dado que יהוה escuchó que yo no era
amada, también me ha dado a éste”, y ella lo llamó Shimón. (nombre que deriva
del verbo “escuchar”).
29:34 וַ·תַּ֣הַר
vat·Ta·har עוֹד֮ 'Od וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led בֵּן֒
ben וַ·תֹּ֗אמֶר vat·To·mer, עַתָּ֤ה
'at·Tah הַ·פַּ֙עַם֙ hap·Pa·'am יִלָּוֶ֤ה yil·la·Veh אִישִׁ·י֙
'i·Shi אֵלַ֔·י 'e·Lai, כִּֽי־
ki- יָלַ֥דְתִּי ya·Lad·ti ל֖·וֹ lo שְׁלֹשָׁ֣ה
she·lo·Shah בָנִ֑ים va·Nim; עַל־ 'al- כֵּ֥ן
ken קָרָֽא־ ka·ra- שְׁמ֖·וֹ
she·Mo לֵוִֽי׃ le·Vi.
Concibió otra vez y dio a luz un hijo. Dijo: “Esta vez se
unirá mi esposo conmigo porque le he dado tres hijos.” Y por eso Él lo llamó
Leví. (nombre que deriva del verbo “acompañar”).
29:35 וַ·תַּ֨הַר
vat·Ta·har ע֜וֹד od וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led בֵּ֗ן
Ben, וַ·תֹּ֙אמֶר֙ vat·To·mer הַ·פַּ֙עַם֙ hap·Pa·'am אוֹדֶ֣ה
o·Deh אֶת־ 'et- יְהוָ֔ה
A·do·Nai, עַל־ 'al- כֵּ֛ן
ken קָרְאָ֥ה ka·re·'Ah שְׁמ֖·וֹ
she·Mo יְהוּדָ֑ה ye·hu·Dah; וַֽ·תַּעֲמֹ֖ד vat·ta·'a·Mod מִ·לֶּֽדֶת׃
mil·Le·det.
Nuevamente concibió y dio a luz un hijo. Dijo: “Esta vez
agradeceré a יהוה.” Por eso ella lo
llamó Iehudá (que significa “agradeceré”). Y dejó de dar a luz. (La
denominación «judío» deriva del nombre «Iehuda», de modo que «judío» significa
«Agradecimiento a יהוה».)
Nota al vers. 1: “Iaacov levantó sus pies”: “Pies” en hebreo es reguel, de la misma raíz que herguel, “hábito”. De modo que el versículo está indicando que Iaacov elevó sus hábitos y actos mundanos a un nivel espiritual.
Nota al vers. 7: “Todavía el día es largo”: Enseña el gran Maguid (Predicador) de Mezeritch: Así es la costumbre del mundo: Cuando uno se encuentra en la flor de su vida cree que el día es largo aún, que hay mucho tiempo por delante para refinar su ser. Y así deja transcurrir el tiempo; y cuando finalmente decide trabajar en aras de su refinamiento personal se da cuenta de que el día ya se encuentra en su ocaso.
Nota al vers. 7: “El día es largo, no es momento de recoger el ganado”: El largo y eterno día del Supremo se está aproximando, no es momento de recoger el ganado, no es momento de consagrarse a acumular riquezas en este efímero mundo cuando cada momento de vida aquí es tan preciado.
Nota al vers. 20: Los siete años que Iaacov trabajó para casarse con Rajel, a los ojos de él fueron cual unos pocos días: Para los egoístas, que necesitan de una pareja para gratificarse, cada día de distanciamiento es una eternidad. Pero para aquellos que, como Iaacov, están más concentrados en lo que pueden brindar a su pareja que en lo que pueden obtener de ella, todo sacrificio es ínfimo. En un amor así, incondicional, una eternidad de tiempo puede parecer apenas como unos pocos días. En cambio, el amor codicioso es intolerante.
Nota al vers. 27: “Semana Nupcial”: Este es el origen de los siete días de celebraciones nupciales (Sheva Brajot).
Nota al vers. 28: Iaacov se casa con dos hermanas: El caso presenta el siguiente interrogante: Si los patriarcas cumplían las normas de la Torá incluso antes de que ésta fuera entregada, ¿cómo se explica que Iaacov se haya casado con dos hermanas? Respuesta: La Torá no había sido entregada aún, de modo que sus normas regían en estado latente.
Nota al vers. 34: “Esta vez se unirá mi esposo conmigo, y por eso Él (יהוה) lo llamó Leví (al recién nacido)”: Las matriarcas eran profetisas, y bien sabían que entre las cuatro debían darle a Iaacov doce hijos, que devendrían en las doce Tribus de Israel, de modo que cada matriarca debía darle tres hijos. Y por eso dijo Leá: “Esta vez se unirá mi esposo conmigo”, es decir, “ahora, al haberle dado a Iaacov mi tercer hijo, él ya no podrá quejarse de mí, porque ya cumplí mi parte en la procreación de las Doce Tribus”. Y por eso señala el versículo que fue Él (יהוה) quien le dio al recién nacido el nombre de Leví (“acompañamiento”), en aprobación al planteo de ella.
Nota al vers. 35: “(Lea) dio a luz otro hijo y lo llamó Iehudá (“agradecimiento”): Agradeció por este cuarto hijo, por el privilegio de haber podido aportar un hijo más de los tres que cada matriarca debía darle a Iaacov para formar las Doce Tribus.
CAPITULO 30
30:1 וַ·תֵּ֣רֶא
vat·Te·re רָחֵ֗ל ra·Chel, כִּ֣י ki לֹ֤א
lo יָֽלְדָה֙ yal·Dah לְ·יַעֲקֹ֔ב
le·ya·'a·Ko, וַ·תְּקַנֵּ֥א vat·te·kan·Ne רָחֵ֖ל ra·Chel בַּ·אֲחֹתָ֑·הּ
ba·'a·cho·Tah; וַ·תֹּ֤אמֶר vat·To·mer אֶֽל־ 'el- יַעֲקֹב֙
ya·'a·Ko הָֽבָ·ה־ ha·vah- לִּ֣·י li בָנִ֔ים
va·Nim, וְ·אִם־ ve·'im- אַ֖יִן
'A·yin מֵתָ֥ה me·Tah אָנֹֽכִי׃
'a·No·chi.
Rajel vio que no le daba hijos a Iaacov. Rajel tuvo
envidia de su hermana y le dijo a Iaacov: “Dame hijos, que si no, soy (como una
mujer) muerta”. (Rajel envidió las buenas acciones de su hermana. Dijo: “Los
hijos que tiene son producto de su mérito). (Rajel pretendía que Iaacov orara
por ella, para que pudiera concebir).
30:2 וַ·יִּֽחַר־
vai·yi·char- אַ֥ף 'af יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko בְּ·רָחֵ֑ל be·ra·Chel; וַ·יֹּ֗אמֶר vai·Yo·mer, הֲ·תַ֤חַת
ha·Ta·chat אֱלֹהִים֙ E·lo·Him אָנֹ֔כִי 'a·No·chi, אֲשֶׁר־
'a·Sher- מָנַ֥ע ma·Na' מִמֵּ֖·ךְ
mi·Mech פְּרִי־ pe·ri- בָֽטֶן׃
Va·ten.
Iaacov se enojó con Rajel y le dijo: “¿Acaso estoy yo en
lugar de Elohim? ¡Él te ha negado el fruto de tu vientre!”
30:3 וַ·תֹּ֕אמֶר
vat·To·mer הִנֵּ֛ה hin·Neh אֲמָתִ֥·י 'a·ma·Ti בִלְהָ֖ה
vil·Hah בֹּ֣א bo אֵלֶ֑י·הָ
'e·Lei·ha; וְ·תֵלֵד֙ ve·te·Led עַל־ 'al- בִּרְכַּ֔·י
bir·Kai, וְ·אִבָּנֶ֥ה ve·'ib·ba·Neh גַם־ gam- אָנֹכִ֖י
'a·no·Chi מִמֶּֽ·נָּה׃ mi·Men·nah.
Ella le dijo: “Aquí está mi sirvienta Bilá. Cohabita con ella
y dará a luz sobre mis rodillas (es decir: «yo lo criaré», como se cría un hijo
sobre las rodillas de uno.) Entonces, a través de ella yo también construiré
(familia)”.
30:4 וַ·תִּתֶּן־
vat·tit·ten- ל֛·וֹ lo אֶת־ 'et- בִּלְהָ֥ה bil·Hah שִׁפְחָתָ֖·הּ shif·cha·Tah לְ·אִשָּׁ֑ה
le·'ish·Shah; וַ·יָּבֹ֥א vai·ya·Vo אֵלֶ֖י·הָ 'e·Lei·ha יַעֲקֹֽב׃
ya·'a·Ko.
Le dio a (Iaacov) su sirvienta Bilá como esposa. Iaacov
consumó el matrimonio con ella.
30:5 וַ·תַּ֣הַר
vat·Ta·har בִּלְהָ֔ה bil·Hah, וַ·תֵּ֥לֶד vat·Te·led לְ·יַעֲקֹ֖ב
le·ya·'a·Ko בֵּֽן׃ Ben.
Bilá concibió y le dio un hijo a Iaacov.
30:6 וַ·תֹּ֤אמֶר
vat·To·mer רָחֵל֙ ra·Chel דָּנַ֣·נִּי da·Nan·ni אֱלֹהִ֔ים
E·lo·Him, וְ·גַם֙ ve·Gam שָׁמַ֣ע sha·Ma' בְּ·קֹלִ֔·י be·ko·Li, וַ·יִּתֶּן־ vai·yit·ten- לִ֖·י
li בֵּ֑ן Ben; עַל־
'al- כֵּ֛ן ken קָרְאָ֥ה
ka·re·'Ah שְׁמ֖·וֹ she·Mo דָּֽן׃ Dan.
Dijo Rajel: “Elohim me ha juzgado (favorablemente),
también escuchó mi voz y me dio un hijo”. Por eso lo llamó Dan. (“Dan”
significa juzgar).
30:7 וַ·תַּ֣הַר
vat·Ta·har ע֔וֹד od, וַ·תֵּ֕לֶד vat·Te·led בִּלְהָ֖ה
bil·Hah שִׁפְחַ֣ת shif·Chat רָחֵ֑ל ra·Chel; בֵּ֥ן
ben שֵׁנִ֖י she·Ni לְ·יַעֲקֹֽב׃
le·ya·'a·Ko.
Bilá, sirvienta de Rajel, concibió otra vez y le dio un
segundo hijo a Iaacov.
30:8 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer רָחֵ֗ל ra·Chel, נַפְתּוּלֵ֨י naf·tu·Lei אֱלֹהִ֧ים
׀ E·lo·Him נִפְתַּ֛לְתִּי
nif·Tal·ti עִם־ 'im- אֲחֹתִ֖·י
'a·cho·Ti גַּם־ gam- יָכֹ֑לְתִּי
ya·Cho·le·ti; וַ·תִּקְרָ֥א vat·tik·Ra שְׁמ֖·וֹ she·Mo נַפְתָּלִֽי׃
naf·ta·Li.
Dijo Rajel: “Muchas molestias (lit.: naftulim) he
causado a Elohim para ser igual a mi hermana, y Él ha estado de acuerdo
conmigo”. Entonces ella lo llamó Naftalí. (Otros interpretan el versículo así:
“Mucho he orado a Elohim, y fui correspondida igual que mi hermana”).
30:9 וַ·תֵּ֣רֶא
vat·Te·re לֵאָ֔ה le·'Ah, כִּ֥י ki עָמְדָ֖ה
'a·me·Dah מִ·לֶּ֑דֶת mil·Le·det; וַ·תִּקַּח֙ vat·tik·Kach אֶת־
'et- זִלְפָּ֣ה zil·Pah שִׁפְחָתָ֔·הּ
shif·cha·Tah, וַ·תִּתֵּ֥ן vat·tit·Ten אֹתָ֛·הּ 'o·Tah לְ·יַעֲקֹ֖ב
le·ya·'a·Ko לְ·אִשָּֽׁה׃ le·'ish·Shah.
Leá asumió que había dejado de dar a luz. Entonces tomó a
su sirvienta Zilpá y se la entregó a Iaacov como esposa.
30:10 וַ·תֵּ֗לֶד
vat·Te·led, זִלְפָּ֛ה zil·Pah שִׁפְחַ֥ת shif·Chat לֵאָ֖ה
le·'Ah לְ·יַעֲקֹ֥ב le·ya·'a·Ko בֵּֽן׃ Ben.
Zilpá, sirvienta de Leá, le dio un hijo a Iaacov.
30:11 וַ·תֹּ֥אמֶר
vat·To·mer לֵאָ֖ה le·'Ah [בְּגָד be·gad כ
ch] (בָּ֣א Ba ק
k) (גָ֑ד Gad; ק
k) · vat·tik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֖·וֹ she·Mo גָּֽד׃ Gad.
Dijo Leá: “¡Vino la buena suerte!”, y ella lo llamó Gad.
(que significa “buena suerte”).
30:12 וַ·תֵּ֗לֶד
vat·Te·led, זִלְפָּה֙ zil·Pah שִׁפְחַ֣ת shif·Chat לֵאָ֔ה
le·'Ah, בֵּ֥ן ben שֵׁנִ֖י
she·Ni לְ·יַעֲקֹֽב׃ le·ya·'a·Ko.
Zilpá, sirvienta de Leá, le dio a Iaacov un segundo hijo.
30:13 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer לֵאָ֔ה le·'Ah, בְּ·אָשְׁרִ֕·י be·'a·she·Ri כִּ֥י
ki אִשְּׁר֖וּ·נִי 'ish·she·Ru·ni בָּנ֑וֹת ba·Not; וַ·תִּקְרָ֥א
vat·tik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֖·וֹ
she·Mo אָשֵֽׁר׃ 'a·Sher.
Dijo Leá: “¡Es mi dicha!, porque me considerarán dichosa
las mujeres”. Ella lo llamó Asher. (que significa “dicha”).
30:14 וַ·יֵּ֨לֶךְ
vai·Ye·lech רְאוּבֵ֜ן re·'u·Ven בִּ·ימֵ֣י bi·Mei קְצִיר־
ke·tzir- חִטִּ֗ים chit·Tim, וַ·יִּמְצָ֤א vai·yim·Tza דֽוּדָאִים֙
du·da·'Im בַּ·שָּׂדֶ֔ה bas·sa·Deh, וַ·יָּבֵ֣א vai·ya·Ve אֹתָ֔·ם
'o·Tam, אֶל־ 'el- לֵאָ֖ה
le·'Ah אִמּ֑·וֹ im·Mo; וַ·תֹּ֤אמֶר
vat·To·mer רָחֵל֙ ra·Chel אֶל־ 'el- לֵאָ֔ה
le·'Ah, תְּנִי־ te·ni- נָ֣א
na לִ֔·י Li, מִ·דּוּדָאֵ֖י
mid·du·da·'Ei בְּנֵֽ·ךְ׃ be·Nech.
En la época de la siega del trigo, Reuvén fue y halló dudaím
(jazmines) en el campo y los llevó a su madre Leá. Entonces Rajel le dijo a
Leá: “Por favor, dame de los dudaím de tu hijo”.
30:15 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer לָ֗·הּ Lah, הַ·מְעַט֙ ham·'At קַחְתֵּ֣·ךְ
kach·Tech אֶת־ 'et- אִישִׁ֔·י
'i·Shi, וְ·לָ·קַ֕חַת ve·la·Ka·chat גַּ֥ם gam אֶת־
'et- דּוּדָאֵ֖י du·da·'Ei בְּנִ֑·י
be·Ni; וַ·תֹּ֣אמֶר vat·To·mer רָחֵ֗ל ra·Chel, לָכֵן֙
la·Chen יִשְׁכַּ֤ב yish·Kav עִמָּ·ךְ֙ 'im·moCh הַ·לַּ֔יְלָה
hal·Lay·lah, תַּ֖חַת Ta·chat דּוּדָאֵ֥י du·da·'Ei בְנֵֽ·ךְ׃
ve·Nech.
Pero ella le respondió: “¿¡Es poco que hayas tomado a mi esposo
que incluso pretendes tomar los dudaím de mi hijo!?”. Dijo Rajel: “Entonces
se acostará contigo esta noche, a cambio de (que me entregues) los dudaím de
tu hijo”. (Por haber menospreciado su turno de acostarse con su esposo aquella noche, perdió el mérito de ser sepultada junto a él).
30:16 וַ·יָּבֹ֨א
vai·ya·Vo יַעֲקֹ֣ב ya·'a·Ko מִן־ min- הַ·שָּׂדֶה֮
has·sa·Deh בָּ·עֶרֶב֒ ba·'e·Rev וַ·תֵּצֵ֨א vat·te·Tze לֵאָ֜ה
le·'Ah לִ·קְרָאת֗·וֹ lik·ra·To, וַ·תֹּ֙אמֶר֙ vat·To·mer אֵלַ֣·י
'e·Lai תָּב֔וֹא ta·Vo, כִּ֚י
ki שָׂכֹ֣ר sa·Chor שְׂכַרְתִּ֔י·ךָ
se·char·Ti·cha, בְּ·דוּדָאֵ֖י be·du·da·'Ei בְּנִ֑·י be·Ni; וַ·יִּשְׁכַּ֥ב
vai·yish·Kav עִמָּ֖·הּ 'im·Mah בַּ·לַּ֥יְלָה bal·Lay·lah הֽוּא׃
Hu.
Iaacov volvió del campo al atardecer y Leá salió a su
encuentro diciéndole: “Conmigo debes acostarte, pues -efectivamente- he
arrendado (tu servicio) a cambio de los dudaím de mi hijo.” Aquella
noche estuvo con ella.
30:17 וַ·יִּשְׁמַ֥ע
vai·yish·Ma' אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶל־ 'el- לֵאָ֑ה
le·'Ah; וַ·תַּ֛הַר vat·Ta·har וַ·תֵּ֥לֶד vat·Te·led לְ·יַעֲקֹ֖ב
le·ya·'a·Ko בֵּ֥ן ben חֲמִישִֽׁי׃ cha·mi·Shi.
Elohim escuchó a Leá, de modo que concibió y le dio a Iaacov un quinto hijo. (יהוה consideró el mérito de Leá, de procurar tener más hijos que serían los progenitores de las Tribus de Israel).
30:18 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer לֵאָ֗ה le·'Ah, נָתַ֤ן na·Tan אֱלֹהִים֙
E·lo·Him שְׂכָרִ֔·י se·cha·Ri, אֲשֶׁר־ 'a·Sher- נָתַ֥תִּי na·Tat·ti שִׁפְחָתִ֖·י
shif·cha·Ti לְ·אִישִׁ֑·י le·'i·Shi; וַ·תִּקְרָ֥א vat·tik·Ra שְׁמ֖·וֹ
she·Mo יִשָּׂשכָֽר׃ yis·so·sh·Char.
Dijo Leá: “Elohim me dio mi recompensa por haber
entregado mi sirvienta a mi esposo”, y lo llamó Isajar (“recompensa”).
30:19 וַ·תַּ֤הַר
vat·Ta·har עוֹד֙ 'Od לֵאָ֔ה le·'Ah, וַ·תֵּ֥לֶד vat·Te·led בֵּן־ ben- שִׁשִּׁ֖י
shish·Shi לְּ·יַעֲקֹֽב׃ le·ya·'a·Ko
Leá concibió otra vez y le dio un sexto hijo a Iaacov.
30:20 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer לֵאָ֗ה le·'Ah, זְבָדַ֨·נִי ze·va·Da·ni אֱלֹהִ֥ים
׀ E·lo·Him אֹתִ·י֮ 'o·Ti זֵ֣בֶד Ze·ved טוֹב֒ tOv הַ·פַּ֙עַם֙ hap·Pa·'am יִזְבְּלֵ֣·נִי
yiz·be·Le·ni אִישִׁ֔·י 'i·Shi, כִּֽי־ ki- יָלַ֥דְתִּי
ya·Lad·ti ל֖·וֹ lo שִׁשָּׁ֣ה
shish·Shah בָנִ֑ים va·Nim; וַ·תִּקְרָ֥א vat·tik·Ra אֶת־
'et- שְׁמ֖·וֹ she·Mo זְבֻלֽוּן׃
ze·vu·Lun.
Dijo Leá: “Elohim me ha dado una buena dote. Ahora mi
esposo morará principalmente junto a mí, ya que le he dado seis hijos”. Y lo
llamó Zevulún (“morar”). (En aquella época cada esposa vivía en su tienda y
cada noche el esposo visitaba a la que deseaba).
30:21 וְ·אַחַ֖ר
ve·'a·Char יָ֣לְדָה Yal·dah בַּ֑ת Bat; וַ·תִּקְרָ֥א
vat·tik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמָ֖·הּ
she·Mah דִּינָֽה׃ di·Nah.
Después dio a luz una hija y la llamó Diná (nombre
relacionado con juzgar).
30:22 וַ·יִּזְכֹּ֥ר
vai·yiz·Kor אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶת־ 'et- רָחֵ֑ל
ra·Chel; וַ·יִּשְׁמַ֤ע vai·yish·Ma' אֵלֶ֙י·הָ֙ 'e·Lei·ha אֱלֹהִ֔ים
E·lo·Him, וַ·יִּפְתַּ֖ח vai·yif·Tach אֶת־ 'et- רַחְמָֽ·הּ׃
rach·Mah.
Entonces Elohim consideró a Rajel, la escuchó Elohim y
abrió su matriz,
30:23 וַ·תַּ֖הַר
vat·Ta·har וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led בֵּ֑ן Ben; וַ·תֹּ֕אמֶר
vat·To·mer אָסַ֥ף 'a·Saf אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶת־
'et- חֶרְפָּתִֽ·י׃ cher·pa·Ti.
Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo, y dijo: “¡Elohim
quitó mi vergüenza!”
30:24 וַ·תִּקְרָ֧א
vat·tik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֛·וֹ
she·Mo יוֹסֵ֖ף yo·Sef לֵ·אמֹ֑ר
le·Mor; יֹסֵ֧ף yo·Sef יְהוָ֛ה
A·do·Nai לִ֖·י li בֵּ֥ן
ben אַחֵֽר׃ 'a·Cher.
Y le puso el nombre de Iosef, diciendo: “¡Que me dé יהוה otro hijo!”. (Iosef
significa ‘agregar’).
Iaacov procura regresar a su Tierra, pero
Labán lo retiene
30:25 וַ·יְהִ֕י
vay·Hi כַּ·אֲשֶׁ֛ר ka·'a·Sher יָלְדָ֥ה Yal·dah רָחֵ֖ל
ra·Chel אֶת־ 'et- יוֹסֵ֑ף
yo·Sef; וַ·יֹּ֤אמֶר vai·Yo·mer יַעֲקֹב֙ ya·'a·Ko אֶל־
'el- לָבָ֔ן la·Van, שַׁלְּחֵ֙·נִי֙
shal·le·Che·ni וְ·אֵ֣לְכָ֔ה ve·'E·le·Chah, אֶל־ 'el- מְקוֹמִ֖·י
me·ko·Mi וּ·לְ·אַרְצִֽ·י׃ u·le·'ar·Tzi.
Cuando Rajel dio a luz a Iosef, Iaacov le dijo a Labán:
“Déjame libre para ir a mi lugar, a mi tierra.
30:26 תְּנָ֞·ה
te·Nah אֶת־ 'et- נָשַׁ֣·י
na·Shai וְ·אֶת־ ve·'Et יְלָדַ֗·י
ye·la·Dai, אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher עָבַ֧דְתִּי 'a·Vad·ti אֹֽתְ·ךָ֛
'o·te·Cha בָּ·הֵ֖ן ba·Hen וְ·אֵלֵ֑כָה ve·'e·Le·chah; כִּ֚י
ki אַתָּ֣ה 'at·Tah יָדַ֔עְתָּ
ya·Da'·ta, אֶת־ 'et- עֲבֹדָתִ֖·י
'a·vo·da·Ti אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher עֲבַדְתִּֽי·ךָ׃ 'a·vad·Ti·cha.
Dame mis esposas y mis hijos, por quienes te serví, y me marcharé, pues tú sabes el servicio que te presté.”
30:27 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer אֵלָי·ו֙ 'e·Lav לָבָ֔ן la·Van, אִם־ 'im- נָ֛א na מָצָ֥אתִי ma·Tza·ti חֵ֖ן chen בְּ·עֵינֶ֑י·ךָ
be·'ei·Nei·cha; נִחַ֕שְׁתִּי ni·Chash·ti וַ·יְבָרֲכֵ֥·נִי vay·va·ra·Che·ni יְהוָ֖ה
A·do·Nai בִּ·גְלָלֶֽ·ךָ׃ big·la·Le·cha.
Pero
Labán le respondió: “(¿Por qué te quieres ir?), ¿acaso no te he caído en
gracia? Adiviné que יהוה me ha bendecido
gracias a ti”.
30:28 וַ·יֹּאמַ֑ר
vai·yo·Mar; נָקְבָ֧·ה na·ke·Vah שְׂכָרְ·ךָ֛ se·cha·re·Cha עָלַ֖·י
'a·Lai וְ·אֶתֵּֽנָה׃ ve·'et·Te·nah.
Y agregó: “Especifica tu salario y te lo daré.”
30:29 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer אֵלָ֔י·ו 'e·Lav, אַתָּ֣ה 'at·Tah יָדַ֔עְתָּ
ya·Da'·ta, אֵ֖ת 'et אֲשֶׁ֣ר
'a·Sher עֲבַדְתִּ֑י·ךָ 'a·vad·Ti·cha; וְ·אֵ֛ת ve·'Et אֲשֶׁר־
'a·Sher- הָיָ֥ה ha·Yah מִקְנְ·ךָ֖
mik·ne·Cha אִתִּֽ·י׃ 'it·Ti.
“Tú bien sabes cómo te he servido”, respondió (Iaacov), “y lo que llegó a ser tu ganado conmigo.
30:30 כִּ֡י
ki מְעַט֩ me·'At אֲשֶׁר־
'a·Sher- הָיָ֨ה ha·Yah לְ·ךָ֤
le·Cha לְ·פָנַ·י֙ le·fa·Nai וַ·יִּפְרֹ֣ץ vai·yif·Rotz לָ·רֹ֔ב
la·Ro, וַ·יְבָ֧רֶךְ vay·Va·rech יְהוָ֛ה A·do·Nai אֹתְ·ךָ֖
'o·te·Cha לְ·רַגְלִ֑·י le·rag·Li; וְ·עַתָּ֗ה ve·'at·Tah, מָתַ֛י
ma·Tai אֶֽעֱשֶׂ֥ה 'e·'e·Seh גַם־ gam- אָנֹכִ֖י
'a·no·Chi לְ·בֵיתִֽ·י׃ le·vei·Ti.
Pues lo poco que tenías antes de mí se expandió
sustancialmente, conforme te bendijo יהוה
desde mi llegada. Y ahora, ¿cuándo haré algo también para mi propia casa?
30:31 וַ·יֹּ֖אמֶר
vai·Yo·mer מָ֣ה mah אֶתֶּן־
'et·ten- לָ֑·ךְ Lach; וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer יַעֲקֹב֙ ya·'a·Ko לֹא־ lo- תִתֶּן־
tit·ten- לִ֣·י li מְא֔וּמָה
me·'U·mah, אִם־ 'im- תַּֽעֲשֶׂה־
ta·'a·seh- לִּ·י֙ li הַ·דָּבָ֣ר had·da·Var הַ·זֶּ֔ה
haz·Zeh, אָשׁ֛וּבָה 'a·Shu·vah אֶרְעֶ֥ה 'er·'Eh צֹֽאנְ·ךָ֖
tzo·ne·Cha אֶשְׁמֹֽר׃ 'esh·Mor.
Le dijo (Labán): “¿Qué debo darte?” Respondió Iaacov: “No me des nada. Si aceptas esto, volveré a apacentar y a cuidar tu ganado:
30:32 אֶֽעֱבֹ֨ר
'e·'e·Vor בְּ·כָל־ be·chol צֹֽאנְ·ךָ֜ tzo·ne·Cha הַ·יּ֗וֹם
hai·Yom, הָסֵ֨ר ha·Ser מִ·שָּׁ֜ם
mish·Sham כָּל־ kol- שֶׂ֣ה ׀
seh נָקֹ֣ד na·Kod וְ·טָל֗וּא
ve·ta·Lu, וְ·כָל־ ve·chol שֶׂה־ seh- חוּם֙
chum בַּ·כְּשָׂבִ֔ים bak·ke·sa·Vim, וְ·טָל֥וּא ve·ta·Lu וְ·נָקֹ֖ד
ve·na·Kod בָּ·עִזִּ֑ים ba·'iz·Zim; וְ·הָיָ֖ה ve·ha·Yah שְׂכָרִֽ·י׃
se·cha·Ri.
Pasaré hoy (contigo) por todo tu ganado. Quita del ganado
lanar todo cordero salpicado (con pequeñas manchas) o manchado (con manchas
grandes) y todo cordero marrón rojizo. Y del ganado caprino quita los
(animales) manchados y salpicados. (Pues) ese (tipo de animales, nacidos de
ahora en adelante,) será mi salario. (de los rebaños de Labán al cuidado de
Iaacov, Labán debía sacar todos los animales de colores infrecuentes, dejando
al cuidado de Iaacov sólo los animales de color normal. Ahora, de estos
animales de coloración normal que Iaacov tendría a su cuidado, los de color
infrecuente que naciesen de aquí en adelante serían propiedad de Iaacov. Y los
que naciesen de color normal serían propiedad de Labán. Al sacar del cuidado de
Iaacov los animales de color inusual, se aseguraban que el factor hereditario
no influyera en la coloración de las nuevas crías. Evidentemente el pacto era
sumamente favorable para el)
30:33 וְ·עָֽנְתָה־
ve·'a·ne·tah- בִּ֤·י bi צִדְקָתִ·י֙ tzid·ka·Ti בְּ·י֣וֹם
be·Yom מָחָ֔ר ma·Char, כִּֽי־
ki- תָב֥וֹא ta·Vo עַל־
'al- שְׂכָרִ֖·י se·cha·Ri לְ·פָנֶ֑י·ךָ
le·fa·Nei·cha; כֹּ֣ל kol אֲשֶׁר־ 'a·Sher- אֵינֶ·נּוּ֩ 'ei·nen·Nu נָקֹ֨ד na·Kod וְ·טָל֜וּא
ve·ta·Lu בָּֽ·עִזִּ֗ים ba·'iz·Zim, וְ·חוּם֙ ve·Chum בַּ·כְּשָׂבִ֔ים
bak·ke·sa·Vim, גָּנ֥וּב ga·Nuv ה֖וּא hu אִתִּֽ·י׃ 'it·Ti.
Mi honestidad responderá por mí el día de mañana cuando
vengas a inspeccionar (los animales que tomé como) mi salario: Todos los
caprinos (o corderos) que no estén salpicados (con pequeñas manchas) o
manchados (con manchas grandes), o los corderos que no sean marrón rojizo, será
considerado robo si estuviesen en mi posesión”.
30:34 וַ·יֹּ֥אמֶר
vai·Yo·mer לָבָ֖ן la·Van הֵ֑ן Hen; ל֖וּ lu יְהִ֥י ye·Hi כִ·דְבָרֶֽ·ךָ׃ chid·va·Re·cha.
“¡Bien!”, dijo Labán, “¡ojalá estés de acuerdo con este convenio!”
30:35 וַ·יָּ֣סַר
vai·Ya·sar בַּ·יּוֹם֩ bai·yOm הַ·ה֨וּא ha·Hu אֶת־
'et- הַ·תְּיָשִׁ֜ים hat·te·ya·Shim הָֽ·עֲקֻדִּ֣ים ha·'a·kud·Dim וְ·הַ·טְּלֻאִ֗ים
ve·hat·te·lu·'Im, וְ·אֵ֤ת ve·'Et כָּל־ kol- הָֽ·עִזִּים֙ ha·'iz·Zim הַ·נְּקֻדּ֣וֹת han·ne·kud·Dot וְ·הַ·טְּלֻאֹ֔ת
ve·hat·te·lu·'Ot, כֹּ֤ל kol אֲשֶׁר־ 'a·Sher- לָבָן֙ la·Van בּ֔·וֹ bo, וְ·כָל־ ve·chol ח֖וּם chum בַּ·כְּשָׂבִ֑ים
bak·ke·sa·Vim; וַ·יִּתֵּ֖ן vai·yit·Ten בְּ·יַד־ be·yad- בָּנָֽי·ו׃
ba·Nav.
Ese mismo día (Labán) apartó los machos cabríos manchados
y con anillos (blancos en sus patas), todas las cabras (y corderos) salpicadas
y manchadas, (incluso) todos los que tenían algo (mínimo) de blanco, y todos
los corderos marrón rojizo, y se los dio a sus hijos.
30:36 וַ·יָּ֗שֶׂם
vai·Ya·sem, דֶּ֚רֶךְ De·rech שְׁלֹ֣שֶׁת she·Lo·shet יָמִ֔ים
ya·Mim, בֵּינ֖·וֹ bei·No וּ·בֵ֣ין u·Vein יַעֲקֹ֑ב ya·'a·Ko; וְ·יַעֲקֹ֗ב ve·ya·'a·Ko, רֹעֶ֛ה
ro·'Eh אֶת־ 'et- צֹ֥אן
tzon לָבָ֖ן la·Van הַ·נּוֹתָרֹֽת׃
han·no·ta·Rot.
Labán se separó de Iaacov una distancia equivalente a tres días de caminata (1 día de caminata = aprox. 31 km.). Mientras, Iaacov apacentaba los ganados remanentes (y de inferior calidad) de Labán. (Labán dejó en manos de Iaacov animales enfermos y estériles de coloración normal. Y de esos animales, serían para Iaacov los que naciesen con colores infrecuentes.)
Iaacov aplica técnicas especiales para la reproducción de animales con características genéticas específicas
30:37 וַ·יִּֽקַּֽח־
vai·yik·kach- ל֣·וֹ lo יַעֲקֹ֗ב ya·'a·Ko, מַקַּ֥ל mak·Kal לִבְנֶ֛ה liv·Neh לַ֖ח
lach וְ·ל֣וּז ve·Luz וְ·עֶרְמ֑וֹן
ve·'er·Mon; וַ·יְפַצֵּ֤ל vay·fatz·Tzel בָּ·הֵן֙ ba·Hen פְּצָל֣וֹת
pe·tza·Lot לְבָנ֔וֹת le·va·Not, מַחְשֹׂף֙ mach·Sof הַ·לָּבָ֔ן
hal·la·Van, אֲשֶׁ֖ר 'a·Sher עַל־ 'al- הַ·מַּקְלֽוֹת׃
ham·mak·Lot.
Iaacov tomó para sí ramas frescas de álamo, de avellano y
de castaño, y descortezó de ellas ramillas blancas descubriendo la parte blanca
de las ramas.
30:38 וַ·יַּצֵּ֗ג
vai·yatz·Tzeg, אֶת־ 'et- הַ·מַּקְלוֹת֙ ham·mak·loT אֲשֶׁ֣ר
'a·Sher פִּצֵּ֔ל pitz·Tzel, בָּ·רֳהָטִ֖ים bo·ro·ha·Tim בְּ·שִֽׁקֲת֣וֹת
be·shi·ka·Tot הַ·מָּ֑יִם ham·Ma·yim; אֲשֶׁר֩ 'a·Sher תָּבֹ֨אןָ
ta·Vo·na הַ·צֹּ֤אן hatz·Tzon לִ·שְׁתּוֹת֙ lish·toT לְ·נֹ֣כַח
le·No·chach הַ·צֹּ֔אן hatz·Tzon, וַ·יֵּחַ֖מְנָה vai·ye·Cham·nah בְּ·בֹאָ֥·ן
be·vo·'An לִ·שְׁתּֽוֹת׃ lish·Tot.
Las ramillas que descortezó las insertó en las canalejas
— en los abrevaderos donde los rebaños iban a tomar — de frente a los rebaños.
Así, cuando iban a tomar, los animales se copulaban. (Lit. no dice “se
copulaban”, sino “entraban en celo”. La naturaleza del agua es enfriar el
instinto, no estimularlo. Por eso Rashi interpreta el concepto en el sentido de
copulación, y no meramente en el sentido de «entrar en celo»).
30:39 וַ·יֶּחֱמ֥וּ
vai·ye·che·Mu הַ·צֹּ֖אן hatz·Tzon אֶל־ 'el- הַ·מַּקְל֑וֹת
ham·mak·Lot; וַ·תֵּלַ֣דְןָ vat·te·Lad·na הַ·צֹּ֔אן hatz·Tzon, עֲקֻדִּ֥ים
'a·kud·Dim נְקֻדִּ֖ים ne·kud·Dim וּ·טְלֻאִֽים׃ u·te·lu·'Im.
El rebaño se copulaba ante las ramillas y daban a luz crías anilladas (anillos blancos en sus patas), salpicadas y manchadas (como las figuras de las ramillas descortezadas que tenían frente a sus ojos al momento de la copulación).
30:40 וְ·הַ·כְּשָׂבִים֮
ve·hak·ke·sa·Vim הִפְרִ֣יד hif·Rid יַעֲקֹב֒ ya·'a·Ko וַ֠·יִּתֵּן
Vai·yit·ten פְּנֵ֨י pe·Nei הַ·צֹּ֧אן hatz·Tzon אֶל־
'el- עָקֹ֛ד 'a·Kod וְ·כָל־
ve·chol ח֖וּם chum בְּ·צֹ֣אן
be·Tzon לָבָ֑ן la·Van; וַ·יָּֽשֶׁת־
vai·ya·shet- ל֤·וֹ lo עֲדָרִים֙ 'a·da·Rim לְ·בַדּ֔·וֹ
le·vad·Do, וְ·לֹ֥א ve·Lo שָׁתָ֖·ם sha·Tam עַל־ 'al- צֹ֥אן tzon לָבָֽן׃ la·Van.
Iaacov apartó para sí los corderitos (que nacieron anillados y manchados). Mientras, hizo que los animales de los rebaños de Labán miraran a los animales anillados y a los animales marrón rojizo. Y formó rebaños para él — no los mezcló con el rebaño de Labán. (Iaacov distribuyó el ganado de la siguiente manera: al frente iba el rebaño de corderitos anillados y las cabras marrón rojizo. Detrás de los corderitos anillados iba el ganado lanar de color normal. Y detrás de las cabras marrón rojizo iban los corderitos de color normal. La idea era que -en el momento de aparearse- los rebaños que iban detrás estuvieran mirando los colores de los rebaños que iban adelante para dar a luz de coloración similar).
30:41 וְ·הָיָ֗ה
ve·ha·Yah, בְּ·כָל־ be·chol יַחֵם֮ ya·Chem הַ·צֹּ֣אן
hatz·Tzon הַ·מְקֻשָּׁרוֹת֒ ham·kush·sha·roT וְ·שָׂ֨ם ve·Sam יַעֲקֹ֧ב
ya·'a·Ko אֶת־ 'et- הַ·מַּקְל֛וֹת
ham·mak·Lot לְ·עֵינֵ֥י le·'ei·Nei הַ·צֹּ֖אן hatz·Tzon בָּ·רֳהָטִ֑ים
bo·ro·ha·Tim; לְ·יַחְמֵ֖·נָּה le·yach·Men·nah בַּ·מַּקְלֽוֹת׃ bam·mak·Lot.
Cuando era el tiempo de aparearse para el ganado
30:42 וּ·בְ·הַעֲטִ֥יף
u·ve·ha·'a·Tif הַ·צֹּ֖אן hatz·Tzon לֹ֣א lo יָשִׂ֑ים
ya·Sim; וְ·הָיָ֤ה ve·ha·Yah הָ·עֲטֻפִים֙ ha·'a·tu·Fim לְ·לָבָ֔ן
le·la·Van, וְ·הַ·קְּשֻׁרִ֖ים ve·hak·ke·shu·Rim לְ·יַעֲקֹֽב׃ le·ya·'a·Ko.
Pero cuando el rebaño era de apareamiento tardío no ponía
(las ramillas ante ellas), de modo que los (animales) de apareamiento tardío (los débiles) fuesen para Labán y los de celo rápido (los fuertes) para
Iaacov. (Los animales de apareamiento tardío son los de períodos de celo más distanciados,
en contraste con los de «celo rápido»).
30:43 וַ·יִּפְרֹ֥ץ
vai·yif·Rotz הָ·אִ֖ישׁ ha·'Ish מְאֹ֣ד me·'Od מְאֹ֑ד
me·'Od; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- ל·וֹ֙ lo צֹ֣אן
tzon רַבּ֔וֹת rab·Bot, וּ·שְׁפָחוֹת֙
u·she·fa·choT וַ·עֲבָדִ֔ים va·'a·va·Dim, וּ·גְמַלִּ֖ים u·ge·mal·Lim וַ·חֲמֹרִֽים׃
va·cha·mo·Rim.
El hombre prosperó mucho y tuvo rebaños prolíferos,
sirvientas y sirvientes, camellos y asnos.
Nota al vers. 25: Rajel le dio a su hijo el nombre de “Iosef”: Iosef significa “incrementar”, “agregar”, y justamente le dio ese nombre para significar “Que me dé יהוה otro hijo”. El sentido interior del pedido de Rajel fue que su hijo ascendiese constantemente en la escala de valores incrementando nuevas virtudes, al punto de que —en función de sus constantes cambios y progresos en su trabajo consigo mismo— a cada instante pareciese otra persona. Labán).
Nota a los vers. 33, 34: “(Dijo Iaacov a Labán): Todos los animales
que estuviesen entre mis rebaños, que no sean manchados o marrón rojizo, serán
considerados robo. Y Labán respondió dijo ¡Bien (acepto)!”: Labán aceptó
el acuerdo inmediatamente, porque era muy remota la posibilidad de que
—animales enfermos y de coloración normal— dieran a luz crías de color
infrecuentes. De modo que Labán creía que entre los ganados de Iaacov hallaría
sin duda algunos animales robados, es decir, animales que por su coloración
normal pertenecerían a Labán. La gente maligna deriva un aciago placer de hallar
faltas y supuestos defectos en la gente honesta.
Nota al vers. 39: Iaacov implementó un ingenioso sistema para la obtención de animales con características genéticas determinadas. La idea era que las hembras, al ver los dibujos que formaban las ramillas descortezadas, dieran a luz crías manchadas con dibujos similares a las manchas, que serían los animales de coloración infrecuente que de acuerdo al pacto le pertenecían a Iaacov. Al ver esas ramillas en el agua, las hembras se asustaban y retrocedían. Y entonces los machos las fertilizaban y ellas daban a luz crías con manchas similares a los dibujos de las ramillas. de apareamiento temprano (que son los animales más fuertes), Iaacov ponía las ramillas descortezadas ante los ojos del rebaño, en el abrevadero, para estimularlas con dichas varas (de modo que dieran a luz crías salpicadas y manchadas conforme a la imagen de aquellas ramillas reflejadas en el agua).
CAPITULO 31
Iaacov decide huir de Labán
31:1 וַ·יִּשְׁמַ֗ע
vai·yish·Ma', אֶת־ 'et- דִּבְרֵ֤י div·Rei בְנֵֽי־
ve·nei- לָבָן֙ la·Van לֵ·אמֹ֔ר
le·Mor, לָקַ֣ח la·Kach יַעֲקֹ֔ב
ya·'a·Ko, אֵ֖ת 'et כָּל־
kol- אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher לְ·אָבִ֑י·נוּ
le·'a·Vi·nu; וּ·מֵ·אֲשֶׁ֣ר u·me·'a·Sher לְ·אָבִ֔י·נוּ le·'a·Vi·nu, עָשָׂ֕ה
'a·Sah אֵ֥ת 'et כָּל־
kol- הַ·כָּבֹ֖ד hak·ka·Vod הַ·זֶּֽה׃
haz·Zeh.
Y (Iaacov) escuchó que los hijos de Labán decían: “Iaacov
tomó todo lo que era de nuestro padre, y de lo que es de nuestro padre hizo
toda esta fortuna”.
31:2 וַ·יַּ֥רְא
vai·Yar יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko אֶת־ 'et- פְּנֵ֣י
pe·Nei לָבָ֑ן la·Van; וְ·הִנֵּ֥ה
ve·hin·Neh אֵינֶ֛·נּוּ 'ei·nen·Nu עִמּ֖·וֹ im·Mo כִּ·תְמ֥וֹל
kit·Mol שִׁלְשֽׁוֹם׃ shil·Shom.
Iaacov vio el rostro de Labán, y resulta que (Labán) ya
no era con él como antes.
31:3 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer יְהוָה֙ A·do·Nai אֶֽל־ 'el- יַעֲקֹ֔ב
ya·'a·Ko, שׁ֛וּב shuv אֶל־ 'el- אֶ֥רֶץ 'E·retz אֲבוֹתֶ֖י·ךָ a·vo·Tei·cha וּ·לְ·מוֹלַדְתֶּ֑·ךָ
u·le·mo·lad·Te·cha; וְ·אֶֽהְיֶ֖ה ve·'eh·Yeh עִמָּֽ·ךְ׃ 'im·Mach.
יהוה le dijo a Iaacov: “Retorna a la tierra de tus padres y a tu patria.
Yo estaré contigo.”
31:4 וַ·יִּשְׁלַ֣ח
vai·yish·Lach יַעֲקֹ֔ב ya·'a·Ko, וַ·יִּקְרָ֖א vai·yik·Ra לְ·רָחֵ֣ל
le·ra·Chel וּ·לְ·לֵאָ֑ה u·le·le·'Ah; הַ·שָּׂדֶ֖ה has·sa·Deh אֶל־
'el- צֹאנֽ·וֹ׃ tzo·No.
Entonces Iaacov mandó a llamar a Rajel y a Leá al campo,
donde tenía su ganado,
31:5 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לָ·הֶ֗ן la·Hen, רֹאֶ֤ה ro·'Eh אָנֹכִי֙
'a·no·Chi אֶת־ 'et- פְּנֵ֣י
pe·Nei אֲבִי·כֶ֔ן 'a·vi·Chen, כִּֽי־ ki- אֵינֶ֥·נּוּ
'ei·Nen·nu אֵלַ֖·י 'e·Lai כִּ·תְמֹ֣ל kit·Mol שִׁלְשֹׁ֑ם
shil·Shom; וֵֽ·אלֹהֵ֣י ve·lo·Hei אָבִ֔·י 'a·Vi, הָיָ֖ה
ha·Yah עִמָּדִֽ·י׃ 'im·ma·Di.
y les dijo: “Estoy viendo por la cara de su padre que él no es el mismo que antes conmigo, pero el Elohim de mi padre ha estado conmigo.
31:6 וְ·אַתֵּ֖נָה
ve·'at·Te·nah יְדַעְתֶּ֑ן ye·da'·Ten; כִּ֚י ki בְּ·כָל־
be·chol כֹּחִ֔·י ko·Chi, עָבַ֖דְתִּי 'a·Vad·ti אֶת־
'et- אֲבִי·כֶֽן׃ 'a·vi·Chen.
Uds. saben que he servido a su padre con toda mi fuerza,
31:7 וַ·אֲבִי·כֶן֙
va·'a·vi·Chen הֵ֣תֶל He·tel בִּ֔·י Bi, וְ·הֶחֱלִ֥ף ve·he·che·Lif אֶת־ 'et- מַשְׂכֻּרְתִּ֖·י
mas·kur·Ti עֲשֶׂ֣רֶת 'a·Se·ret מֹנִ֑ים mo·Nim; וְ·לֹֽא־
ve·lo- נְתָנ֣·וֹ ne·ta·No אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, לְ·הָרַ֖ע
le·ha·Ra' עִמָּדִֽ·י׃ 'im·ma·Di.
pero su padre se burló de mí y cambió mi salario 10 veces pero Elohim
no le dejó hacerme daño.
31:8 אִם־
'im- כֹּ֣ה koh יֹאמַ֗ר
yo·Mar, נְקֻדִּים֙ ne·kud·Dim יִהְיֶ֣ה yih·Yeh שְׂכָרֶ֔·ךָ
se·cha·Re·cha, וְ·יָלְד֥וּ ve·yal·Du כָל־ chol הַ·צֹּ֖אן
hatz·Tzon נְקֻדִּ֑ים ne·kud·Dim; וְ·אִם־ ve·'im- כֹּ֣ה
koh יֹאמַ֗ר yo·Mar, עֲקֻדִּים֙
'a·kud·Dim יִהְיֶ֣ה yih·Yeh שְׂכָרֶ֔·ךָ se·cha·Re·cha, וְ·יָלְד֥וּ
ve·yal·Du כָל־ chol הַ·צֹּ֖אן
hatz·Tzon עֲקֻדִּֽים׃ 'a·kud·Dim.
Si él decía: ‘las (crías) salpicados serán tu salario’,
entonces todo el ganado daba a luz (crías) salpicadas. Y si decía: ‘los
anillados serán tu salario’, todo el ganado daba a luz (crías) anilladas.
31:9 וַ·יַּצֵּ֧ל
vai·yatz·Tzel אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him אֶת־ 'et- מִקְנֵ֥ה
mik·Neh אֲבִי·כֶ֖ם 'a·vi·Chem וַ·יִּתֶּן־ vai·yit·ten- לִֽ·י׃
Li.
De modo que Elohim le quitó el ganado a vuestro padre y
me lo dio a mí.
31:10 וַ·יְהִ֗י
vay·Hi, בְּ·עֵת֙ be·'Et יַחֵ֣ם ya·Chem הַ·צֹּ֔אן hatz·Tzon, וָ·אֶשָּׂ֥א va·'es·Sa עֵינַ֛·י
'ei·Nai וָ·אֵ֖רֶא va·'E·re בַּ·חֲל֑וֹם ba·cha·Lom; וְ·הִנֵּ֤ה
ve·hin·Neh הָֽ·עַתֻּדִים֙ ha·'at·tu·Dim הָ·עֹלִ֣ים ha·'o·Lim עַל־
'al- הַ·צֹּ֔אן hatz·Tzon, עֲקֻדִּ֥ים
'a·kud·Dim נְקֻדִּ֖ים ne·kud·Dim וּ·בְרֻדִּֽים׃ u·ve·rud·Dim.
Cuando era el momento de aparearse del ganado, levanté mis ojos y en un sueño vi que los machos cabríos que montaban (a las hembras) del ganado eran anillados, salpicados y rayados
31:11 וַ·יֹּ֨אמֶר
vai·Yo·mer אֵלַ֜·י 'e·Lai מַלְאַ֧ךְ mal·'Ach הָ·אֱלֹהִ֛ים
ha·'E·lo·Him בַּ·חֲל֖וֹם ba·cha·Lom יַֽעֲקֹ֑ב ya·'a·Ko; וָ·אֹמַ֖ר
va·'o·Mar הִנֵּֽנִ·י׃ hin·Ne·ni.
Entonces me dijo el ángel de Elohim en sueños:
‘¡Iaacov!’, y yo respondí: ‘Aquí estoy’.
31:12 וַ·יֹּ֗אמֶר
vai·Yo·mer, שָׂא־ sa- נָ֨א na עֵינֶ֤י·ךָ 'ei·Nei·cha וּ·רְאֵה֙ u·re·'Eh כָּל־
kol- הָֽ·עַתֻּדִים֙ ha·'at·tu·Dim הָ·עֹלִ֣ים ha·'o·Lim עַל־
'al- הַ·צֹּ֔אן hatz·Tzon, עֲקֻדִּ֥ים
'a·kud·Dim נְקֻדִּ֖ים ne·kud·Dim וּ·בְרֻדִּ֑ים u·ve·rud·Dim; כִּ֣י
ki רָאִ֔יתִי ra·'I·ti, אֵ֛ת
'et כָּל־ kol- אֲשֶׁ֥ר
'a·Sher לָבָ֖ן la·Van עֹ֥שֶׂה
'O·seh לָּֽ·ךְ׃ Lach.
Dijo (el ángel): ‘Por favor, levanta tus ojos y observa que
todos los carneros machos que montan al rebaño (a las hembras) son anillados,
salpicados y rayados. Pues he visto todo lo (mal) que te hace Labán’”.
31:13 אָנֹכִ֤י
'a·no·Chi הָ·אֵל֙ ha·'El בֵּֽית־ beit- אֵ֔ל 'El, אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher מָשַׁ֤חְתָּ ma·Shach·ta שָּׁם֙ sham מַצֵּבָ֔ה
matz·tze·Vah, אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher נָדַ֥רְתָּ na·Dar·ta לִּ֛·י
li שָׁ֖ם sham נֶ֑דֶר
Ne·der; עַתָּ֗ה 'at·Tah, ק֥וּם
kum צֵא֙ tze מִן־
min- הָ·אָ֣רֶץ ha·'A·retz הַ·זֹּ֔את
haz·Zot, וְ·שׁ֖וּב ve·Shuv אֶל־ 'el- אֶ֥רֶץ
'E·retz מוֹלַדְתֶּֽ·ךָ׃ mo·lad·Te·cha.
“Yo soy Elohim de Bet El, donde ungiste un monolito y donde Me hiciste una promesa (Gén. 28:22). Ahora, levántate, vete de esta tierra y vuelve a tu patria.’.”
31:14 וַ·תַּ֤עַן
vat·Ta·'an רָחֵל֙ ra·Chel וְ·לֵאָ֔ה ve·le·'Ah, וַ·תֹּאמַ֖רְנָה
vat·to·Mar·nah ל֑·וֹ lo; הַ·ע֥וֹד ha·'od לָ֛·נוּ La·nu חֵ֥לֶק Che·lek וְ·נַחֲלָ֖ה ve·na·cha·Lah בְּ·בֵ֥ית be·Veit אָבִֽי·נוּ׃
'a·Vi·nu.
Entonces Rajel y Leá replicaron: “¿Acaso nos queda parte
o herencia en la casa de nuestro padre?
31:15 הֲ·ל֧וֹא
ha·Lo נָכְרִיּ֛וֹת na·che·ri·Yot נֶחְשַׁ֥בְנוּ nech·Shav·nu ל֖·וֹ
lo כִּ֣י ki מְכָרָ֑·נוּ
me·cha·Ra·nu; וַ·יֹּ֥אכַל vai·Yo·chal גַּם־ gam- אָכ֖וֹל
a·Chol אֶת־ 'et- כַּסְפֵּֽ·נוּ׃
kas·Pe·nu.
¡Nos considera ajenas pues nos ha vendido (a ti), y consumió todo nuestro dinero! (Labán se sacó de encima a sus hijas sin darles dote y entregándoselas a Iaacov en pago por sus servicios).
31:16 כִּ֣י
ki כָל־ chol הָ·עֹ֗שֶׁר
ha·'O·sher, אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher הִצִּ֤יל hitz·Tzil אֱלֹהִים֙
E·lo·Him מֵֽ·אָבִ֔י·נוּ me·'a·Vi·nu, לָ֥·נוּ La·nu ה֖וּא
hu וּ·לְ·בָנֵ֑י·נוּ u·le·va·Nei·nu; וְ·עַתָּ֗ה ve·'at·Tah, כֹּל֩
kol אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher אָמַ֧ר
'a·Mar אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him אֵלֶ֖י·ךָ 'e·Lei·cha עֲשֵֽׂה׃
'a·Seh.
Sólo toda la riqueza que ha salvado Elohim de (manos de) nuestro padre es de nosotras y de nuestros hijos. De modo que ahora todo lo que te dijo Elohim, hazlo”.
Iaacov parte de regreso hacia la Tierra
Prometida
31:17 וַ·יָּ֖קָם
vai·Ya·kom יַעֲקֹ֑ב ya·'a·Ko; וַ·יִּשָּׂ֛א vai·yis·Sa אֶת־
'et- בָּנָ֥י·ו ba·Nav וְ·אֶת־
ve·'Et נָשָׁ֖י·ו na·Shav עַל־ 'al- הַ·גְּמַלִּֽים׃
hag·ge·mal·Lim.
Iaacov se levantó e hizo montar a sus hijos y a sus
esposas sobre los camellos.
31:18 וַ·יִּנְהַ֣ג
vai·yin·Hag אֶת־ 'et- כָּל־ kol- מִקְנֵ֗·הוּ mik·Ne·hu, וְ·אֶת־ ve·'Et כָּל־
kol- רְכֻשׁ·וֹ֙ re·chu·Sho אֲשֶׁ֣ר
'a·Sher רָכָ֔שׁ ra·Chash, מִקְנֵה֙
mik·Neh קִנְיָנ֔·וֹ kin·ya·No, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher רָכַ֖שׁ
ra·Chash בְּ·פַדַּ֣ן be·fad·Dan אֲרָ֑ם 'a·Ram; לָ·ב֛וֹא
la·Vo אֶל־ 'el- יִצְחָ֥ק
yitz·Chak אָבִ֖י·ו 'a·Viv אַ֥רְצָ·ה 'Ar·tzah כְּנָֽעַן׃
ke·Na·'an.
Guió todos sus ganados y toda la hacienda que adquirió —
los bienes de su pertenencia que adquirió en Padán Aram (Mesopotamia) — para regresar
hacia su padre Itzjak en la tierra de Kenaan.
31:19 וְ·לָבָ֣ן
ve·la·Van הָלַ֔ךְ ha·Lach, לִ·גְזֹ֖ז lig·Zoz אֶת־
'et- צֹאנ֑·וֹ tzo·No; וַ·תִּגְנֹ֣ב
vat·tig·No רָחֵ֔ל ra·Chel, אֶת־ 'et- הַ·תְּרָפִ֖ים
hat·te·ra·Fim אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher לְ·אָבִֽי·הָ׃ le·'a·Vi·ha.
Mientras, Labán había ido a esquilar su rebaño y Rajel
quitó los ídolos domésticos que tenía su padre.
31:20 וַ·יִּגְנֹ֣ב
vai·yig·No יַעֲקֹ֔ב ya·'a·Ko, אֶת־ 'et- לֵ֥ב
lev לָבָ֖ן la·Van הָ·אֲרַמִּ֑י
ha·'a·ram·Mi; עַל־ 'al- בְּלִי֙ be·Li הִגִּ֣יד hig·Gid ל֔·וֹ lo, כִּ֥י
ki בֹרֵ֖חַ vo·Re·ach הֽוּא׃
Hu.
Iaacov engañó a Labán el arameo, pues no le avisó que
huía.
31:21 וַ·יִּבְרַ֥ח
vai·yiv·Rach הוּא֙ hu וְ·כָל־ ve·chol אֲשֶׁר־ 'a·Sher- ל֔·וֹ lo, וַ·יָּ֖קָם
vai·Ya·kom וַ·יַּעֲבֹ֣ר vai·ya·'a·Vor אֶת־ 'et- הַ·נָּהָ֑ר
han·na·Har; וַ·יָּ֥שֶׂם vai·Ya·sem אֶת־ 'et- פָּנָ֖י·ו
pa·Nav הַ֥ר har הַ·גִּלְעָֽד׃
hag·gil·'Ad.
De modo que escapó con todo lo que tenía; se levantó,
cruzó el río y enfiló hacia el monte Guilead.
31:22 וַ·יֻּגַּ֥ד
vai·yug·Gad לְ·לָבָ֖ן le·la·Van בַּ·יּ֣וֹם bai·Yom הַ·שְּׁלִישִׁ֑י
hash·she·li·Shi; כִּ֥י ki בָרַ֖ח va·Rach יַעֲקֹֽב׃ ya·'a·Ko.
Al tercer día le fue avisado a Labán que (Iaacov) había
huido,
31:23 וַ·יִּקַּ֤ח
vai·yik·Kach אֶת־ 'et- אֶחָי·ו֙ 'e·Chav עִמּ֔·וֹ im·Mo, וַ·יִּרְדֹּ֣ף vai·yir·Dof אַחֲרָ֔י·ו
'a·cha·Rav, דֶּ֖רֶךְ De·rech שִׁבְעַ֣ת shiv·'At יָמִ֑ים
ya·Mim; וַ·יַּדְבֵּ֥ק vai·yad·Bek אֹת֖·וֹ o·To בְּ·הַ֥ר
be·Har הַ·גִּלְעָֽד׃ hag·gil·'Ad.
por lo que tomó a sus parientes consigo y lo persiguió
una distancia (equivalente) a siete días y lo alcanzó en el monte de Guilead.
31:24 וַ·יָּבֹ֧א
vai·ya·Vo אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him אֶל־ 'el- לָבָ֥ן
la·Van הָ·אֲרַמִּ֖י ha·'a·ram·Mi בַּ·חֲלֹ֣ם ba·cha·Lom הַ·לָּ֑יְלָה
hal·La·ye·lah; וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer ל֗·וֹ lo, הִשָּׁ֧מֶר
hish·Sha·mer לְ·ךָ֛ le·Cha פֶּן־ pen- תְּדַבֵּ֥ר te·dab·Ber עִֽם־ 'im- יַעֲקֹ֖ב
ya·'a·Ko מִ·טּ֥וֹב mit·Tov עַד־ 'ad- רָֽע׃
Ra'.
Pero Elohim se apareció ante Labán el arameo en un sueño
nocturno y le dijo: “¡Cuídate de hablar con Iaacov bien ni mal!”
31:25 וַ·יַּשֵּׂ֥ג
vai·yas·Seg לָבָ֖ן la·Van אֶֽת־ 'et- יַעֲקֹ֑ב ya·'a·Ko; וְ·יַעֲקֹ֗ב ve·ya·'a·Ko, תָּקַ֤ע
ta·Ka' אֶֽת־ 'et- אָהֳל·וֹ֙
o·ho·Lo בָּ·הָ֔ר ba·Har, וְ·לָבָ֛ן ve·la·Van תָּקַ֥ע
ta·Ka' אֶת־ 'et- אֶחָ֖י·ו
'e·Chav בְּ·הַ֥ר be·Har הַ·גִּלְעָֽד׃ hag·gil·'Ad.
Labán alcanzó a Iaacov. Iaacov fijó su tienda en la montaña,
mientras que Labán estableció a sus parientes en el monte Guilead.
31:26 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer לָבָן֙ la·Van לְ·יַעֲקֹ֔ב le·ya·'a·Ko, מֶ֣ה
meh עָשִׂ֔יתָ 'a·Si·ta, וַ·תִּגְנֹ֖ב
vat·tig·No אֶת־ 'et- לְבָבִ֑·י
le·va·Vi; וַ·תְּנַהֵג֙ vat·te·na·Heg אֶת־ 'et- בְּנֹתַ֔·י
be·no·Tai, כִּ·שְׁבֻי֖וֹת kish·vu·Yot חָֽרֶב׃ Cha·rev.
Entonces le dijo Labán a Iaacov: “¿Qué hiciste? ¡Me
engañaste, te llevaste a mis hijas como prisioneras de guerra!
31:27 לָ֤·מָּה
Lam·mah נַחְבֵּ֙אתָ֙ nach·Be·ta לִ·בְרֹ֔חַ liv·Ro·ach, וַ·תִּגְנֹ֖ב
vat·tig·No אֹתִ֑·י 'o·Ti; וְ·לֹא־ ve·lo- הִגַּ֣דְתָּ hig·Gad·ta לִּ֔·י Li, וָֽ·אֲשַׁלֵּחֲ·ךָ֛
va·'a·shal·le·cha·Cha בְּ·שִׂמְחָ֥ה be·sim·Chah וּ·בְ·שִׁרִ֖ים u·ve·shi·Rim בְּ·תֹ֥ף
be·Tof וּ·בְ·כִנּֽוֹר׃ u·ve·chin·Nor.
¿Por qué te escondiste para huir y me engañaste? Nada me avisaste, de lo contrario te hubiese despedido con alegría, con canciones, con tamboril y con arpa.
31:28 וְ·לֹ֣א
ve·Lo נְטַשְׁתַּ֔·נִי ne·tash·Ta·ni, לְ·נַשֵּׁ֥ק le·nash·Shek לְ·בָנַ֖·י
le·va·Nai וְ·לִ·בְנֹתָ֑·י ve·liv·no·Tai; עַתָּ֖ה 'at·Tah הִסְכַּ֥לְתָּֽ
his·Kal·ta עֲשֽׂוֹ׃ a·So.
Y ni siquiera me permitiste besar a mis nietos ni a mis
hijas. De modo que te portaste conmigo tontamente.
31:29 יֶשׁ־
yesh- לְ·אֵ֣ל le·'El יָדִ֔·י
ya·Di, לַ·עֲשׂ֥וֹת la·'a·Sot עִמָּ·כֶ֖ם 'im·ma·Chem רָ֑ע
Ra'; וֵֽ·אלֹהֵ֨י ve·lo·Hei אֲבִי·כֶ֜ם 'a·vi·Chem אֶ֣מֶשׁ ׀
'E·mesh אָמַ֧ר 'a·Mar אֵלַ֣·י
'e·Lai לֵ·אמֹ֗ר le·Mor, הִשָּׁ֧מֶר
hish·Sha·mer לְ·ךָ֛ le·Cha מִ·דַּבֵּ֥ר mid·dab·Ber עִֽם־
'im- יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko מִ·טּ֥וֹב
mit·Tov עַד־ 'ad- רָֽע׃
Ra'.
Mi mano tiene el poder de dañarte, pero el Elohim de tu
padre me habló anoche, diciendo: ‘¡Cuídate de hablar con Iaacov bien ni mal!’.
(Textualmente no dice “poder” sino “Él”, cuyo significado es fuerza, vigor. Análogamente
el Nombre divino É-l alude a la fuerza y poder del Supremo).
31:30 וְ·עַתָּה֙
ve·'at·Tah הָלֹ֣ךְ ha·Loch הָלַ֔כְתָּ ha·Lach·ta, כִּֽי־
ki- נִכְסֹ֥ף nich·Sof נִכְסַ֖פְתָּה
nich·Saf·tah לְ·בֵ֣ית le·Veit אָבִ֑י·ךָ 'a·Vi·cha; לָ֥·מָּה
Lam·mah גָנַ֖בְתָּ ga·Nav·ta אֶת־ 'et- אֱלֹהָֽ·י׃
'e·lo·Hai.
Te fuiste porque añorabas mucho tu casa paterna, ¿pero
por qué robaste mis ídolos?”
31:31 וַ·יַּ֥עַן
vai·Ya·'an יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer לְ·לָבָ֑ן
le·la·Van; כִּ֣י ki יָרֵ֔אתִי ya·Re·ti, כִּ֣י
ki אָמַ֔רְתִּי 'a·Mar·ti, פֶּן־
pen- תִּגְזֹ֥ל tig·Zol אֶת־
'et- בְּנוֹתֶ֖י·ךָ be·no·Tei·cha מֵ·עִמִּֽ·י׃ me·'im·Mi.
Entonces Iaacov le replicó a Labán: “Porque tuve miedo, pensé
que me quitarías a tus hijas;
31:32 עִ֠ם
'im אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher תִּמְצָ֣א
tim·Tza אֶת־ 'et- אֱלֹהֶי·ךָ֮
'e·lo·hei·Cha לֹ֣א lo יִֽחְיֶה֒ yich·Yeh נֶ֣גֶד
Ne·ged אַחֵ֧י·נוּ 'a·Chei·nu הַֽכֶּר־ hak·ker- לְ·ךָ֛
le·Cha מָ֥ה mah עִמָּדִ֖·י
'im·ma·Di וְ·קַֽח־ ve·kach- לָ֑·ךְ Lach; וְ·לֹֽא־
ve·lo- יָדַ֣ע ya·Da' יַעֲקֹ֔ב
ya·'a·Ko, כִּ֥י ki רָחֵ֖ל
ra·Chel גְּנָבָֽתַ·ם׃ ge·na·Va·tam.
por lo demás, aquel en cuya posesión halles tus ídolos,
que no viva. En presencia de nuestros parientes (como testigos) identifica qué
cosas de las que tengo yo (pertenecerían a ti) y llévatelas”. Pero Iaacov no
sabía que Rajel había robado (los ídolos). (Y por causa de la maldición, Rajel
falleció en el camino - Gén. 35:18). (Rajel quitó los ídolos para
resguardar a su padre de la idolatría).
31:33 וַ·יָּבֹ֨א
vai·ya·Vo לָבָ֜ן la·Van בְּ·אֹ֥הֶל be·'O·hel יַעֲקֹ֣ב ׀
ya·'a·Ko וּ·בְ·אֹ֣הֶל u·ve·'O·hel לֵאָ֗ה le·'Ah, וּ·בְ·אֹ֛הֶל u·ve·'O·hel שְׁתֵּ֥י
she·Tei הָ·אֲמָהֹ֖ת ha·'a·ma·Hot וְ·לֹ֣א ve·Lo מָצָ֑א
ma·Tza; וַ·יֵּצֵא֙ vai·ye·Tze מֵ·אֹ֣הֶל me·'O·hel לֵאָ֔ה
le·'Ah, וַ·יָּבֹ֖א vai·ya·Vo בְּ·אֹ֥הֶל be·'O·hel רָחֵֽל׃
ra·Chel.
Labán entró en la tienda de Iaacov, en la tienda de Leá y
en la tienda de las dos sirvientas, pero no los halló. Y al salir de la tienda
de Leá entró en la tienda de Rajel.
31:34 וְ·רָחֵ֞ל
ve·ra·Chel לָקְחָ֣ה la·ke·Chah אֶת־ 'et- הַ·תְּרָפִ֗ים
hat·te·ra·Fim, וַ·תְּשִׂמֵ֛·ם vat·te·si·Mem בְּ·כַ֥ר be·Char הַ·גָּמָ֖ל
hag·ga·Mal וַ·תֵּ֣שֶׁב vat·Te·shev עֲלֵי·הֶ֑ם 'a·lei·Hem; וַ·יְמַשֵּׁ֥שׁ
vay·mash·Shesh לָבָ֛ן la·Van אֶת־ 'et- כָּל־ kol- הָ·אֹ֖הֶל ha·'O·hel וְ·לֹ֥א
ve·Lo מָצָֽא׃ ma·Tza.
Pero Rajel ya había tomado los ídolos y los había
ocultado en una mantilla (de la montura) del camello y se había sentado encima
de ellos. Labán palpó (y buscó) por toda la tienda, pero no los encontró.
31:35 וַ·תֹּ֣אמֶר
vat·To·mer אֶל־ 'el- אָבִ֗י·הָ
'a·Vi·ha, אַל־ 'al- יִ֙חַר֙
yi·char בְּ·עֵינֵ֣י be·'ei·Nei אֲדֹנִ֔·י 'a·do·Ni, כִּ֣י
ki ל֤וֹא Lo אוּכַל֙
'u·Chal לָ·ק֣וּם la·Kum מִ·פָּנֶ֔י·ךָ mip·pa·Nei·cha, כִּי־
ki- דֶ֥רֶךְ De·rech נָשִׁ֖ים
na·Shim לִ֑·י Li; וַ·יְחַפֵּ֕שׂ
vay·chap·Pes וְ·לֹ֥א ve·Lo מָצָ֖א ma·Tza אֶת־ 'et- הַ·תְּרָפִֽים׃ hat·te·ra·Fim.
Dijo ella a su padre: “No se enoje mi señor que no pueda levantarme ante ti pues estoy con el período femenino”. Él buscó, pero no halló los ídolos domésticos.
31:36 וַ·יִּ֥חַר
vai·Yi·char לְ·יַעֲקֹ֖ב le·ya·'a·Ko וַ·יָּ֣רֶב vai·Ya·rev בְּ·לָבָ֑ן
be·la·Van; וַ·יַּ֤עַן vai·Ya·'an יַעֲקֹב֙ ya·'a·Ko וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לְ·לָבָ֔ן le·la·Van, מַה־ mah- פִּשְׁעִ·י֙
pish·'I מַ֣ה mah חַטָּאתִ֔·י
chat·ta·Ti, כִּ֥י ki דָלַ֖קְתָּ da·Lak·ta אַחֲרָֽ·י׃
'a·cha·Rai.
Entonces se enojó Iaacov y discutió con Labán. Iaacov replicó y dijo a Labán: “¿¡Cuál es mi transgresión y cuál es mi pecado para que me persigas!?
31:37 כִּֽי־
ki- מִשַּׁ֣שְׁתָּ mish·Shash·ta אֶת־ 'et- כָּל־
kol- כֵּלַ֗·י ke·Lai, מַה־
mah- מָּצָ֙אתָ֙ ma·Tza·ta מִ·כֹּ֣ל
mik·Kol כְּלֵי־ ke·lei- בֵיתֶ֔·ךָ
vei·Te·cha, שִׂ֣ים sim כֹּ֔ה Koh, נֶ֥גֶד Ne·ged אַחַ֖·י 'a·Chai וְ·אַחֶ֑י·ךָ ve·'a·Chei·cha; וְ·יוֹכִ֖יחוּ ve·yo·Chi·chu בֵּ֥ין
bein שְׁנֵֽי·נוּ׃ she·Nei·nu.
¡Ya que has hurgado entre todas mis cosas, ¿qué objetos de tu propiedad has hallado!? ¡Ponlos aquí, delante de mis hombres y tus hombres, y juzguen ellos entre nosotros dos!
31:38 זֶה֩
zeh עֶשְׂרִ֨ים 'es·Rim שָׁנָ֤ה
sha·Nah אָנֹכִי֙ 'a·no·Chi עִמָּ֔·ךְ 'im·Mach, רְחֵלֶ֥י·ךָ
re·che·Lei·cha וְ·עִזֶּ֖י·ךָ ve·'iz·Zei·cha לֹ֣א lo שִׁכֵּ֑לוּ
shik·Ke·lu; וְ·אֵילֵ֥י ve·'ei·Lei צֹאנְ·ךָ֖ tzo·ne·Cha לֹ֥א
lo אָכָֽלְתִּי׃ 'a·Chal·ti.
Estos veinte años que he estado contigo, tus ovejas y tus cabras no abortaron, ni he comido los carneros de tus rebaños.
31:39 טְרֵפָה֙
te·re·Fah לֹא־ lo- הֵבֵ֣אתִי
he·Ve·ti אֵלֶ֔י·ךָ 'e·Lei·cha, אָנֹכִ֣י 'a·no·Chi אֲחַטֶּ֔·נָּה
'a·chat·Ten·nah, מִ·יָּדִ֖·י mi·ya·Di תְּבַקְשֶׁ֑·נָּה te·vak·Shen·nah; גְּנֻֽבְתִ֣י
ge·nuv·Ti י֔וֹם Yom, וּ·גְנֻֽבְתִ֖י
u·ge·nuv·Ti לָֽיְלָה׃ La·ye·lah.
Nunca te llevé un animal que haya sido atacado (por fieras), yo asumí (siempre) la pérdida: De mi mano exigías (la compensación), ya fuese (el animal) hurtado de día o hurtado de noche.
31:40 הָיִ֧יתִי
ha·Yi·ti בַ·יּ֛וֹם vai·Yom אֲכָלַ֥·נִי 'a·cha·La·ni חֹ֖רֶב
Cho·rev וְ·קֶ֣רַח ve·Ke·rach בַּ·לָּ֑יְלָה bal·La·ye·lah; וַ·תִּדַּ֥ד
vat·tid·Dad שְׁנָתִ֖·י she·na·Ti מֵֽ·עֵינָֽ·י׃ Me·'ei·Nai.
Así estaba yo: de día me consumía el calor y por la noche el hielo. Y el sueño huía de mis ojos (porque pasaba toda la noche estudiando Torá).
31:41 זֶה־
zeh- לִּ֞·י li עֶשְׂרִ֣ים
'es·Rim שָׁנָה֮ sha·Nah בְּ·בֵיתֶ·ךָ֒
be·vei·te·Cha עֲבַדְתִּ֜י·ךָ 'a·vad·Ti·cha אַרְבַּֽע־ 'ar·ba'- עֶשְׂרֵ֤ה
'es·Reh שָׁנָה֙ sha·Nah בִּ·שְׁתֵּ֣י
bish·Tei בְנֹתֶ֔י·ךָ ve·no·Tei·cha, וְ·שֵׁ֥שׁ ve·Shesh שָׁנִ֖ים
sha·Nim בְּ·צֹאנֶ֑·ךָ be·tzo·Ne·cha; וַ·תַּחֲלֵ֥ף vat·ta·cha·Lef אֶת־
'et- מַשְׂכֻּרְתִּ֖·י mas·kur·Ti עֲשֶׂ֥רֶת 'a·Se·ret מֹנִֽים׃
mo·Nim.
Hace 20 años que estoy en tu casa: 14 años te serví por tus dos hijas y 6 años por tu ganado; y tú modificaste mi salario 10 veces (ver 31:7).
31:42 לוּלֵ֡י
lu·Lei אֱלֹהֵ֣י 'e·lo·Hei אָבִ·י֩
'a·Vi אֱלֹהֵ֨י 'e·lo·Hei אַבְרָהָ֜ם
'av·ra·Ham וּ·פַ֤חַד u·Fa·chad יִצְחָק֙ yitz·Chak הָ֣יָה
Ha·yah לִ֔·י Li, כִּ֥י
ki עַתָּ֖ה 'at·Tah רֵיקָ֣ם
rei·Kam שִׁלַּחְתָּ֑·נִי shil·lach·Ta·ni; אֶת־ 'et- עָנְיִ֞·י
'a·ne·Yi וְ·אֶת־ ve·'Et יְגִ֧יעַ ye·Gi·a' כַּפַּ֛·י kap·Pai רָאָ֥ה ra·'Ah אֱלֹהִ֖ים
E·lo·Him וַ·יּ֥וֹכַח vai·Yo·chach אָֽמֶשׁ׃ 'A·mesh.
Si no hubiese estado conmigo el Elohim de mi padre, el Elohim de Abraham y el Temor de Itzjak, me habrías despedido con las manos vacías. Mi aflicción y la fatiga de mis manos ha visto Elohim. Él te reprendió anoche.” (En lugar de “Temor de Itzjak” debió haber dicho “Elohim de Itzjak”).
31:43 וַ·יַּ֨עַן
vai·Ya·'an לָבָ֜ן la·Van וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֶֽל־
'el- יַעֲקֹ֗ב ya·'a·Ko, הַ·בָּנ֨וֹת
hab·ba·Not בְּנֹתַ֜·י be·no·Tai וְ·הַ·בָּנִ֤ים ve·hab·ba·Nim בָּנַ·י֙
ba·Nai וְ·הַ·צֹּ֣אן ve·hatz·Tzon צֹאנִ֔·י tzo·Ni, וְ·כֹ֛ל
ve·Chol אֲשֶׁר־ 'a·Sher- אַתָּ֥ה
'at·Tah רֹאֶ֖ה ro·'Eh לִ·י־
li- ה֑וּא Hu; וְ·לִ·בְנֹתַ֞·י
ve·liv·no·Tai מָֽה־ mah- אֶֽעֱשֶׂ֤ה 'e·'e·Seh לָ·אֵ֙לֶּה֙
la·'El·leh הַ·יּ֔וֹם hai·Yom, א֥וֹ o לִ·בְנֵי·הֶ֖ן
liv·nei·Hen אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher יָלָֽדוּ׃ ya·La·du.
Replicó Labán a Iaacov: “Las hijas son mis hijas, los hijos son mis hijos y los rebaños son mis rebaños y todo lo que tú estás viendo, es mío. Y respecto de mis hijas, ¿qué (mal crees que) puedo hacer hoy por ellas, o por sus hijos que (ellas) han dado a luz?
31:44 וְ·עַתָּ֗ה
ve·'at·Tah, לְכָ֛·ה le·Chah נִכְרְתָ֥ה nich·re·Tah בְרִ֖ית
ve·Rit אֲנִ֣י 'a·Ni וָ·אָ֑תָּה
va·'At·tah; וְ·הָיָ֥ה ve·ha·Yah לְ·עֵ֖ד le·'Ed בֵּינִ֥·י
bei·Ni וּ·בֵינֶֽ·ךָ׃ u·vei·Ne·cha.
Ahora ven, hagamos un pacto tú y yo, y que Él sea testigo entre tú y yo.”
31:45 וַ·יִּקַּ֥ח
vai·yik·Kach יַעֲקֹ֖ב ya·'a·Ko אָ֑בֶן 'A·ven; וַ·יְרִימֶ֖·הָ
vay·ri·Me·ha מַצֵּבָֽה׃ matz·tze·Vah.
Entonces Iaacov tomó una roca y la erigió como monumento.
31:46 וַ·יֹּ֨אמֶר
vai·Yo·mer יַעֲקֹ֤ב ya·'a·Ko לְ·אֶחָי·ו֙ le·'e·Chav לִקְט֣וּ
lik·Tu אֲבָנִ֔ים 'a·va·Nim, וַ·יִּקְח֥וּ vai·yik·Chu אֲבָנִ֖ים
'a·va·Nim וַ·יַּֽעֲשׂוּ־ vai·ya·'a·su- גָ֑ל Gal; וַ·יֹּ֥אכְלוּ
vai·Yo·che·lu שָׁ֖ם sham עַל־ 'al- הַ·גָּֽל׃ hag·Gal.
Dijo Iaacov a sus hijos: “Junten piedras”. Agarraron piedras e hicieron un montículo. Y comieron allí, sobre el montículo.
31:47 וַ·יִּקְרָא־
vai·yik·ra- ל֣·וֹ lo לָבָ֔ן la·Van, יְגַ֖ר ye·Gar שָׂהֲדוּתָ֑א sa·ha·du·Ta; וְ·יַֽעֲקֹ֔ב
ve·ya·'a·Ko, קָ֥רָא Ka·ra ל֖·וֹ lo גַּלְעֵֽד׃ gal·'Ed.
Y Labán lo llamó “Iegar Sohadutá”. Pero Iaacov lo llamó “Galed”. (Ambos nombres significan “montículo del testimonio”. El primero es en arameo, la lengua de Labán. Y el segundo es en hebreo).
31:48 וַ·יֹּ֣אמֶר
vai·Yo·mer לָבָ֔ן la·Van, הַ·גַּ֨ל hag·Gal הַ·זֶּ֥ה
haz·Zeh עֵ֛ד 'ed בֵּינִ֥·י
bei·Ni וּ·בֵינְ·ךָ֖ u·vei·ne·Cha הַ·יּ֑וֹם hai·Yom; עַל־
'al- כֵּ֥ן ken קָרָֽא־
ka·ra- שְׁמ֖·וֹ she·Mo גַּלְעֵֽד׃
gal·'Ed.
Dijo Labán: “Este montículo (Gal) es testigo (ed) entre tú y yo, hoy.” Por eso lo llamó “Galed”.
31:49 וְ·הַ·מִּצְפָּה֙
ve·ham·mitz·Pah אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher אָמַ֔ר 'a·Mar, יִ֥צֶף
Yi·tzef יְהוָ֖ה A·do·Nai בֵּינִ֣·י
bei·Ni וּ·בֵינֶ֑·ךָ u·vei·Ne·cha; כִּ֥י ki נִסָּתֵ֖ר
nis·sa·Ter אִ֥ישׁ 'ish מֵ·רֵעֵֽ·הוּ׃ me·re·'E·hu.
Y (también lo llamó) “La Mitzpá” (El Observatorio), pues dijo: “Observe (itzef, voz relacionada con Mitzpá) יהוה entre tú y yo, cuando nos hayamos perdido (de vista) mutuamente. (Ambos -Iaacov y Labán- dijeron eso).
31:50 אִם־
'im- תְּעַנֶּ֣ה te·'an·Neh אֶת־
'et- בְּנֹתַ֗·י be·no·Tai, וְ·אִם־
ve·'im- תִּקַּ֤ח tik·Kach נָשִׁים֙ na·Shim עַל־
'al- בְּנֹתַ֔·י be·no·Tai, אֵ֥ין
'ein אִ֖ישׁ 'ish עִמָּ֑·נוּ
'im·Ma·nu; רְאֵ֕ה re·'Eh אֱלֹהִ֥ים E·lo·Him עֵ֖ד
'ed בֵּינִ֥·י bei·Ni וּ·בֵינֶֽ·ךָ׃
u·vei·Ne·cha.
Si afliges a mis hijas o si te casas con otras mujeres fuera de mis hijas, no habrá nadie entre nosotros. Pero mira, Elohim es testigo entre tú y yo.”
31:51 וַ·יֹּ֥אמֶר
vai·Yo·mer לָבָ֖ן la·Van לְ·יַעֲקֹ֑ב le·ya·'a·Ko; הִנֵּ֣ה
׀ hin·Neh הַ·גַּ֣ל hag·Gal הַ·זֶּ֗ה haz·Zeh, וְ·הִנֵּה֙
ve·hin·Neh הַ·מַצֵּבָ֔ה ha·matz·tze·Vah, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher יָרִ֖יתִי
ya·Ri·ti בֵּינִ֥·י bei·Ni וּ·בֵינֶֽ·ךָ׃ u·vei·Ne·cha.
Y Labán le dijo a Iaacov: “Aquí está el montículo y aquí está el monumento que erigí (como testimonio) entre tú y yo.
31:52 עֵ֚ד
'ed הַ·גַּ֣ל hag·Gal הַ·זֶּ֔ה
haz·Zeh, וְ·עֵדָ֖ה ve·'e·Dah הַ·מַּצֵּבָ֑ה ham·matz·tze·Vah; אִם־
'im- אָ֗נִי 'A·ni, לֹֽא־
lo- אֶֽעֱבֹ֤ר 'e·'e·Vor אֵלֶ֙י·ךָ֙
'e·Lei·cha אֶת־ 'et- הַ·גַּ֣ל
hag·Gal הַ·זֶּ֔ה haz·Zeh, וְ·אִם־ ve·'im- אַ֠תָּה
'At·tah לֹא־ lo- תַעֲבֹ֨ר
ta·'a·Vor אֵלַ֜·י 'e·Lai אֶת־ 'et- הַ·גַּ֥ל hag·Gal הַ·זֶּ֛ה haz·Zeh וְ·אֶת־
ve·'Et הַ·מַּצֵּבָ֥ה ham·matz·tze·Vah הַ·זֹּ֖את haz·Zot לְ·רָעָֽה׃
le·ra·'Ah.
Que este montículo sea testigo y el monumento sea testigo de que yo no pasaré este montículo hacia ti y de que tú no pasarás este montículo ni este monumento hacia mi, con malas intenciones.
31:53 אֱלֹהֵ֨י
'e·lo·Hei אַבְרָהָ֜ם 'av·ra·Ham וֵֽ·אלֹהֵ֤י ve·lo·Hei נָחוֹר֙
na·chOr יִשְׁפְּט֣וּ yish·pe·Tu בֵינֵ֔י·נוּ vei·Nei·nu, אֱלֹהֵ֖י
'e·lo·Hei אֲבִי·הֶ֑ם 'a·vi·Hem; וַ·יִּשָּׁבַ֣ע vai·yish·sha·Va' יַעֲקֹ֔ב
ya·'a·Ko, בְּ·פַ֖חַד be·Fa·chad אָבִ֥י·ו 'a·Viv יִצְחָֽק׃
yitz·Chak.
¡El Elohim de Abraham, el dios de Najor y el dios de sus padres juzguen entre nosotros!”. Pero Iaacov juró por el Temor de su padre Itzjak.
31:54 וַ·יִּזְבַּ֨ח
vai·yiz·Bach יַעֲקֹ֥ב ya·'a·Ko זֶ֙בַח֙ ze·vach בָּ·הָ֔ר
ba·Har, וַ·יִּקְרָ֥א vai·yik·Ra לְ·אֶחָ֖י·ו le·'e·Chav לֶ·אֱכָל־
le·'e·chol- לָ֑חֶם La·chem; וַ·יֹּ֣אכְלוּ vai·Yo·che·lu לֶ֔חֶם
Le·chem, וַ·יָּלִ֖ינוּ vai·ya·Li·nu בָּ·הָֽר׃ ba·Har.
Iaacov faenó (animales) en la montaña e invitó a sus parientes a comer pan. Comieron pan y pasaron la noche en la montaña. (En aquellos días, las partes que celebraban un pacto comían de un mismo pan, simbolizando así su unión y mutua lealtad).
Nota al vers. 1: “Iaacov hizo toda esa fortuna”: Al momento de partir de la Mesopotamia de vuelta a la Tierra de Israel, Iaacov tenía una gran familia y una gran fortuna, y el gran mérito de haberlo logrado todo tan sólo con su esfuerzo, dedicación y honradez. Un análisis a priori indicaría que el descenso de Iaacov hacia la Mesopotamia, una tierra en la que regía la ley del fraude y del más fuerte, era un retroceso en su trabajo de superación personal, tanto en las arenas espirituales como materiales. Pero la realidad fue lo opuesto: al hacer una mirada en retrospectiva se aprecia la ventaja que le significó a él haber estado allí. Sólo cuando uno emerge de una situación indeseable puede apreciar, en una mirada hacia atrás, el lado positivo de haber pasado semejante vivencia.
Nota a los vers. 22, 23: “Al tercer día le avisaron a Labán (que Iaacov se había ido)...y lo persiguó durante siete días: ¿Por qué recién al séptimo dpia le dio alcance? Los tres días de viaje que le demoró al enviado llegar a lo de Labán, Iaacov prosiguió su marcha, lo que hace un total de seis días de diferencia . Y al séptimo Labán lo alcanzó.
Nota al vers. 31:53: “Iaacov juró por el Temor de su padre Itzjak”: “Temor de Itzjak” es una alusión al Elohim de Itzjak. El concepto hace referencia al temor que Itzjak experimentó al momento de la Akedá, cuando fue atado sobre el Altar y estuvo a punto de ser ofrendado al Supremo. Itzjak supo sublimar ese temor instintivo y ponerlo a disposición de su servicio a יהוה bajo la forma de un genuino temor reverencial a Él.
CAPITULO 32
32:1 וַ·יַּשְׁכֵּ֨ם
vai·yash·Kem לָבָ֜ן la·Van בַּ·בֹּ֗קֶר bab·Bo·ker, וַ·יְנַשֵּׁ֧ק
vay·nash·Shek לְ·בָנָ֛י·ו le·va·Nav וְ·לִ·בְנוֹתָ֖י·ו ve·liv·no·Tav וַ·יְבָ֣רֶךְ
vay·Va·rech אֶתְ·הֶ֑ם 'et·Hem; וַ·יֵּ֛לֶךְ vai·Ye·lech וַ·יָּ֥שָׁב
vai·Ya·shov לָבָ֖ן la·Van
לִ·מְקֹמֽ·וֹ׃ lim·ko·Mo.
Madrugó Labán por la mañana, besó a sus nietos y a sus hijas y los bendijo. Luego Labán partió y volvió a su lugar.
32:2 וְ·יַעֲקֹ֖ב
ve·ya·'a·Ko הָלַ֣ךְ ha·Lach לְ·דַרְכּ֑·וֹ le·dar·Ko; וַ·יִּפְגְּעוּ־
vai·yif·ge·'u- ב֖·וֹ vo מַלְאֲכֵ֥י mal·'a·Chei אֱלֹהִֽים׃
E·lo·Him.
Y Iaacov siguió su camino. Se encontraron con él ángeles de Elohim. (Eran ángeles de la Tierra de Israel que fueron a escoltarlo en su camino de regreso).
32:3 וַ·יֹּ֤אמֶר
vai·Yo·mer יַעֲקֹב֙ ya·'a·Ko כַּ·אֲשֶׁ֣ר ka·'a·Sher רָאָ֔·ם
ra·'Am, מַחֲנֵ֥ה ma·cha·Neh אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him זֶ֑ה
Zeh; וַ·יִּקְרָ֛א vai·yik·Ra שֵֽׁם־ shem- הַ·מָּק֥וֹם
ham·ma·Kom הַ·ה֖וּא ha·Hu מַֽחֲנָֽיִם׃ Ma·cha·Na·yim. פ
Peh
Al verlos, dijo Iaacov: “Campamento (majané) de Elohim es éste. Entonces llamó aquel lugar “Majanáim”.
Nota al vers. 32:2: “Iaacov siguió su camino”: Todos somos Iaacov, todos tenemos una meta que debemos cumplir, para la cual debemos recorrer el camino en la escala de valores, superándonos constantemente en nuestro trabajo con nosotros mismos y en nurestro servicio a יהוה. Y cada Iaacov tiene ante sí Su Camino que debe seguir, el camino del Supremo, el de la Torá y los actos de bien, que en definitiva es el objetivo primario de nuestra existencia terrenal.
Seguir la lectura de la Haftarat PARASHAT VAYETZE
No hay comentarios:
Publicar un comentario