BERESHIT (Génesis) En principio
PARSHAT BERESHIT
CAPÍTULO 1
Más allá de cualquier otra consideración, la Torá es fundamentalmente el Libro que le revela al hombre la Voluntad de יהוה, qué debe hacer y cómo debe hacerlo. Era de esperar, entonces, que יהוה comenzará la Torá con la especificación de algún precepto, por ejemplo el precepto de establecer y calcular el calendario, que fue el primer precepto que se ordenara a los israelitas como nación constituida. ¿Y por qué entonces comienza con la historia de la creación? Para resaltar el rol de יהוה como Amo del universo. יהוה creó el mundo y distribuyó las tierras a los diferentes pueblos a Su voluntad, para que ninguna nación pudiese discutir el derecho de los israelitas a habitar en su propia tierra, la Tierra de Israel, que יהוה les entregó como su propiedad eterna.
La Creación – Primer Día
1:1 בְּ·רֵאשִׁ֖ית
be·re·Shit בָּרָ֣א ba·Ra אֱלֹהִ֑ים E·lo·Him; אֵ֥ת
'et הַ·שָּׁמַ֖יִם hash·sha·Ma·yim וְ·אֵ֥ת ve·'Et הָ·אָֽרֶץ׃
ha·'A·retz.
En el principio de la creación, al crear Elohim
el cielo y la tierra —
1:2 וְ·הָ·אָ֗רֶץ ve·ha·'A·retz, הָיְתָ֥ה
ha·ye·Tah תֹ֙הוּ֙ To·hu וָ·בֹ֔הוּ va·Vo·hu, וְ·חֹ֖שֶׁךְ
ve·Cho·shech עַל־ 'al- פְּנֵ֣י pe·Nei תְה֑וֹם te·Hom; וְ·ר֣וּחַ ve·Ru·ach אֱלֹהִ֔ים
E·lo·Him, מְרַחֶ֖פֶת me·ra·Che·fet עַל־ 'al- פְּנֵ֥י
pe·Nei הַ·מָּֽיִם׃ ham·Ma·yim.
cuando la tierra estaba caótica y desolada,
con la oscuridad cubriendo la superficie del abismo y el Espíritu
de Elohim cerniéndose sobre la superficie de las aguas —
1:3 וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֖ים
E·lo·Him יְהִ֣י ye·Hi א֑וֹר
or; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- אֽוֹר׃
or.
dijo Elohim: “Haya luz”, y hubo luz. (Ya desde su principio la Torá plantea el objetivo de la creación: Que haya
luz; que con tu luz ilumines la oscuridad de la materia.) (La primera frase de Bereshit suele traducirse como “al
comienzo creó Elohim cielo y tierra”, lo que vendría a establecer el orden
cronológico de la creación: primero el cielo, luego la tierra. Sin embargo,
Rashi aduce que esa interpretación no se ajusta a la gramática hebrea; y por
ende el versículo de ningún modo plantea un orden secuencial. Esta traducción
se adapta al planteo de Rashi). (Que cielo antecede a tierra es un indicador de
que en la interacción espíritu – materia lo primordial son los valores
espirituales, aquellos que dan un sentido real a tu existencia).
1:4 וַ·יַּ֧רְא vai·Yar אֱלֹהִ֛ים
E·lo·Him אֶת־ 'et- הָ·א֖וֹר
ha·'Or כִּי־ ki- ט֑וֹב
Tov; וַ·יַּבְדֵּ֣ל vai·yav·Del אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, בֵּ֥ין
bein הָ·א֖וֹר ha·'Or וּ·בֵ֥ין
u·Vein הַ·חֹֽשֶׁךְ׃ ha·Cho·shech.
Vio Elohim que la luz era buena y separó Elohim la luz de
la oscuridad. (Elohim separó y reservó la luz
para deleite de los virtuosos en el Mundo Venidero)
1:5 וַ·יִּקְרָ֨א vai·yik·Ra אֱלֹהִ֤ים
׀ E·lo·Him לָ·אוֹר֙ la·'Or י֔וֹם Yom, וְ·לַ·חֹ֖שֶׁךְ ve·la·Cho·shech קָ֣רָא Ka·ra לָ֑יְלָה
Lai·lah; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־
vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם
Yom אֶחָֽד׃ 'e·Chad. פ
Peh
Llamó Elohim a la luz “día” y a la oscuridad llamó
“noche”. Fue el anochecer y fue la mañana, un día. (En los otros días de la creación dice: “Segundo día”, “tercer día”,
etc. Respetando la forma gramatical también aquí debió haber dicho “primer día”. Sin
embargo, dice “un día” para resaltar que hasta aquí יהוה estaba solo, era Uno.
Pues los ángeles fueron creados recién al segundo día). (“Fue el anochecer
y fue la mañana” es el fundamento del calendario hebreo, en el que el día
no comienza por la mañana, sino al atardecer de la víspera).
Segundo Día
1:6 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֔ים
E·lo·Him, יְהִ֥י ye·Hi רָקִ֖יעַ ra·Ki·a' בְּ·ת֣וֹךְ be·Toch הַ·מָּ֑יִם ham·Ma·yim; וִ·יהִ֣י
vi·Hi מַבְדִּ֔יל mav·Dil, בֵּ֥ין bein מַ֖יִם
Ma·yim לָ·מָֽיִם׃ la·Ma·yim.
Dijo Elohim:
“Que se solidifique (lit.: “que haya”) el firmamento (-la atmósfera-) en medio de las aguas, que separe las aguas (superiores) de las aguas (inferiores).” (El cielo –al igual que todas las cosas- ya fue creado en
el primer día, ahora sólo le faltaba solidificarse).
1:7 וַ·יַּ֣עַשׂ
vai·Ya·'as אֱלֹהִים֮ E·lo·Him אֶת־ 'et- הָ·רָקִיעַ֒
ha·ra·ki·a' וַ·יַּבְדֵּ֗ל vai·yav·Del, בֵּ֤ין bein הַ·מַּ֙יִם֙
ham·Ma·yim אֲשֶׁר֙ 'a·Sher מִ·תַּ֣חַת mit·Ta·chat לָ·רָקִ֔יעַ
la·ra·Ki·a', וּ·בֵ֣ין u·Vein הַ·מַּ֔יִם ham·Ma·yim, אֲשֶׁ֖ר
'a·Sher מֵ·עַ֣ל me·'Al לָ·רָקִ֑יעַ
la·ra·Ki·a'; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Hizo Elohim
el firmamento y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas
que estaban por sobre el firmamento, y fue así.
1:8 וַ·יִּקְרָ֧א vai·yik·Ra אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him לָֽ·רָקִ֖יעַ la·ra·Ki·a' שָׁמָ֑יִם sha·Ma·yim; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־ vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם Yom שֵׁנִֽי׃ she·Ni. פ Peh
Elohim llamó
al firmamento “cielos”. Fue el anochecer y fue la mañana, (fin del) segundo día. (“Cielo”, en
hebreo, es shamáyim, contracción de las voces esh -fuego-
y máim -agua-, significando que el cielo está compuesto de la
antítesis de ambos elementos. La unión de los opuestos es de un poder tal,
capaz de dar lugar a la más elevada de todas las cosas: el cielo. Unir y
armonizar los opuestos, allí radica el sentido de la vida).
Tercer Día
1:9 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, יִקָּו֨וּ yik·ka·Vu הַ·מַּ֜יִם ham·Ma·yim מִ·תַּ֤חַת mit·Ta·chat הַ·שָּׁמַ֙יִם֙ hash·sha·Ma·yim אֶל־ El- מָק֣וֹם ma·Kom אֶחָ֔ד 'e·Chad, וְ·תֵרָאֶ֖ה ve·te·ra·'Eh הַ·יַּבָּשָׁ֑ה hai·yab·ba·Shah; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Dijo Elohim:
“Que las aguas por debajo del cielo se junten en un área y que aparezca la
tierra seca”. Y fue así.
1:10 וַ·יִּקְרָ֨א vai·yik·Ra אֱלֹהִ֤ים ׀ E·lo·Him לַ·יַּבָּשָׁה֙ lai·yab·ba·Shah אֶ֔רֶץ 'E·retz, וּ·לְ·מִקְוֵ֥ה u·le·mik·Veh הַ·מַּ֖יִם ham·Ma·yim קָרָ֣א ka·Ra יַמִּ֑ים yam·Mim; וַ·יַּ֥רְא vai·Yar אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him כִּי־ ki- טֽוֹב׃ Tov.
Elohim llamó
a lo seco “tierra”, y al conjunto de las aguas llamó “mares”. Elohim vio que
era bueno.
1:11 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, תַּֽדְשֵׁ֤א tad·She הָ·אָ֙רֶץ֙ ha·'A·retz דֶּ֔שֶׁא De·she, עֵ֚שֶׂב 'E·sev מַזְרִ֣יעַ maz·Ri·a' זֶ֔רַע Ze·ra', עֵ֣ץ 'etz פְּרִ֞י pe·Ri עֹ֤שֶׂה 'O·seh פְּרִי֙ pe·Ri לְ·מִינ֔·וֹ le·mi·No, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher זַרְע·וֹ־ zar·'ov- ב֖·וֹ vo עַל־ 'al- הָ·אָ֑רֶץ ha·'A·retz; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Dijo Elohim:
“Que la tierra produzca vegetación: herbaje con semillas, árbol fruto que
produzca frutos de su misma especie (que el árbol
mismo tenga gusto a fruto, y a su vez que produzca frutos), cuya
semilla esté en él; (que haya eso) en la tierra”. Y fue
así.
1:12 וַ·תּוֹצֵ֨א vat·to·Tze הָ·אָ֜רֶץ ha·'A·retz דֶּ֠שֶׁא De·she עֵ֣שֶׂב 'E·sev מַזְרִ֤יעַ maz·Ri·a' זֶ֙רַע֙ ze·ra' לְ·מִינֵ֔·הוּ le·mi·Ne·hu, וְ·עֵ֧ץ ve·'Etz עֹֽשֶׂה־ 'o·seh- פְּרִ֛י pe·Ri אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher זַרְע·וֹ־ zar·'ov- ב֖·וֹ vo לְ·מִינֵ֑·הוּ le·mi·Ne·hu; וַ·יַּ֥רְא vai·Yar אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him כִּי־ ki- טֽוֹב׃ Tov.
Entonces la
tierra produjo vegetación, herbaje que da semillas según su especie, y árbol
que produce fruto cuya semilla está en él, según su especie. (La tierra desobedeció y no produjo árbol fruto—es decir, que
el árbol mismo sea fruto— sino tan solo “árbol que produce fruto”.
Y por eso ella fue castigada cuando Adam comió del fruto prohibido.) Y vio Elohim
que era bueno. (En todo este contexto, la expresión “vio que
era bueno” debe interpretarse como la finalización del acto de creación
que se analiza).
1:13 וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־ vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם Yom שְׁלִישִֽׁי׃ she·li·Shi. פ Peh
Fue el
anochecer y fue la mañana, (fin del) tercer día.
Cuarto Día
1:14 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, יְהִ֤י ye·Hi מְאֹרֹת֙ me·'o·Rot בִּ·רְקִ֣יעַ bir·Ki·a' הַ·שָּׁמַ֔יִם hash·sha·Ma·yim, לְ·הַבְדִּ֕יל le·hav·Dil בֵּ֥ין bein הַ·יּ֖וֹם hai·Yom וּ·בֵ֣ין u·Vein הַ·לָּ֑יְלָה hal·La·ye·lah; וְ·הָי֤וּ ve·ha·Yu לְ·אֹתֹת֙ le·'o·Tot וּ·לְ·מ֣וֹעֲדִ֔ים u·le·Mo·'a·Dim, וּ·לְ·יָמִ֖ים u·le·ya·Mim וְ·שָׁנִֽים׃ ve·sha·Nim.
Dijo Elohim:
“Haya luminarias en el firmamento del cielo para separar el día de la noche y
que sirvan como señal y para (establecer) las Festividades, los días y los años.
1:15 וְ·הָי֤וּ ve·ha·Yu לִ·מְאוֹרֹת֙ lim·'o·Rot בִּ·רְקִ֣יעַ bir·Ki·a' הַ·שָּׁמַ֔יִם hash·sha·Ma·yim, לְ·הָאִ֖יר le·ha·'Ir עַל־ 'al- הָ·אָ֑רֶץ ha·'A·retz; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Que sirvan
como luminarias en el firmamento del cielo para alumbrar sobre la tierra. Y fue
así.
1:16 וַ·יַּ֣עַשׂ vai·Ya·'as אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, אֶת־ 'et- שְׁנֵ֥י she·Nei הַ·מְּאֹרֹ֖ת ham·me·'o·Rot הַ·גְּדֹלִ֑ים hag·ge·do·Lim; אֶת־ 'et- הַ·מָּא֤וֹר ham·ma·'or הַ·גָּדֹל֙ hag·ga·Dol לְ·מֶמְשֶׁ֣לֶת le·mem·She·let הַ·יּ֔וֹם hai·Yom, וְ·אֶת־ ve·'Et הַ·מָּא֤וֹר ham·ma·'or הַ·קָּטֹן֙ hak·ka·Ton לְ·מֶמְשֶׁ֣לֶת le·mem·She·let הַ·לַּ֔יְלָה hal·Lay·lah, וְ·אֵ֖ת ve·'Et הַ·כּוֹכָבִֽים׃ hak·ko·cha·Vim.
Hizo Elohim
las dos grandes luminarias la luminaria mayor para regir el día y la
luminaria menor para regir la noche. Y (también creó) las
estrellas.
1:17 וַ·יִּתֵּ֥ן vai·yit·Ten אֹתָ֛·ם 'o·Tam אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him בִּ·רְקִ֣יעַ bir·Ki·a' הַ·שָּׁמָ֑יִם hash·sha·Ma·yim; לְ·הָאִ֖יר le·ha·'Ir עַל־ 'al- הָ·אָֽרֶץ׃ ha·'A·retz.
Elohim las
estableció en la expansión del cielo para alumbrar sobre la tierra,
1:18 וְ·לִ·מְשֹׁל֙ ve·lim·Shol בַּ·יּ֣וֹם bai·Yom וּ·בַ·לַּ֔יְלָה u·val·Lay·lah, וּֽ·לֲ·הַבְדִּ֔יל u·la·hav·Dil, בֵּ֥ין bein הָ·א֖וֹר ha·'Or וּ·בֵ֣ין u·Vein הַ·חֹ֑שֶׁךְ ha·Cho·shech; וַ·יַּ֥רְא vai·Yar אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him כִּי־ ki- טֽוֹב׃ Tov.
para regir
el día y la noche y para separar la luz de la oscuridad. Elohim vio que era
bueno.
1:19 וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־ vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם Yom רְבִיעִֽי׃ re·vi·'I. פ Peh
Fue el
anochecer y fue la mañana, (fin del) cuarto
día.
Quinto Día
1:20 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, יִשְׁרְצ֣וּ yish·re·Tzu הַ·מַּ֔יִם ham·Ma·yim, שֶׁ֖רֶץ She·retz נֶ֣פֶשׁ Ne·fesh חַיָּ֑ה chai·Yah; וְ·עוֹף֙ ve·'Of יְעוֹפֵ֣ף ye·'o·Fef עַל־ 'al- הָ·אָ֔רֶץ ha·'A·retz, עַל־ 'al- פְּנֵ֖י pe·Nei רְקִ֥יעַ re·Ki·a' הַ·שָּׁמָֽיִם׃ hash·sha·Ma·yim.
Dijo Elohim:
“Produzcan las aguas enjambres de criaturas (lit.: sheretz) vivientes (los peces) y seres voladores que vuelan sobre la tierra, a
través de la expansión del cielo”. (De este
versículo surge que las aves fueron creadas del agua. Sin embargo, según
surge del vers. en Gén. 2:19, resulta que fueron creadas del barro).
1:21 וַ·יִּבְרָ֣א vai·yiv·Ra אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, אֶת־ 'et- הַ·תַּנִּינִ֖ם hat·tan·ni·Nim הַ·גְּדֹלִ֑ים hag·ge·do·Lim; וְ·אֵ֣ת ve·'Et כָּל־ kol- נֶ֣פֶשׁ Ne·fesh הַֽ·חַיָּ֣ה ׀ ha·chai·Yah הָֽ·רֹמֶ֡שֶׂת ha·ro·Me·set אֲשֶׁר֩ 'a·Sher שָׁרְצ֨וּ sha·re·Tzu הַ·מַּ֜יִם ham·Ma·yim לְ·מִֽינֵ·הֶ֗ם le·mi·ne·Hem, וְ·אֵ֨ת ve·'Et כָּל־ kol- ע֤וֹף of כָּנָף֙ ka·Naf לְ·מִינֵ֔·הוּ le·mi·Ne·hu, וַ·יַּ֥רְא vai·Yar אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him כִּי־ ki- טֽוֹב׃ Tov.
Elohim creó
también los gigantes acuáticos y todas las especies de pequeñas criaturas
vivientes (los peces) con los que se colmaron
las aguas. Y también, toda especie de ser con alas. Elohim vio que era bueno.
1:22 וַ·יְבָ֧רֶךְ vay·Va·rech אֹתָ֛·ם 'o·Tam אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him לֵ·אמֹ֑ר le·Mor; פְּר֣וּ pe·Ru וּ·רְב֗וּ u·re·Vu, וּ·מִלְא֤וּ u·mil·'U אֶת־ 'et- הַ·מַּ֙יִם֙ ham·Ma·yim בַּ·יַּמִּ֔ים bai·yam·Mim, וְ·הָ·ע֖וֹף ve·ha·'of יִ֥רֶב Yi·rev בָּ·אָֽרֶץ׃ ba·'A·retz.
Entonces
Elohim los bendijo diciendo: “Sean prolíficos, multiplíquense y colmen las
aguas de los mares. Y multiplíquense los seres voladores sobre la tierra”. (“Seres voladores” alude a todo tipo de criaturas que
vuelan).
1:23 וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־ vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם Yom חֲמִישִֽׁי׃ cha·mi·Shi. פ Peh
Fue el
anochecer y fue la mañana, (fin del) quinto
día. (Peces y aves son la creación del 5° día.
Los opuestos siempre se unen).
Sexto Día
1:24 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, תּוֹצֵ֨א to·Tze הָ·אָ֜רֶץ ha·'A·retz נֶ֤פֶשׁ Ne·fesh חַיָּה֙ chai·Yah לְ·מִינָ֔·הּ le·mi·Nah, בְּהֵמָ֥ה be·he·Mah וָ·רֶ֛מֶשׂ va·Re·mes וְ·חַֽיְת·וֹ־ ve·chay·tov- אֶ֖רֶץ 'E·retz לְ·מִינָ֑·הּ le·mi·Nah; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Dijo Elohim:
“Que saque la tierra criaturas vivientes, cada una de acuerdo
a su especie: animales (de ganado), seres
que se arrastran (aludiendo a reptiles, animales rastreros y
pequeños animales) y fieras de la tierra, cada una según su especie”.
Y en efecto, así fue. (Todas las cosas fueron
creadas el primer día y luego fueron sacadas a luz en el día correspondiente.
Por eso indica el versículo “Saque la tierra criaturas” en vez de “produzca criaturas”,
pues las mismas ya existían desde el primer día; sólo que ahora debían
ser sacadas a luz).
1:25 וַ·יַּ֣עַשׂ vai·Ya·'as אֱלֹהִים֩ E·lo·Him אֶת־ 'et- חַיַּ֨ת chai·Yat הָ·אָ֜רֶץ ha·'A·retz לְ·מִינָ֗·הּ le·mi·Nah, וְ·אֶת־ ve·'Et הַ·בְּהֵמָה֙ hab·be·he·Mah לְ·מִינָ֔·הּ le·mi·Nah, וְ·אֵ֛ת ve·'Et כָּל־ kol- רֶ֥מֶשׂ Re·mes הָֽ·אֲדָמָ֖ה ha·'a·da·Mah לְ·מִינֵ֑·הוּ le·mi·Ne·hu; וַ·יַּ֥רְא vai·Yar אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him כִּי־ ki- טֽוֹב׃ Tov.
Elohim hizo
las bestias de la tierra -cada una según su especie-, los animales (de ganado) -cada uno según su especie- y todo ser que se
arrastra por el suelo -cada uno según su especie-. Elohim vio que era bueno.
1:26 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, נַֽעֲשֶׂ֥ה na·'a·Seh אָדָ֛ם 'a·Dam בְּ·צַלְמֵ֖·נוּ be·tzal·Me·nu כִּ·דְמוּתֵ֑·נוּ kid·mu·Te·nu; וְ·יִרְדּוּ֩ ve·yir·Du בִ·דְגַ֨ת vid·Gat הַ·יָּ֜ם hai·Yam וּ·בְ·ע֣וֹף u·ve·'of הַ·שָּׁמַ֗יִם hash·sha·Ma·yim, וּ·בַ·בְּהֵמָה֙ u·vab·be·he·Mah וּ·בְ·כָל־ u·ve·Chol הָ·אָ֔רֶץ ha·'A·retz, וּ·בְ·כָל־ u·ve·Chol הָ·רֶ֖מֶשׂ ha·Re·mes הָֽ·רֹמֵ֥שׂ ha·ro·Mes עַל־ 'al- הָ·אָֽרֶץ׃ ha·'A·retz.
Dijo Elohim:
“Hagamos un hombre a Nuestra imagen, según Nuestra semejanza, para que tenga dominio sobre
los seres acuáticos, sobre los seres voladores del cielo, sobre los animales,
sobre la tierra y sobre todo ser que se arrastra sobre la tierra”. (“Hagamos”, en plural, puede a inducir a la falsa creencia de que
existiría más de un Creador. Cuando Moshé le hizo ese planteo a יהוה, Él le respondió: Quienquiera pensar
mal, siempre encontrará excusas para hacerlo. Más bien, esta expresión
viene a ser una lección de modestia para la humanidad, en el sentido de
que יהוה, con todo Su potencial como Creador
del universo, al momento de crear al hombre tuvo la humildad de aconsejarse con
Sus subalternos – los ángeles). (“Dominio”, en hebreo, puede leerse
también como descenso, indicando que si el hombre es meritorio
tiene dominio sobre los animales; de lo contrario, es inferior a ellos).
1:27 וַ·יִּבְרָ֨א vai·yiv·Ra אֱלֹהִ֤ים ׀ E·lo·Him אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָם֙ ha·'a·Dam בְּ·צַלְמ֔·וֹ be·tzal·Mo, בְּ·צֶ֥לֶם be·Tze·lem אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him בָּרָ֣א ba·Ra אֹת֑·וֹ o·To; זָכָ֥ר za·Char וּ·נְקֵבָ֖ה u·ne·ke·Vah בָּרָ֥א ba·Ra אֹתָֽ·ם׃ 'o·Tam.
Creó Elohim
al hombre a Su imagen, a imagen de Elohim lo creó, varón y mujer los creó. (“A imagen de Elohim” alude al rol del hombre como
microcosmos, en el convergen todas las fuerzas de la creación. A ti te fue
conferida una cualidad única: el libre albedrío. Puedes optar por
conducirte en base a tu mero instinto de supervivencia, igual que los
animales; o bien puedes optar por darle a la existencia un sentido
ético-moral –igual que יהוה— y conducirte en base
a nobles principios).
1:28 וַ·יְבָ֣רֶךְ vay·Va·rech אֹתָ·ם֮ 'o·Tam אֱלֹהִים֒ E·lo·Him וַ·יֹּ֨אמֶר vai·Yo·mer לָ·הֶ֜ם la·Hem אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, פְּר֥וּ pe·Ru וּ·רְב֛וּ u·re·Vu וּ·מִלְא֥וּ u·mil·'U אֶת־ 'et- הָ·אָ֖רֶץ ha·'A·retz וְ·כִבְשֻׁ֑·הָ ve·chiv·Shu·ha; וּ·רְד֞וּ u·re·Du בִּ·דְגַ֤ת bid·Gat הַ·יָּם֙ hai·Yam וּ·בְ·ע֣וֹף u·ve·'of הַ·שָּׁמַ֔יִם hash·sha·Ma·yim, וּ·בְ·כָל־ u·ve·Chol חַיָּ֖ה chai·Yah הָֽ·רֹמֶ֥שֶׂת ha·ro·Me·set עַל־ 'al- הָ·אָֽרֶץ׃ ha·'A·retz.
Los bendijo Elohim
y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, colmen la tierra, sométanla y
tengan dominio sobre los seres acuáticos, sobre los seres voladores del cielo y
sobre todo animal que se mueve sobre la tierra” (El hecho de haber sido creado en último lugar, tiene para el hombre
una doble lectura: Si estás comprometido con objetivos de vida superiores
– si estás comprometido con la observancia de la voluntad de יהוה, que en definitiva constituye el
mismísimo sentido de tu existencia, eres entonces el rey de la creación,
y como tal – para la obtención de tus nobles objetivos- tienes a tu entera
disposición la explotación de todos los recursos naturales, que justamente
por eso fueron creados antes que ti, para estar sometidos a tu voluntad ni
bien los requieras. Y por el contrario, si no estás comprometido con la
observancia de la voluntad de יהוה,
incluso el más insignificante insecto tendría derecho a recriminarte de
qué te vanaglorias, si incluso él fue creado antes. Y también una baldosa
podría recusar tu derecho a pisotearla, pues mientras ella cumple con la
finalidad para la que fuera creada, tú no).
1:29 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, הִנֵּה֩ hin·Neh נָתַ֨תִּי na·Tat·ti לָ·כֶ֜ם la·Chem אֶת־ 'et- כָּל־ kol- עֵ֣שֶׂב ׀ 'E·sev זֹרֵ֣עַ zo·Re·a' זֶ֗רַע Ze·ra', אֲשֶׁר֙ 'a·Sher עַל־ 'al- פְּנֵ֣י pe·Nei כָל־ chol הָ·אָ֔רֶץ ha·'A·retz, וְ·אֶת־ ve·'Et כָּל־ kol- הָ·עֵ֛ץ ha·'Etz אֲשֶׁר־ 'a·Sher- בּ֥·וֹ bo פְרִי־ fe·ri- עֵ֖ץ 'etz זֹרֵ֣עַ zo·Re·a' זָ֑רַע Za·ra'; לָ·כֶ֥ם la·Chem יִֽהְיֶ֖ה yih·Yeh לְ·אָכְלָֽה׃ le·'och·Lah
Dijo Elohim:
“Miren, les doy a Uds. (como alimento) toda
hierba que da semillas que está sobre la superficie de la tierra y todo árbol
que tiene en sí fruto de árbol que da semillas. Ése será el alimento de Uds. (sólo la vegetación podía comer, pero no carne de
animal. Ésta le fue permitida al hombre recién después del diluvio).
1:30 וּֽ·לְ·כָל־ u·le·chol- חַיַּ֣ת chai·Yat הָ֠·אָרֶץ Ha·'a·retz וּ·לְ·כָל־ u·le·chol- ע֨וֹף of הַ·שָּׁמַ֜יִם hash·sha·Ma·yim וּ·לְ·כֹ֣ל ׀ u·le·Chol רוֹמֵ֣שׂ ro·Mes עַל־ 'al- הָ·אָ֗רֶץ ha·'A·retz, אֲשֶׁר־ 'a·Sher- בּ·וֹ֙ bo נֶ֣פֶשׁ Ne·fesh חַיָּ֔ה chai·Yah, אֶת־ 'et- כָּל־ kol- יֶ֥רֶק Ye·rek עֵ֖שֶׂב 'E·sev לְ·אָכְלָ֑ה le·'och·Lah וַֽ·יְהִי־ vay·hi- כֵֽן׃ Chen.
Y en cuanto
a todo animal de la tierra, todo ser volador del cielo y todo ser que se
arrastre sobre la tierra – (todas las
criaturas) que tienen en sí espíritu de vida, su alimento será
toda la vegetación”. Y así fue.
1:31 וַ·יַּ֤רְא vai·Yar אֱלֹהִים֙ E·lo·Him אֶת־ 'et- כָּל־ kol- אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher עָשָׂ֔ה 'a·Sah, וְ·הִנֵּה־ ve·hin·neh- ט֖וֹב Tov מְאֹ֑ד me·'Od; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- עֶ֥רֶב 'E·rev וַֽ·יְהִי־ vay·hi- בֹ֖קֶר Vo·ker י֥וֹם Yom הַ·שִּׁשִּֽׁי׃ hash·shish·Shi. פ Peh
Vio Elohim todo lo que había hecho, y resulta que era muy bueno. Fue el anochecer y fue la mañana, el sexto día. (El artículo “el” en hebreo es la letra he, v, cuyo valor es 5, significando que יהוה condicionó la creación a la aceptación por parte de Israel de los 5 Libros de la Torá)
CAPÍTULO 2
El Shabat
2:1 וַ·יְכֻלּ֛וּ vay·chul·Lu הַ·שָּׁמַ֥יִם hash·sha·Ma·yim וְ·הָ·אָ֖רֶץ ve·ha·'A·retz וְ·כָל־ ve·chol צְבָאָֽ·ם׃ tze·va·'Am.
Así, fueron
completados el cielo, la tierra y todos sus componentes.
2:2 וַ·יְכַ֤ל vay·Chal אֱלֹהִים֙ E·lo·Him בַּ·יּ֣וֹם bai·Yom הַ·שְּׁבִיעִ֔י hash·she·vi·'I, מְלַאכְתּ֖·וֹ me·lach·To אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher עָשָׂ֑ה 'a·Sah; וַ·יִּשְׁבֹּת֙ vai·yish·Bot בַּ·יּ֣וֹם bai·Yom הַ·שְּׁבִיעִ֔י hash·she·vi·'I, מִ·כָּל־ mik·kol מְלַאכְתּ֖·וֹ me·lach·To אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher עָשָֽׂה׃ 'a·Sah.
En el
séptimo día Elohim terminó toda la obra que hizo, y cesó en el séptimo día de
toda la obra que hizo. (Elohim creó el descanso). (El
Shabat trae consigo el descanso. Se refiere al descanso productivo, aquel
que te permite evolucionar espiritualmente, reexaminando tu conexión
con יהוה).
2:3 וַ·יְבָ֤רֶךְ vay·Va·rech אֱלֹהִים֙ E·lo·Him אֶת־ 'et- י֣וֹם Yom הַ·שְּׁבִיעִ֔י hash·she·vi·'I, וַ·יְקַדֵּ֖שׁ vay·kad·Desh אֹת֑·וֹ o·To; כִּ֣י ki ב֤·וֹ vo שָׁבַת֙ sha·Vat מִ·כָּל־ mik·kol מְלַאכְתּ֔·וֹ me·lach·To, אֲשֶׁר־ 'a·Sher- בָּרָ֥א ba·Ra אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him לַ·עֲשֽׂוֹת׃ la·'a·Sot. פ Peh
Bendijo
Elohim el séptimo día y lo declaró sagrado, pues ese día Elohim cesó de toda Su
obra que efectuará para hacer. (Las
expresiones “efectuar” y “hacer” aluden a que en el sexto día Elohim hizo
doble trabajo, para “evitar trabajar” el séptimo día, dándole así a ese
primer Shabat el rol de antecedente de todos los Shabatot a lo
largo de toda la existencia). (La expresión “para hacer” alude a la
posibilidad que Elohim le otorgó al hombre de ser un actor viviente, partícipe
y socio de la creación, para que con sus actos de bien se perfeccione a sí
mismo y al medio circundante en aras de potenciar al máximo su relación con Él.
Ésa es precisamente la función del hombre en el mundo como “ser creado a imagen
de Elohim”).
El hombre en el Jardín de Edén
2:4 אֵ֣לֶּה 'El·leh תוֹלְד֧וֹת tol·Dot הַ·שָּׁמַ֛יִם hash·sha·Ma·yim וְ·הָ·אָ֖רֶץ ve·ha·'A·retz בְּ·הִבָּֽרְאָ֑·ם be·hib·ba·re·'Am; בְּ·י֗וֹם be·Yom, עֲשׂ֛וֹת a·Sot יְהוָ֥ה A·do·Nai אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶ֥רֶץ 'E·retz וְ·שָׁמָֽיִם׃ ve·sha·Ma·yim.
Ésas son las
crónicas del cielo y de la tierra cuando fueron creados, el día que יהוה, Elohim, hizo tierra y cielo. (De la paráfrasis del versículo resulta evidente que יהוה hizo toda la creación en un solo día – el primero -. Y
después, en los cinco días restantes, terminó de perfeccionar y ubicar a
cada una de las criaturas en su lugar).
2:5 וְ·כֹ֣ל ׀ ve·Chol שִׂ֣יחַ Si·ach הַ·שָּׂדֶ֗ה has·sa·Deh, טֶ֚רֶם Te·rem יִֽהְיֶ֣ה yih·Yeh בָ·אָ֔רֶץ va·'A·retz, וְ·כָל־ ve·chol עֵ֥שֶׂב 'E·sev הַ·שָּׂדֶ֖ה has·sa·Deh טֶ֣רֶם Te·rem יִצְמָ֑ח yitz·Mach; כִּי֩ ki לֹ֨א lo הִמְטִ֜יר him·Tir יְהוָ֤ה A·do·Nai אֱלֹהִים֙ E·lo·Him עַל־ 'al- הָ·אָ֔רֶץ ha·'A·retz, וְ·אָדָ֣ם ve·'a·Dam אַ֔יִן 'A·yin, לַֽ·עֲבֹ֖ד la·'a·Vod אֶת־ 'et- הָֽ·אֲדָמָֽה׃ Ha·'a·da·Mah.
Ningún
arbusto silvestre existía aún en la tierra y ninguna hierba silvestre
había brotado todavía, pues יהוה,
Elohim, no había hecho llover sobre la tierra y no había hombre para labrar el
suelo.
2:6 וְ·אֵ֖ד ve·'Ed יַֽעֲלֶ֣ה ya·'a·Leh מִן־ min- הָ·אָ֑רֶץ ha·'A·retz; וְ·הִשְׁקָ֖ה ve·hish·Kah אֶֽת־ 'et- כָּל־ kol- פְּנֵֽי־ pe·nei- הָֽ·אֲדָמָֽה׃ Ha·'a·da·Mah.
Un vapor
ascendió de la tierra y regó toda la superficie del suelo.
2:7 וַ·יִּיצֶר֩ vai·yi·Tzer יְהוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֜ים E·lo·Him אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָ֗ם ha·'a·Dam, עָפָר֙ 'a·Far מִן־ min- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, וַ·יִּפַּ֥ח vai·yip·Pach בְּ·אַפָּ֖י·ו be·'ap·Pav נִשְׁמַ֣ת nish·Mat חַיִּ֑ים chai·Yim; וַֽ·יְהִ֥י vay·Hi הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam לְ·נֶ֥פֶשׁ le·Ne·fesh חַיָּֽה׃ chai·Yah.
יהוה, Elohim, formó al hombre del polvo del
suelo e insufló en sus narices el aliento de la vida, entonces el hombre se
transformó en un ser viviente. (La
palabra vaiitzer, “formó”, está escrita con dos letras iud, aludiendo
a la doble vida: la de este mundo y la del Mundo Venidero).
2:8 וַ·יִּטַּ֞ע vai·yit·Ta' יְהוָ֧ה A·do·Nai אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him גַּן־ gan- בְ·עֵ֖דֶן be·'E·den מִ·קֶּ֑דֶם mik·Ke·dem; וַ·יָּ֣שֶׂם vai·Ya·sem שָׁ֔ם Sham, אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher יָצָֽר׃ ya·Tzar.
יהוה, Elohim, plantó un jardín en Edén (-“Encanto”, en hebreo-), al este, y ubicó allí al hombre que había formado. (Al este del Edén plantó el Jardín).
2:9 וַ·יַּצְמַ֞ח vai·yatz·Mach יְהוָ֤ה A·do·Nai אֱלֹהִים֙ E·lo·Him מִן־ min- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, כָּל־ kol- עֵ֛ץ 'etz נֶחְמָ֥ד nech·Mad לְ·מַרְאֶ֖ה le·mar·'Eh וְ·ט֣וֹב ve·Tov לְ·מַאֲכָ֑ל le·ma·'a·Chal; וְ·עֵ֤ץ ve·'Etz הַֽ·חַיִּים֙ ha·chai·Yim בְּ·ת֣וֹךְ be·Toch הַ·גָּ֔ן hag·Gan, וְ·עֵ֕ץ ve·'Etz הַ·דַּ֖עַת had·Da·'at ט֥וֹב Tov וָ·רָֽע׃ va·Ra'.
יהוה, Elohim, hizo brotar del suelo (del Edén) toda clase de árbol agradable a la vista y bueno
como alimento. Y también del Árbol de la Vida en medio del Jardín y el Árbol
del Conocimiento del bien y del mal (el versículo no
se está refiriendo a la creación de los árboles en general, sino a
árboles de una calidad diferente: los árboles del Edén).
2:10 וְ·נָהָרּ֙ ve·na·Har יֹצֵ֣א yo·Tze מֵ·עֵ֔דֶן me·'E·den, לְ·הַשְׁק֖וֹת le·hash·Kot אֶת־ 'et- הַ·גָּ֑ן hag·Gan; וּ·מִ·שָּׁם֙ u·mish·Sham יִפָּרֵ֔ד yip·pa·Red, וְ·הָיָ֖ה ve·ha·Yah לְ·אַרְבָּעָ֥ה le·'ar·ba·'Ah רָאשִֽׁים׃ ra·Shim.
Un río fluía
de Edén para irrigar el Jardín y de allí se dividía formando cuatro brazos.
2:11 שֵׁ֥ם shem הָֽ·אֶחָ֖ד ha·'e·Chad פִּישׁ֑וֹן pi·Shon; ה֣וּא hu הַ·סֹּבֵ֗ב has·so·Vev, אֵ֚ת 'et כָּל־ kol- אֶ֣רֶץ 'E·retz הַֽ·חֲוִילָ֔ה ha·cha·vi·Lah, אֲשֶׁר־ 'a·Sher- שָׁ֖ם sham הַ·זָּהָֽב׃ haz·za·Hav.
El nombre
del primero es Pishón (¿Nilo?, ¿Ganges?), el cual
rodea toda la tierra de Javilá (¿India?), donde está
el oro.
2:12 וּֽ·זֲהַ֛ב u·za·Hav הָ·אָ֥רֶץ ha·'A·retz הַ·הִ֖וא ha·Hiv ט֑וֹב Tov; שָׁ֥ם sham הַ·בְּדֹ֖לַח hab·be·Do·lach וְ·אֶ֥בֶן ve·'E·ven הַ·שֹּֽׁהַם׃ hash·Sho·ham.
El oro de
aquella tierra es bueno. Allí hay cristal y piedras preciosas.
2:13 וְ·שֵֽׁם־ ve·shem- הַ·נָּהָ֥ר han·na·Har הַ·שֵּׁנִ֖י hash·she·Ni גִּיח֑וֹן gi·Chon; ה֣וּא hu הַ·סּוֹבֵ֔ב has·so·Vev, אֵ֖ת 'et כָּל־ kol- אֶ֥רֶץ 'E·retz כּֽוּשׁ׃ Kush.
El nombre
del segundo río es Guijón (¿Nilo Azul?) que
rodea toda la tierra de Kush (¿Etiopía?).
2:14 וְ·שֵׁ֨ם ve·Shem הַ·נָּהָ֤ר han·na·Har הַ·שְּׁלִישִׁי֙ hash·she·li·Shi חִדֶּ֔קֶל chid·De·kel, ה֥וּא hu הַֽ·הֹלֵ֖ךְ ha·ho·Lech קִדְמַ֣ת kid·Mat אַשּׁ֑וּר 'ash·Shur; וְ·הַ·נָּהָ֥ר ve·han·na·Har הָֽ·רְבִיעִ֖י ha·re·vi·'I ה֥וּא hu פְרָֽת׃ fe·Rat.
El nombre
del tercer río es Jidékel (Tigris), el cual
corre al oeste de Ashur (Asiria), y el
cuarto río es el Perat (Éufrates).
2:15 וַ·יִּקַּ֛ח vai·yik·Kach יְהוָ֥ה A·do·Nai אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָ֑ם ha·'a·Dam; וַ·יַּנִּחֵ֣·הוּ vai·yan·ni·Che·hu בְ·גַן־ ve·gan- עֵ֔דֶן 'E·den, לְ·עָבְדָ֖·הּ le·'a·ve·Dah וּ·לְ·שָׁמְרָֽ·הּ׃ u·le·sha·me·Rah.
יהוה, Elohim, tomó al hombre y lo puso en el
Gan (Jardín) Edén (lo persuadió a entrar al Jardín) para que lo
labrara y lo guardase. (El universo es el Jardín
de יהוה y la función del hombre es
preservarlo con sus buenas acciones).
2:16 וַ·יְצַו֙ vay·Tzav יְהוָ֣ה A·do·Nai אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, עַל־ 'al- הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam לֵ·אמֹ֑ר le·Mor; מִ·כֹּ֥ל mik·Kol עֵֽץ־ 'etz- הַ·גָּ֖ן hag·Gan אָכֹ֥ל 'a·Chol תֹּאכֵֽל׃ to·Chel.
יהוה, Elohim, le ordenó al hombre
diciendo: “De todo árbol del Jardín podrás comer libremente,
2:17 וּ·מֵ·עֵ֗ץ u·me·'Etz, הַ·דַּ֙עַת֙ had·Da·'at ט֣וֹב Tov וָ·רָ֔ע va·Ra', לֹ֥א lo תֹאכַ֖ל to·Chal מִמֶּ֑·נּוּ mi·Men·nu; כִּ֗י Ki, בְּ·י֛וֹם be·Yom אֲכָלְ·ךָ֥ 'a·chal·Cha מִמֶּ֖·נּוּ mi·Men·nu מ֥וֹת Mot תָּמֽוּת׃ ta·Mut.
pero el árbol
del conocimiento del bien y del mal no podrás comer, porque el día que de
él comas, muriendo morirás”. (“a partir del día que comas de él, deberás
enfrentarte con la muerte”).
2:18 וַ·יֹּ֙אמֶר֙ vai·Yo·mer יְהוָ֣ה A·do·Nai אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, לֹא־ lo- ט֛וֹב Tov הֱי֥וֹת he·Yot הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam לְ·בַדּ֑·וֹ le·vad·Do; אֶֽעֱשֶׂהּ־ 'e·'e·seh- לּ֥·וֹ lo עֵ֖זֶר 'E·zer כְּ·נֶגְדּֽ·וֹ׃ ke·neg·Do.
Y dijo יהוה, Elohim: “No es bueno que el hombre
esté solo (pues podría ser considerado una deidad), le
haré una ayuda compatible para él” (lit.: “una
ayuda frente a él”: Si el hombre es meritorio, su esposa le
será una ayuda. Si no lo es, estará enfrentada a él).
2:19 וַ·יִּצֶר֩ vai·yi·Tzer יְהוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֜ים E·lo·Him מִן־ min- הָֽ·אֲדָמָ֗ה ha·'a·da·Mah, כָּל־ kol- חַיַּ֤ת chai·Yat הַ·שָּׂדֶה֙ has·sa·Deh וְ·אֵת֙ ve·'Et כָּל־ kol- ע֣וֹף of הַ·שָּׁמַ֔יִם hash·sha·Ma·yim, וַ·יָּבֵא֙ vai·ya·Ve אֶל־ El- הָ֣·אָדָ֔ם ha·'a·Dam, לִ·רְא֖וֹת lir·'ot מַה־ mah- יִּקְרָא־ yik·ra- ל֑·וֹ lo; וְ·כֹל֩ ve·Chol אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher יִקְרָא־ yik·ra- ל֧·וֹ lo הָֽ·אָדָ֛ם ha·'a·Dam נֶ֥פֶשׁ Ne·fesh חַיָּ֖ה chai·Yah ה֥וּא hu שְׁמֽ·וֹ׃ she·Mo.
יהוה, Elohim, formó de la tierra todo
animal silvestre y todo ser volador del cielo y los presentó al
hombre para ver cómo los llamaría. (Aquí leemos que
los seres voladores fueron creados de la tierra, mientras que en Gén 1:20
leemos que fueron creados del agua. De la combinación de los versículos se
infiere que fueron creados del barro). El
nombre que Adam le dio a cada criatura viviente, ése es su nombre (para siempre).
2:20 וַ·יִּקְרָ֨א vai·yik·Ra הָֽ·אָדָ֜ם ha·'a·Dam שֵׁמ֗וֹת she·Mot, לְ·כָל־ le·chol הַ·בְּהֵמָה֙ hab·be·he·Mah וּ·לְ·ע֣וֹף u·le·'of הַ·שָּׁמַ֔יִם hash·sha·Ma·yim, וּ·לְ·כֹ֖ל u·le·Chol חַיַּ֣ת chai·Yat הַ·שָּׂדֶ֑ה has·sa·Deh; וּ·לְ·אָדָ֕ם u·le·'a·Dam לֹֽא־ lo- מָצָ֥א ma·Tza עֵ֖זֶר 'E·zer כְּ·נֶגְדּֽ·וֹ׃ ke·neg·Do.
El hombre
asignó nombres a todos los animales, a las aves del cielo y a todas las
bestias del campo, pero para el hombre no encontró una ayuda que le fuera
compatible. (Adam necesitaba de una pareja, al igual que las
demás criaturas, pues sólo así uno llega a realizarse como ser a imagen
de יהוה, al poder entonces concebir y “crear” vida
como Él). (El relato continúa en Gén. 3:20).
La mujer
2:21 וַ·יַּפֵּל֩ vai·yap·Pel יְהוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֧ים ׀ E·lo·Him תַּרְדֵּמָ֛ה tar·de·Mah עַל־ 'al- הָ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam וַ·יִּישָׁ֑ן vai·yi·Shan; וַ·יִּקַּ֗ח vai·yik·Kach, אַחַת֙ 'a·Chat מִ·צַּלְעֹתָ֔י·ו mitz·tzal·'o·Tav, וַ·יִּסְגֹּ֥ר vai·yis·Gor בָּשָׂ֖ר ba·Sar תַּחְתֶּֽ·נָּה׃ tach·Ten·nah.
יהוה, Elohim, hizo caer un profundo sueño sobre
Adam (el terráqueo), y así éste
se durmió. Entonces (יהוה) tomó uno de
sus lados y cerró con carne en su lugar. (El primer humano tenía forma de hombre de un lado y forma de mujer el
otro. Rashi señala que en este acto יהוה separó un
lado del otro).
2:22 וַ·יִּבֶן֩ vai·yi·Ven יְהוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֧ים ׀ E·lo·Him אֶֽת־ 'et- הַ·צֵּלָ֛ע hatz·tze·La' אֲשֶׁר־ 'a·Sher- לָקַ֥ח la·Kach מִן־ min- הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam לְ·אִשָּׁ֑ה le·'ish·Shah; וַ·יְבִאֶ֖·הָ vay·vi·'E·ha אֶל־ 'el- הָֽ·אָדָֽם׃ Ha·'a·Dam.
Del lado
que יהוה, Elohim, tomó de Adam construyó una mujer
y la presentó ante el hombre.
2:23 וַ·יֹּאמֶר֮ vai·yo·Mer הָֽ·אָדָם֒ ha·'a·Dam זֹ֣את zot הַ·פַּ֗עַם hap·Pa·'am, עֶ֚צֶם 'E·tzem מֵֽ·עֲצָמַ֔·י me·'a·tza·Mai, וּ·בָשָׂ֖ר u·va·Sar מִ·בְּשָׂרִ֑·י mib·be·sa·Ri; לְ·זֹאת֙ le·zoT יִקָּרֵ֣א yik·ka·Re אִשָּׁ֔ה 'ish·Shah, כִּ֥י ki מֵ·אִ֖ישׁ me·'Ish לֻֽקֳחָה־ lu·ko·chah- זֹּֽאת׃ Zot.
Dijo Adam:
“Esta vez, hueso es de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada ishá (mujer), porque del ish (varón) ha sido tomada”.
2:24 עַל־ 'al- כֵּן֙ ken יַֽעֲזָב־ ya·'a·zov- אִ֔ישׁ 'Ish, אֶת־ 'et- אָבִ֖י·ו 'a·Viv וְ·אֶת־ ve·'Et אִמּ֑·וֹ im·Mo; וְ·דָבַ֣ק ve·da·Vak בְּ·אִשְׁתּ֔·וֹ be·'ish·To, וְ·הָי֖וּ ve·ha·Yu לְ·בָשָׂ֥ר le·va·Sar אֶחָֽד׃ 'e·Chad.
Por eso, el
hombre deberá dejar a su padre y a su madre para unirse con su mujer. Y serán
una sola carne. (La carne del hombre y de la mujer alcanzan su
máximo nivel de unificación a través del fruto de su unión: el hijo).
2:25 וַ·יִּֽהְי֤וּ vai·yih·Yu שְׁנֵי·הֶם֙ she·nei·Hem עֲרוּמִּ֔ים 'a·rum·Mim, הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam וְ·אִשְׁתּ֑·וֹ ve·'ish·To; וְ·לֹ֖א ve·Lo יִתְבֹּשָֽׁשׁוּ׃ yit·bo·Sha·shu.
Estaban
ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban (Aún no existía el concepto del mal del cual habrían de avergonzarse).
CAPÍTULO 3
Comiendo del fruto prohibido
3:1 וְ·הַ·נָּחָשׁ֙ ve·han·na·Chash הָיָ֣ה ha·Yah עָר֔וּם 'a·Rum, מִ·כֹּל֙ mik·Kol חַיַּ֣ת chai·Yat הַ·שָּׂדֶ֔ה has·sa·Deh, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher עָשָׂ֖ה 'a·Sah יְהוָ֣ה A·do·Nai אֱלֹהִ֑ים E·lo·Him; וַ·יֹּ֙אמֶר֙ vai·Yo·mer אֶל־ 'el- הָ֣·אִשָּׁ֔ה ha·'ish·Shah, אַ֚ף 'af כִּֽי־ ki- אָמַ֣ר 'a·Mar אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, לֹ֣א lo תֹֽאכְל֔וּ to·che·Lu, מִ·כֹּ֖ל mi·Kol עֵ֥ץ 'etz הַ·גָּֽן׃ hag·GAN.
La serpiente
era la más astuta de todos los animales silvestres que יהוה, Elohim, hizo; y le dijo a la mujer: “¿Así que Elohim, dijo que
no coman de ninguno de los árboles del Jardín?.”
3:2 וַ·תֹּ֥אמֶר vat·To·mer הָֽ·אִשָּׁ֖ה ha·'ish·Shah אֶל־ 'el- הַ·נָּחָ֑שׁ han·na·Chash; מִ·פְּרִ֥י mip·pe·Ri עֵֽץ־ 'etz- הַ·גָּ֖ן hag·Gan נֹאכֵֽל׃ no·Chel.
“Del fruto
de los árboles del Jardín podemos comer”, respondió la mujer,
3:3 וּ·מִ·פְּרִ֣י u·mip·pe·Ri הָ·עֵץ֮ ha·'Etz אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher בְּ·תוֹךְ־ be·toch- הַ·גָּן֒ hag·Gan אָמַ֣ר 'a·Mar אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, לֹ֤א lo תֹֽאכְלוּ֙ to·che·Lu מִמֶּ֔·נּוּ mi·Men·nu, וְ·לֹ֥א ve·Lo תִגְּע֖וּ tig·ge·'U בּ֑·וֹ bo; פֶּן־ pen- תְּמֻתֽוּ·ן׃ te·mu·Tun.
“pero en
cuanto al fruto del árbol que está en medio del Jardín, dijo Elohim: «No coman
de él ni lo toquen, no sea que mueran»”. (En rigor de
verdad, no tenían prohibido tocar el árbol, tan solo comer de
él – ver Gén. 2:17. Pero la mujer extendió la prohibición.)
3:4 וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer הַ·נָּחָ֖שׁ han·na·Chash אֶל־ 'el- הָֽ·אִשָּׁ֑ה ha·'ish·Shah; לֹֽא־ lo- מ֖וֹת Mot תְּמֻתֽוּ·ן׃ te·mu·Tun.
Dijo la
serpiente a la mujer: “No, no morirán (si comen del
árbol) —
3:5 כִּ֚י ki יֹדֵ֣עַ yo·De·a' אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, כִּ֗י Ki, בְּ·יוֹם֙ be·yOm אֲכָלְ·כֶ֣ם 'a·chal·Chem מִמֶּ֔·נּוּ mi·Men·nu, וְ·נִפְקְח֖וּ ve·nif·ke·Chu עֵֽינֵי·כֶ֑ם 'ei·nei·Chem; וִ·הְיִיתֶם֙ vih·yi·Tem כֵּֽ·אלֹהִ֔ים ke·lo·Him, יֹדְעֵ֖י yo·de·'Ei ט֥וֹב Tov וָ·רָֽע׃ va·Ra'.
Elohim sabe
que el día que Uds. coman de él, se abrirán sus ojos y serán como Elohim, (creadores de mundos,) conocedores del bien y el mal, (Y Elohim quiere la exclusividad para Él, por eso no permite que Uds. coman
del árbol del conocimiento).
3:6 וַ·תֵּ֣רֶא vat·Te·re הָֽ·אִשָּׁ֡ה ha·'ish·Shah כִּ֣י ki טוֹב֩ tOv הָ·עֵ֨ץ ha·'Etz לְ·מַאֲכָ֜ל le·ma·'a·Chal וְ·כִ֧י ve·Chi תַֽאֲוָה־ ta·'a·vah- ה֣וּא hu לָ·עֵינַ֗יִם la·'ei·Na·yim, וְ·נֶחְמָ֤ד ve·nech·Mad הָ·עֵץ֙ ha·'Etz לְ·הַשְׂכִּ֔יל le·has·Kil, וַ·תִּקַּ֥ח vat·tik·Kach מִ·פִּרְי֖·וֹ mip·pir·Yo וַ·תֹּאכַ֑ל vat·to·Chal; וַ·תִּתֵּ֧ן vat·tit·Ten גַּם־ gam- לְ·אִישָׁ֛·הּ le·'i·Shah עִמָּ֖·הּ 'im·Mah וַ·יֹּאכַֽל׃ vai·yo·Chal.
Cuando la
mujer vio (ciertas las palabras de la serpiente en el sentido
de) que el árbol era bueno para comer (y así lograr equipararse a Elohim) y una tentación para los
ojos (porque comiendo del árbol se les abrirán sus ojos), y que el
árbol era propicio para lograr conciencia (acerca del bien
y el mal), tomó su fruto y comió; y le dio también a su
esposo que estaba con ella. Y también él comió. (Le dio a él para evitar morir ella sola y que él sobreviviese y se
case con otra).
3:7 וַ·תִּפָּקַ֙חְנָה֙ vat·tip·pa·Kach·nah עֵינֵ֣י 'ei·Nei שְׁנֵי·הֶ֔ם she·nei·Hem, וַ·יֵּ֣דְע֔וּ vai·Ye·de·'U, כִּ֥י ki עֵֽירֻמִּ֖ם 'ei·rum·Mim הֵ֑ם Hem; וַֽ·יִּתְפְּרוּ֙ vai·yit·pe·Ru עֲלֵ֣ה 'a·Leh תְאֵנָ֔ה te·'e·Nah, וַ·יַּעֲשׂ֥וּ vai·ya·'a·Su לָ·הֶ֖ם la·Hem חֲגֹרֹֽת׃ cha·go·Rot.
Entonces se
abrieron los ojos de ambos y asumieron que estaban desnudos. Cosieron hojas de
higuera y se hicieron taparrabos.
3:8 וַֽ·יִּשְׁמְע֞וּ vai·yish·me·'U אֶת־ 'et- ק֨וֹל Kol יְהוָ֧ה A·do·Nai אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him מִתְהַלֵּ֥ךְ mit·hal·Lech בַּ·גָּ֖ן bag·Gan לְ·ר֣וּחַ le·Ru·ach הַ·יּ֑וֹם hai·Yom; וַ·יִּתְחַבֵּ֨א vai·yit·chab·Be הָֽ·אָדָ֜ם ha·'a·Dam וְ·אִשְׁתּ֗·וֹ ve·'ish·To, מִ·פְּנֵי֙ mip·pe·Nei יְהוָ֣ה A·do·Nai אֱלֹהִ֔ים E·lo·Him, בְּ·ת֖וֹךְ be·Toch עֵ֥ץ 'etz הַ·גָּֽן׃ hag·Gan.
Oyeron la
voz de יהוה, Elohim, que estaba
propagándose en el Jardín hacia el oeste. El hombre y su mujer se ocultaron de
la presencia de יהוה, Elohim, entre los
árboles del Jardín.
3:9 וַ·יִּקְרָ֛א vai·yik·Ra יְהוָ֥ה A·do·Nai אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him אֶל־ 'el- הָֽ·אָדָ֑ם ha·'a·Dam; וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer ל֖·וֹ lo אַיֶּֽ·כָּה׃ 'ai·Yek·kah.
יהוה, Elohim, llamó al hombre y le dijo:
“¿Dónde estás?” (Evidentemente, יהוה sabía
dónde estaba Adam. La pregunta intenta abrir un diálogo, una puerta para el
arrepentimiento de Adam. Otros ven en esta pregunta retórica el constante
planteo de יהוה al hombre: ”¿¡Dónde
estás, qué estás haciendo de tu vida!? ¡Supérate, trasciende tus propias limitaciones!”).
3:10 וַ·יֹּ֕אמֶר vai·Yo·mer אֶת־ 'et- קֹלְ·ךָ֥ ko·le·Cha שָׁמַ֖עְתִּי sha·Ma'·ti בַּ·גָּ֑ן bag·Gan; וָ·אִירָ֛א va·'i·Ra כִּֽי־ ki- עֵירֹ֥ם 'ei·Rom אָנֹ֖כִי 'a·No·chi וָ·אֵחָבֵֽא׃ va·'e·cha·Ve.
Y él respondió: “Escuché
Tu voz en el Jardín y tuve miedo pues estoy desnudo, y me escondí.”
3:11 וַ·יֹּ֕אמֶר vai·Yo·mer מִ֚י mi הִגִּ֣יד hig·Gid לְ·ךָ֔ le·Cha, כִּ֥י ki עֵירֹ֖ם 'ei·Rom אָ֑תָּה 'At·tah; הֲ·מִן־ ha·min- הָ·עֵ֗ץ ha·'Etz, אֲשֶׁ֧ר 'a·Sher צִוִּיתִ֛י·ךָ tziv·vi·Ti·cha לְ·בִלְתִּ֥י le·vil·Ti אֲכָל־ 'a·chol- מִמֶּ֖·נּוּ mi·Men·nu אָכָֽלְתָּ׃ 'a·Chal·ta.
“¿Quién te
dijo que estabas desnudo? (¿cómo fue que incorporaste el
concepto del bien y el mal?)”, replicó Elohim, “¿¡acaso comiste del Árbol del
cual te mandé que no comieras!?”
3:12 וַ·יֹּ֖אמֶר vai·Yo·mer הָֽ·אָדָ֑ם ha·'a·Dam; הָֽ·אִשָּׁה֙ ha·'ish·Shah אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher נָתַ֣תָּה na·Tat·tah עִמָּדִ֔·י 'im·ma·Di, הִ֛וא hi נָֽתְנָה־ na·te·nah- לִּ֥·י li מִן־ min- הָ·עֵ֖ץ ha·'Etz וָ·אֹכֵֽל׃ va·'o·Chel.
Dijo el
hombre: “La mujer que tú me diste, ella me dio del árbol y
comí”. (Adam acusa a יהוה de
su propio error.)
3:13 וַ·יֹּ֨אמֶר vai·Yo·mer יְהוָ֧ה A·do·Nai אֱלֹהִ֛ים E·lo·Him לָ·אִשָּׁ֖ה la·'ish·Shah מַה־ mah- זֹּ֣את zot עָשִׂ֑ית 'a·Sit; וַ·תֹּ֙אמֶר֙ vat·To·mer הָֽ·אִשָּׁ֔ה ha·'ish·Shah, הַ·נָּחָ֥שׁ han·na·Chash הִשִּׁיאַ֖·נִי hish·shi·'A·ni וָ·אֹכֵֽל׃ va·'o·Chel.
Entonces
dijo יהוה, Elohim, a la mujer: “¿Qué hiciste?”. La
mujer respondió: “La serpiente me sedujo y comí.”
3:14 וַ·יֹּאמֶר֩ vai·yo·Mer יְהֹוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֥ים ׀ E·lo·Him אֶֽל־ 'el- הַ·נָּחָשׁ֮ han·na·Chash כִּ֣י ki עָשִׂ֣יתָ 'a·Si·ta זֹּאת֒ zoT אָר֤וּר 'a·Rur אַתָּה֙ 'at·Tah מִ·כָּל־ mik·kol הַ·בְּהֵמָ֔ה hab·be·he·Mah, וּ·מִ·כֹּ֖ל u·mik·Kol חַיַּ֣ת chai·Yat הַ·שָּׂדֶ֑ה has·sa·Deh; עַל־ 'al- גְּחֹנְ·ךָ֣ ge·cho·ne·Cha תֵלֵ֔ךְ te·Lech, וְ·עָפָ֥ר ve·'a·Far תֹּאכַ֖ל to·Chal כָּל־ kol- יְמֵ֥י ye·Mei חַיֶּֽי·ךָ׃ chai·Yei·cha.
Dijo יהוה, Elohim, a la serpiente: “Por haber
hecho esto, serás más maldecida que todo animal de ganado y más que toda
bestia silvestre. Sobre tu vientre andarás y polvo comerás todos los días
de su vida.
3:15 וְ·אֵיבָ֣ה ׀ ve·'ei·Vah אָשִׁ֗ית 'a·Shit, בֵּֽינְ·ךָ֙ bei·ne·Cha וּ·בֵ֣ין u·Vein הָֽ·אִשָּׁ֔ה ha·'ish·Shah, וּ·בֵ֥ין u·Vein זַרְעֲ·ךָ֖ zar·'a·Cha וּ·בֵ֣ין u·Vein זַרְעָ֑·הּ zar·'Ah; ה֚וּא hu יְשׁוּפְ·ךָ֣ ye·shu·fe·Cha רֹ֔אשׁ Rosh, וְ·אַתָּ֖ה ve·'at·Tah תְּשׁוּפֶ֥·נּוּ te·shu·Fen·nu עָקֵֽב׃ 'a·Kev. ס sa·Mek
Pondré
enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y su descendencia. El te
golpeará la cabeza y tú le morderás el talón”.
3:16 אֶֽל־ 'el- הָ·אִשָּׁ֣ה ha·'ish·Shah אָמַ֗ר 'a·Mar, הַרְבָּ֤ה har·Bah אַרְבֶּה֙ 'ar·Beh עִצְּבוֹנֵ֣·ךְ itz·tze·vo·Nech וְ·הֵֽרֹנֵ֔·ךְ ve·he·ro·Nech, בְּ·עֶ֖צֶב be·'E·tzev תֵּֽלְדִ֣י te·le·Di בָנִ֑ים va·Nim; וְ·אֶל־ ve·'el- אִישֵׁ·ךְ֙ 'i·sheCh תְּשׁ֣וּקָתֵ֔·ךְ te·Shu·ka·Tech, וְ·ה֖וּא ve·Hu יִמְשָׁל־ yim·shol- בָּֽ·ךְ׃ Bach. ס sa·Mek
A la mujer
le dijo: “Incrementará mucho tu sufrimiento y tu embarazo (Sufrirás mucho en tus embarazos y sufrirás mucho en la crianza de tus
hijos). Y con sufrimiento darás a luz. Desearás a tu esposo y
él te dominará. (Se refiere a las relaciones maritales – la mujer
desea a su esposo, pero la iniciativa es de él).
3:17 וּ·לְ·אָדָ֣ם ul·'a·Dam אָמַ֗ר 'a·Mar, כִּֽי־ ki- שָׁמַעְתָּ֮ sha·ma'·Ta לְ·ק֣וֹל le·Kol אִשְׁתֶּ·ךָ֒ 'ish·te·Cha וַ·תֹּ֙אכַל֙ vat·To·chal מִן־ min- הָ·עֵ֔ץ ha·'Etz, אֲשֶׁ֤ר 'a·Sher צִוִּיתִ֙י·ךָ֙ tziv·vi·Ti·cha לֵ·אמֹ֔ר le·Mor, לֹ֥א lo תֹאכַ֖ל to·Chal מִמֶּ֑·נּוּ mi·Men·nu; אֲרוּרָ֤ה 'a·ru·Rah הָֽ·אֲדָמָה֙ ha·'a·da·Mah בַּֽ·עֲבוּרֶ֔·ךָ ba·'a·vu·Re·cha, בְּ·עִצָּבוֹן֙ be·'itz·tza·Von תֹּֽאכֲלֶ֔·נָּה to·cha·Len·nah, כֹּ֖ל kol יְמֵ֥י ye·Mei חַיֶּֽי·ךָ׃ chai·Yei·cha.
Y al hombre
le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del Árbol que
específicamente te prohibí, sobre el que te dije: “¡No comas de él!”, ¡maldita
sea la tierra por tu causa (la tierra producirá
malditos insectos contra ti, y así) con sufrimiento comerás
de ella todos los días de tu vida,
3:18 וְ·ק֥וֹץ ve·Kotz וְ·דַרְדַּ֖ר ve·dar·Dar תַּצְמִ֣יחַֽ tatz·Mi·ach לָ֑·ךְ Lach; וְ·אָכַלְתָּ֖ ve·'a·chal·Ta אֶת־ 'et- עֵ֥שֶׂב 'E·sev הַ·שָּׂדֶֽה׃ has·sa·Deh.
espinos y
abrojos producirá para ti y comerás la hierba silvestre! (sembrarás legumbres, pero cosecharás cardos.)
3:19 בְּ·זֵעַ֤ת be·ze·'At אַפֶּ֙י·ךָ֙ 'ap·Pei·cha תֹּ֣אכַל To·chal לֶ֔חֶם Le·chem, עַ֤ד 'ad שֽׁוּבְ·ךָ֙ shu·ve·Cha אֶל־ 'el- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, כִּ֥י ki מִמֶּ֖·נָּה mi·Men·nah לֻקָּ֑חְתָּ luk·Ka·che·ta; כִּֽי־ ki- עָפָ֣ר a·Far אַ֔תָּה 'At·tah, וְ·אֶל־ ve·'el- עָפָ֖ר 'a·Far תָּשֽׁוּב׃ ta·Shuv.
¡Con el sudor de tu rostro comerás
el pan hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste tomado, porque polvo
eres y al polvo volverás!” (Hasta ahora, la tierra producía
exquisiteces listas para comer. A partir de ahora, el hombre come del producto
de su esfuerzo).
3:20 וַ·יִּקְרָ֧א vai·yik·Ra הָֽ·אָדָ֛ם ha·'a·Dam שֵׁ֥ם shem אִשְׁתּ֖·וֹ ish·To חַוָּ֑ה chav·Vah; כִּ֛י ki הִ֥וא hi הָֽיְתָ֖ה ha·ye·Tah אֵ֥ם 'em כָּל־ kol- חָֽי׃ Chai.
(Retoma el relato de Gén. 2:20) El hombre llamó a
su esposa con el nombre de Javá (Lit.: “la que
da vida”), porque ella fue la madre de todo ser viviente.
3:21 וַ·יַּעַשׂ֩ vai·ya·'As יְהוָ֨ה A·do·Nai אֱלֹהִ֜ים E·lo·Him לְ·אָדָ֧ם le·'a·Dam וּ·לְ·אִשְׁתּ֛·וֹ ul·'ish·To כָּתְנ֥וֹת ka·te·Not ע֖וֹר or וַ·יַּלְבִּשֵֽׁ·ם׃ vai·yal·bi·Shem. פ Peh
E hizo יהוה, Elohim, para el hombre y para su
mujer túnicas de piel, y los visitó. (La prohibición
de comer el fruto prohibido era de sólo tres horas; y después quedaba sin
efecto). (A fin de no
humillarlo, יהוה se abstuvo de
mencionar cuál era ese fruto prohibido). (A partir del momento en que Adam come
del fruto prohibido, el bien y el mal quedan perfectamente diferenciados. Y
así, el libre albedrío –fundamento de la existencia- cobra todo tu sentido.)
La expulsión del Edén
3:22 וַ·יֹּ֣אמֶר ׀ vai·Yo·mer יְהוָ֣ה A·do·Nai אֱלֹהִ֗ים E·lo·Him, הֵ֤ן hen הָֽ·אָדָם֙ ha·'a·Dam הָיָה֙ ha·Yah כְּ·אַחַ֣ד ke·'a·Chad מִמֶּ֔·נּוּ mi·Men·nu, לָ·דַ֖עַת la·Da·'at ט֣וֹב Tov וָ·רָ֑ע va·Ra'; וְ·עַתָּ֣ה ׀ ve·'at·Tah פֶּן־ pen- יִשְׁלַ֣ח yish·Lach יָד֗·וֹ ya·Do, וְ·לָקַח֙ ve·la·Kach גַּ֚ם gam מֵ·עֵ֣ץ me·'Etz הַֽ·חַיִּ֔ים ha·chai·Yim, וְ·אָכַ֖ל ve·'a·Chal וָ·חַ֥י va·Chai לְ·עֹלָֽם׃ le·'o·Lam.
Dijo יהוה, Elohim: “Mira, el hombre se ha vuelto
como único entre nosotros en cuanto al discernimiento entre el bien y el mal.
Ahora no sea que extienda su mano y tome también el Árbol de La Vida, y coma y
viva para siempre”. (En lo referente al bien y el mal, יהוה es Único arriba y el hombre único
abajo – sólo ellos tienen libre albedrío. En contraste, los ángeles y los
animales carecen de tal capacidad).
3:23 וַֽ·יְשַׁלְּחֵ֛·הוּ vay·shal·le·Che·hu יְהוָ֥ה A·do·Nai אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him מִ·גַּן־ mig·gan- עֵ֑דֶן 'E·den; לַֽ·עֲבֹד֙ la·'a·Vod אֶת־ 'et- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher לֻקַּ֖ח luk·Kach מִ·שָּֽׁם׃ mish·Sham.
Entonces, יהוה, Elohim, lo echó del Gan Edén para que
trabaje la tierra de la que había sido tomado.
3:24 וַ·יְגָ֖רֶשׁ vay·Ga·resh אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָ֑ם ha·'a·Dam; וַ·יַּשְׁכֵּן֩ vai·yash·Ken מִ·קֶּ֨דֶם mik·Ke·dem לְ·גַן־ le·gan- עֵ֜דֶן 'E·den אֶת־ 'et- הַ·כְּרֻבִ֗ים hak·ke·ru·Vim, וְ·אֵ֨ת ve·'Et לַ֤הַט La·hat הַ·חֶ֙רֶב֙ ha·Che·rev הַ·מִּתְהַפֶּ֔כֶת ham·mit·hap·Pe·chet, לִ·שְׁמֹ֕ר lish·Mor אֶת־ 'et- דֶּ֖רֶךְ De·rech עֵ֥ץ 'etz הַֽ·חַיִּֽים׃ Ha·chai·Yim. ס sa·Mek
3:24 Después de
haber echado al hombre, ubicó al este del Gan Edén a los Querubim con el filo
de la espada blandiendo, para proteger el camino al Árbol de la Vida. (Los Querubim son ángeles. En este caso, ángeles de la destrucción.)
CAPÍTULO 4
Caín y Hével (Abel)
4:1 וְ·הָ֣·אָדָ֔ם ve·Ha·'a·Dam, יָדַ֖ע ya·Da' אֶת־ 'et- חַוָּ֣ה chav·Vah אִשְׁתּ֑·וֹ ish·To; וַ·תַּ֙הַר֙ vat·Ta·har וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led אֶת־ 'et- קַ֔יִן Ka·yin, וַ·תֹּ֕אמֶר vat·To·mer קָנִ֥יתִי ka·Ni·ti אִ֖ישׁ 'ish אֶת־ 'et- יְהוָֽה׃ A·do·Nai.
Adam conoció
a (-cohabitó con-) Javá, su mujer, que
concibió y dio a luz a Caín, significando: “Adquirí (caniti) un varón junto
con יהוה”.
4:2 וַ·תֹּ֣סֶף vat·To·sef לָ·לֶ֔דֶת la·Le·det, אֶת־ 'et- אָחִ֖י·ו 'a·Chiv אֶת־ 'et- הָ֑בֶל Ha·vel; וַֽ·יְהִי־ vay·hi- הֶ֙בֶל֙ he·vel רֹ֣עֵה Ro·'eh צֹ֔אן Tzon, וְ·קַ֕יִן ve·Ka·yin הָיָ֖ה ha·Yah עֹבֵ֥ד 'o·Ved אֲדָמָֽה׃ 'a·da·Mah.
Volvió a dar
a luz; a su hermano, a Hével. Hével fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador
del suelo. (Caín nació con una hermana melliza, y Hével con
dos).
4:3 וַֽ·יְהִ֖י vay·Hi מִ·קֵּ֣ץ mik·Ketz יָמִ֑ים ya·Mim; וַ·יָּבֵ֨א vai·ya·Ve קַ֜יִן Ka·yin מִ·פְּרִ֧י mip·pe·Ri הָֽ·אֲדָמָ֛ה ha·'a·da·Mah מִנְחָ֖ה min·Chah לַֽ·יהוָֽה׃ A·do·Nai.
Al cabo de
un tiempo Caín hizo del fruto de la tierra una ofrenda para יהוה.
4:4 וְ·הֶ֨בֶל ve·He·vel הֵבִ֥יא he·Vi גַם־ gam- ה֛וּא hu מִ·בְּכֹר֥וֹת mib·be·cho·Rot צֹאנ֖·וֹ tzo·No וּ·מֵֽ·חֶלְבֵ·הֶ֑ן u·me·chel·ve·Hen; וַ·יִּ֣שַׁע vai·Yi·sha' יְהוָ֔ה A·do·Nai, אֶל־ 'el- הֶ֖בֶל He·vel וְ·אֶל־ ve·'el- מִנְחָתֽ·וֹ׃ min·cha·To.
Y también
Hével ofreció de las primeras y mejores crías de su rebaño. יהוה prestó atención a Hével y a su ofrenda,
4:5 וְ·אֶל־ ve·'el- קַ֥יִן Ka·yin וְ·אֶל־ ve·'el- מִנְחָת֖·וֹ min·cha·To לֹ֣א lo שָׁעָ֑ה sha·'Ah; וַ·יִּ֤חַר vai·Yi·char לְ·קַ֙יִן֙ le·Ka·yin מְאֹ֔ד me·'Od, וַֽ·יִּפְּל֖וּ vai·yip·pe·Lu פָּנָֽי·ו׃ pa·Nav.
pero a Caín
y a su ofrenda no prestó atención. (Hével ofrendó
los mejores animales de su ganado. En cambio, Caín se reservó los mejores frutos
para sí, y ofrendó sólo los frutos de 2a selección). Caín
se enojó mucho y se deprimió.
4:6 וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer יְהוָ֖ה A·do·Nai אֶל־ 'el- קָ֑יִן Ka·yin; לָ֚·מָּה Lam·mah חָ֣רָה Cha·rah לָ֔·ךְ Lach, וְ·לָ֖·מָּה ve·Lam·mah נָפְל֥וּ na·fe·Lu פָנֶֽי·ךָ׃ fa·Nei·cha.
Dijo יהוה a Caín: “¿Por qué estás furioso?,
¿por qué estás deprimido?
4:7 הֲ·ל֤וֹא ha·Lo אִם־ 'im- תֵּיטִיב֙ tei·Tiv שְׂאֵ֔ת se·'Et, וְ·אִם֙ ve·'Im לֹ֣א lo תֵיטִ֔יב tei·Tiv, לַ·פֶּ֖תַח lap·Pe·tach חַטָּ֣את chat·Tat רֹבֵ֑ץ ro·Vetz; וְ·אֵלֶ֙י·ךָ֙ ve·'e·Lei·cha תְּשׁ֣וּקָת֔·וֹ te·Shu·ka·To, וְ·אַתָּ֖ה ve·'at·Tah תִּמְשָׁל־ tim·shol- בּֽ·וֹ׃ bo.
¿No es
cierto que si haces el bien serás perdonado? Pero si no haces el bien tu falta
yacerá a la puerta; su deseo (el deseo de tu
falta) estará contra ti, pero tú podrás dominarlo”. (Si no obras bien tu falta te estará esperando en la puerta de tu sepultura
para recriminarte. Tu inclinación al mal desea hacerte caer, pero tú
puedes evitarlo ejercitando el control de ti mismo.)
Caín asesina a su hermano Hével (Abel)
4:8 וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer קַ֖יִן Ka·yin אֶל־ 'el- הֶ֣בֶל He·vel אָחִ֑י·ו 'a·Chiv; וַֽ·יְהִי֙ vay·Hi בִּ·הְיוֹתָ֣·ם bih·yo·Tam בַּ·שָּׂדֶ֔ה bas·sa·Deh, וַ·יָּ֥קָם vai·Ya·kom קַ֛יִן Ka·yin אֶל־ 'el- הֶ֥בֶל He·vel אָחִ֖י·ו 'a·Chiv וַ·יַּהַרְגֵֽ·הוּ׃ vai·ya·har·Ge·hu.
Caín le dijo
a su hermano Hével (algo para provocarlo). Entonces,
cuando estuvieron en el campo, Caín se levantó contra su hermano Hével y lo
mató.
4:9 וַ·יֹּ֤אמֶר vai·Yo·mer יְהוָה֙ A·do·Nai אֶל־ 'el- קַ֔יִן Ka·yin, אֵ֖י 'ei הֶ֣בֶל He·vel אָחִ֑י·ךָ 'a·Chi·cha; וַ·יֹּ֙אמֶר֙ vai·Yo·mer לֹ֣א lo יָדַ֔עְתִּי ya·Da'·ti, הֲ·שֹׁמֵ֥ר ha·sho·Mer אָחִ֖·י 'a·Chi אָנֹֽכִי׃ 'a·No·chi.
יהוה le preguntó a Caín: “¿Dónde está Hével, tu hermano?” Y él respondió: “No sé, ¿acaso yo soy guardián de mi hermano?”. (Ver Gén. 3:9)
4:10 וַ·יֹּ֖אמֶר vai·Yo·mer מֶ֣ה meh עָשִׂ֑יתָ 'a·Si·ta; ק֚וֹל Kol דְּמֵ֣י de·Mei אָחִ֔י·ךָ 'a·Chi·cha, צֹעֲקִ֥ים tzo·'a·Kim אֵלַ֖·י 'e·Lai מִן־ min- הָֽ·אֲדָמָֽה׃ Ha·'a·da·Mah.
Le
preguntó (יהוה a Caín): “¿¡Qué
hiciste!? ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra!
4:11 וְ·עַתָּ֖ה ve·'at·Tah אָר֣וּר 'a·Rur אָ֑תָּה 'At·tah; מִן־ min- הָֽ·אֲדָמָה֙ ha·'a·da·Mah אֲשֶׁ֣ר 'a·Sher פָּצְתָ֣ה pa·tze·Tah אֶת־ 'et- פִּ֔י·הָ Pi·ha, לָ·קַ֛חַת la·Ka·chat אֶת־ 'et- דְּמֵ֥י de·Mei אָחִ֖י·ךָ 'a·Chi·cha מִ·יָּדֶֽ·ךָ׃ mi·ya·De·cha.
¡Ahora,
maldito eres más que la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano
la sangre de tu hermano!
4:12 כִּ֤י ki תַֽעֲבֹד֙ ta·'a·Vod אֶת־ 'et- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, לֹֽא־ lo- תֹסֵ֥ף to·Sef תֵּת־ tet- כֹּחָ֖·הּ ko·Chah לָ֑·ךְ Lach; נָ֥ע na' וָ·נָ֖ד va·Nad תִּֽהְיֶ֥ה tih·Yeh בָ·אָֽרֶץ׃ va·'A·retz.
Cuando
trabajes el suelo, no te proporcionará más su fuerza. ¡Vagabundo y expatriado
serás en la tierra!”
4:13 וַ·יֹּ֥אמֶר vai·Yo·mer קַ֖יִן Ka·yin אֶל־ 'el- יְהוָ֑ה A·do·Nai; גָּד֥וֹל ga·Dol עֲוֹנִ֖·י 'a·vo·Ni מִ·נְּשֹֽׂא׃ min·ne·So.
Dijo Caín a יהוה: “¿Tan grande es mi pecado para que (no puedas) soportarlo?
4:14 הֵן֩ hen גֵּרַ֨שְׁתָּ ge·Rash·ta אֹתִ֜·י 'o·Ti הַ·יּ֗וֹם hai·Yom, מֵ·עַל֙ me·'Al פְּנֵ֣י pe·Nei הָֽ·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, וּ·מִ·פָּנֶ֖י·ךָ u·mip·pa·Nei·cha אֶסָּתֵ֑ר 'es·sa·Ter; וְ·הָיִ֜יתִי ve·ha·Yi·ti נָ֤ע na' וָ·נָד֙ va·Nad בָּ·אָ֔רֶץ ba·'A·retz, וְ·הָיָ֥ה ve·ha·Yah כָל־ chol מֹצְאִ֖·י mo·tze·'I יַֽהַרְגֵֽ·נִי׃ Ya·har·Ge·ni.
Mira, hoy me
echas de la superficie de la tierra – ¿(acaso) puedo
ocultarme de Tu Presencia? Deberé ser un vagabundo y exiliado en la tierra.
Cualquiera que me llame me matará.”
4:15 וַ·יֹּ֧אמֶר vai·Yo·mer ל֣·וֹ lo יְהוָ֗ה A·do·Nai לָכֵן֙ la·Chen כָּל־ kol- הֹרֵ֣ג ho·Reg קַ֔יִן Ka·yin, שִׁבְעָתַ֖יִם shiv·'a·Ta·yim יֻקָּ֑ם yuk·Kam; וַ·יָּ֨שֶׂם vai·Ya·sem יְהוָ֤ה A·do·Nai לְ·קַ֙יִן֙ le·Ka·yin א֔וֹת ot, לְ·בִלְתִּ֥י le·vil·Ti הַכּוֹת־ hak·kot- אֹת֖·וֹ o·To כָּל־ kol- מֹצְאֽ·וֹ׃ mo·tze·'O.
Le dijo יהוה: “¡Por eso, el que mate a Caín... (antes de que transcurran
siete generaciones, será castigado)!” “Se tomará venganza
contra él (contra Caín, recién) en la
séptima generación”. יהוה puso una señal a
Caín para que quien lo halle no lo mate.
4:16 וַ·יֵּ֥צֵא vai·Ye·tze קַ֖יִן Ka·yin מִ·לִּ·פְנֵ֣י mil·lif·Nei יְהוָ֑ה A·do·Nai; וַ·יֵּ֥שֶׁב vai·Ye·shev בְּ·אֶֽרֶץ־ be·'e·retz- נ֖וֹד Nod קִדְמַת־ kid·mat- עֵֽדֶן׃ 'E·den.
Caín se
retiró de la presencia de יהוה y se estableció
en una tierra de exilio, al este de Edén.
4:17 וַ·יֵּ֤דַע vai·Ye·da' קַ֙יִן֙ ka·yin אֶת־ 'et- אִשְׁתּ֔·וֹ ish·To, וַ·תַּ֖הַר vat·Ta·har וַ·תֵּ֣לֶד vat·Te·led אֶת־ 'et- חֲנ֑וֹךְ cha·Noch; וַֽ·יְהִי֙ vay·Hi בֹּ֣נֶה Bo·neh עִ֔יר 'Ir, וַ·יִּקְרָא֙ vai·yik·Ra שֵׁ֣ם shem הָ·עִ֔יר ha·'Ir, כְּ·שֵׁ֖ם ke·Shem בְּנ֥·וֹ be·No חֲנֽוֹךְ׃ cha·Noch.
Caín conoció
a (cohabitó con) su mujer, que concibió y
dio a luz a Janoj. (Caín) construyó una ciudad, y
llamó a la ciudad en memoria de su hijo Janoj (Enoj).
4:18 וַ·יִּוָּלֵ֤ד vai·yiv·va·Led לַֽ·חֲנוֹךְ֙ la·cha·noCh אֶת־ 'et- עִירָ֔ד 'i·Rad, וְ·עִירָ֕ד ve·'i·Rad יָלַ֖ד ya·Lad אֶת־ 'et- מְחֽוּיָאֵ֑ל me·chu·ya·'El; וּ·מְחִיּיָאֵ֗ל u·me·chi·y·ya·'El, יָלַד֙ ya·Lad אֶת־ 'et- מְת֣וּשָׁאֵ֔ל me·Tu·sha·'El, וּ·מְתוּשָׁאֵ֖ל u·me·tu·sha·'El יָלַ֥ד ya·Lad אֶת־ 'et- לָֽמֶךְ׃ La·mech.
A Janoj le
nació Irad, e Irad engendró a Mejuiael, Mejuiael engendró a Metushael,
Metushael engendró a Lémej.
4:19 וַ·יִּֽקַּֽח־ vai·yik·kach- ל֥·וֹ lo לֶ֖מֶךְ Le·mech שְׁתֵּ֣י she·Tei נָשִׁ֑ים na·Shim; שֵׁ֤ם shem הָֽ·אַחַת֙ ha·'a·Chat עָדָ֔ה 'a·Dah, וְ·שֵׁ֥ם ve·Shem הַ·שֵּׁנִ֖ית hash·she·Nit צִלָּֽה׃ tzil·Lah.
Lémej se casó
con dos mujeres –el nombre de la una fue Adá y el nombre de la segunda Tzilá.
4:20 וַ·תֵּ֥לֶד vat·Te·led עָדָ֖ה 'a·Dah אֶת־ 'et- יָבָ֑ל ya·Val; ה֣וּא hu הָיָ֔ה ha·Yah, אֲבִ֕י 'a·Vi יֹשֵׁ֥ב yo·Shev אֹ֖הֶל 'O·hel וּ·מִקְנֶֽה׃ u·mik·Neh.
Adá dio a
luz a Iaval, que fue el pionero de los que habitan en tiendas y (tienen) ganado.
4:21 וְ·שֵׁ֥ם ve·Shem אָחִ֖י·ו 'a·Chiv יוּבָ֑ל yu·Val; ה֣וּא hu הָיָ֔ה ha·Yah, אֲבִ֕י 'a·Vi כָּל־ kol- תֹּפֵ֥שׂ to·Fes כִּנּ֖וֹר kin·Nor וְ·עוּגָֽב׃ ve·'u·Gav.
El nombre de
su hermano fue Iuval. El fue el pionero en tocar
el arpa y la flauta.
4:22 וְ·צִלָּ֣ה ve·tzil·Lah גַם־ gam- הִ֗וא hi יָֽלְדָה֙ yal·Dah אֶת־ 'et- תּ֣וּבַל Tu·val קַ֔יִן Ka·yin, לֹטֵ֕שׁ lo·Tesh כָּל־ kol- חֹרֵ֥שׁ cho·Resh נְחֹ֖שֶׁת ne·Cho·shet וּ·בַרְזֶ֑ל u·var·Zel; וַֽ·אֲח֥וֹת va·'a·Chot תּֽוּבַל־ tu·val- קַ֖יִן Ka·yin נַֽעֲמָֽה׃ Na·'a·Mah.
Y Tzilá,
también ella dio a luz: a Tuval Caín, afilador de toda herramienta forjadora
del cobre y del hierro. (Tuval Caín fabricaba armas.) La
hermana de Tuval Caín fue Naamá (Naamá fue la
esposa de Nóaj, Noé).
4:23 וַ·יֹּ֨אמֶר vai·Yo·mer לֶ֜מֶךְ Le·mech לְ·נָשָׁ֗י·ו le·na·Shav, עָדָ֤ה 'a·Dah וְ·צִלָּה֙ ve·tzil·Lah שְׁמַ֣עַן she·Ma·'an קוֹלִ֔·י ko·Li, נְשֵׁ֣י ne·Shei לֶ֔מֶךְ Le·mech, הַאְזֵ֖נָּה ha'·Zen·nah אִמְרָתִ֑·י 'im·ra·Ti; כִּ֣י ki אִ֤ישׁ 'ish הָרַ֙גְתִּי֙ ha·Rag·ti לְ·פִצְעִ֔·י le·fitz·'I, וְ·יֶ֖לֶד ve·Ye·led לְ·חַבֻּרָתִֽ·י׃ le·chab·bu·ra·Ti.
Dijo Lémej a
sus mujeres: “Adá y Tzilá, escuchen mi voz; mujeres de Lémej, presten oído a mi
discurso: ¿Acaso maté a un hombre por haberlo herido (intencionalmente), o a un muchacho por haberlo golpeado (intencionalmente)? (Notar que Lémej es la séptima
generación desde Caín, y en Gén. 4:15 יהוה prometió
a Caín que no sería castigado antes de entonces.)
4:24 כִּ֥י ki שִׁבְעָתַ֖יִם shiv·'a·Ta·yim יֻקַּם־ yuk·kam- קָ֑יִן Ka·yin; וְ·לֶ֖מֶךְ ve·Le·mech שִׁבְעִ֥ים shiv·'Im וְ·שִׁבְעָֽה׃ ve·shiv·'Ah.
Pues si en
la séptima generación sufrirá venganza Caín, Lémej en la (generación) setenta y siete”. (Lémej era descendiente de Caín en sexta generación. Lémej era muy
anciano y su vista estaba debilitada, por eso, para cazar solía salir
junto con su hijo Tuval Caín. Detrás de un arbusto, Tuval Caín vio los cuernos
de un animal y se lo informó a su padre quien disparó. Pero resulta que no
era un animal sino Caín; y Lémej, al percibir que había asesinado a su
ancestro, en su ira golpeó a su hijo Tuval Caín y lo mató también).
Adam continúa procreando
Adam conoció (cohabitó) nuevamente con su mujer y ella dio a luz un hijo. (Otra interpretación: En lugar de “Cohabitó nuevamente con su mujer”: “A Adam se le potenció aún más la libido y cohabitó con su mujer”. Esta era la primera relación en 130 años. Después de la muerte de Hével, Adam se separó de su esposa, y ahora volvían a unirse). Le puso el nombre de Shet: “porque Elohim me ha designado (lit: shat) otro descendiente en lugar de Hével, a quien mató Caín.”
4:26 וּ·לְ·שֵׁ֤ת ul·Shet גַּם־ gam- הוּא֙ hu יֻלַּד־ yul·lad- בֵּ֔ן Ben, וַ·יִּקְרָ֥א vai·yik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֖·וֹ she·Mo אֱנ֑וֹשׁ e·Noosh; אָ֣ז 'az הוּחַ֔ל hu·Chal, לִ·קְרֹ֖א lik·Ro בְּ·שֵׁ֥ם be·Shem יְהוָֽה׃ A·do·Nai. פ Peh
También a Shet le nació un
hijo y lo llamó Enosh (“humano”). Desde
entonces invocar el nombre de יהוה se
hizo algo profano. (Es decir, se comenzó a llamar a personas y
estatuillas con nombres Divinos, convirtiéndolos en deidades).
CAPITULO 5
Genealogía de la humanidad: Diez generaciones de
Adam a Nóaj (Noé)
5:1 זֶ֣ה zeh סֵ֔פֶר Se·fer, תּוֹלְדֹ֖ת tol·Dot אָדָ֑ם 'a·Dam; בְּ·י֗וֹם be·Yom, בְּרֹ֤א be·Ro אֱלֹהִים֙ E·lo·Him אָדָ֔ם 'a·Dam, בִּ·דְמ֥וּת bid·Mut אֱלֹהִ֖ים E·lo·Him עָשָׂ֥ה 'a·Sah אֹתֽ·וֹ׃ o·To.
Ésta es la
crónica de los descendientes de Adam (“Ésta es la
genealogía del género humano”), el día en que creó Elohim a Adam, a la semejanza
de Elohim lo hizo. (De la paráfrasis del texto hebreo, desprenden los
Sabios que Adam comenzó a procrear el mismo día en que fue creado).
5:2 זָכָ֥ר za·Char וּ·נְקֵבָ֖ה u·ne·ke·Vah בְּרָאָ֑·ם be·ra·'Am; וַ·יְבָ֣רֶךְ vay·Va·rech אֹתָ֗·ם 'o·Tam, וַ·יִּקְרָ֤א vai·yik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמָ·ם֙ she·Mam אָדָ֔ם 'a·Dam, בְּ·י֖וֹם be·Yom הִבָּֽרְאָֽ·ם׃ hib·Ba·re·'Am. ס sa·Mek
Hombre y
mujer los creó, los bendijo y llamó su nombre Adam (hombre), el día en que fueron creados.
5:3 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi אָדָ֗ם 'a·Dam, שְׁלֹשִׁ֤ים she·lo·Shim וּ·מְאַת֙ u·me·'At שָׁנָ֔ה sha·Nah, וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בִּ·דְמוּת֖·וֹ bid·mu·To כְּ·צַלְמ֑·וֹ ke·tzal·Mo; וַ·יִּקְרָ֥א vai·yik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֖·וֹ she·Mo שֵֽׁת׃ Shet.
Cuando Adam
tenía 130 años tuvo (un hijo) a su semejanza y a su
imagen, y lo llamó Shet.
5:4 וַ·יִּֽהְי֣וּ vai·yih·Yu יְמֵי־ ye·mei- אָדָ֗ם 'a·Dam, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- שֵׁ֔ת Shet, שְׁמֹנֶ֥ה she·mo·Neh מֵאֹ֖ת me·'Ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Adam vivió
800 años después de haber tenido a Shet, y tuvo hijos e hijas.
5:5 וַ·יִּֽהְי֞וּ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵ֤י ye·Mei אָדָם֙ 'a·Dam אֲשֶׁר־ 'a·Sher- חַ֔י Chai, תְּשַׁ֤ע te·Sha' מֵאוֹת֙ me·'Ot שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁלֹשִׁ֖ים u·she·lo·Shim שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Adam vivió
en total 930 años, y falleció.
5:6 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- שֵׁ֕ת shet חָמֵ֥שׁ cha·Mesh שָׁנִ֖ים sha·Nim וּ·מְאַ֣ת u·me·'At שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- אֱנֽוֹשׁ׃ e·Noosh.
Shet tenía
105 años cuando tuvo a Enosh.
5:7 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- שֵׁ֗ת Shet, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- אֱנ֔וֹשׁ e·Noosh, שֶׁ֣בַע She·va' שָׁנִ֔ים sha·Nim, וּ·שְׁמֹנֶ֥ה u·she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber tenido a Enosh, Shet vivió 807 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:8 וַ·יִּֽהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵי־ ye·mei- שֵׁ֔ת Shet, שְׁתֵּ֤ים she·Teim עֶשְׂרֵה֙ 'es·Reh שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·תְשַׁ֥ע u·te·Sha' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Shet vivió
en total 912 años, y falleció.
5:9 וַֽ·יְחִ֥י vay·Chi אֱנ֖וֹשׁ e·Noosh תִּשְׁעִ֣ים tish·'Im שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- קֵינָֽן׃ kei·Nan.
Enosh tenía
90 años cuando tuvo a Kenán.
5:10 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi אֱנ֗וֹשׁ e·Noosh, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- קֵינָ֔ן kei·Nan, חֲמֵ֤שׁ cha·Mesh עֶשְׂרֵה֙ 'es·Reh שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁמֹנֶ֥ה u·she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber engendrado a Kenán, Enosh vivió 815 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:11 וַ·יִּֽהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵ֣י ye·Mei אֱנ֔וֹשׁ e·Noosh, חָמֵ֣שׁ cha·Mesh שָׁנִ֔ים sha·Nim, וּ·תְשַׁ֥ע u·te·Sha' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Enosh
vivió en total 905 años, y falleció.
5:12 וַֽ·יְחִ֥י vay·Chi קֵינָ֖ן kei·Nan שִׁבְעִ֣ים shiv·'Im שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- מַֽהֲלַלְאֵֽל׃ Ma·ha·lal·'El.
Kenán tenía
70 años cuando tuvo a Mahalalel.
5:13 וַ·יְחִ֣י vay·Chi קֵינָ֗ן kei·Nan, אַחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- מַֽהֲלַלְאֵ֔ל ma·ha·lal·'El, אַרְבָּעִ֣ים 'ar·ba·'Im שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁמֹנֶ֥ה u·she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber engendrado a Mahalalel, Kenán vivió 840 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:14 וַ·יִּֽהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵ֣י ye·Mei קֵינָ֔ן kei·Nan, עֶ֣שֶׂר 'E·ser שָׁנִ֔ים sha·Nim, וּ·תְשַׁ֥ע u·te·Sha' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Kenán vivió
en total 910 años, y falleció.
5:15 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi מַֽהֲלַלְאֵ֔ל ma·ha·lal·'El, חָמֵ֥שׁ cha·Mesh שָׁנִ֖ים sha·Nim וְ·שִׁשִּׁ֣ים ve·shish·Shim שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- יָֽרֶד׃ Ya·red.
Mahalalel
tenía 65 años cuando tuvo a Iared.
5:16 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi מַֽהֲלַלְאֵ֗ל ma·ha·lal·'El, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- יֶ֔רֶד Ye·red, שְׁלֹשִׁ֣ים she·lo·Shim שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁמֹנֶ֥ה u·she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber engendrado a Iared, Mahalalel vivió 830 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:17 וַ·יִּהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵ֣י ye·Mei מַהֲלַלְאֵ֔ל ma·ha·lal·'El, חָמֵ֤שׁ cha·Mesh וְ·תִשְׁעִים֙ ve·tish·'Im שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁמֹנֶ֥ה u·she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Mahalalel
vivió en total 895 años, y falleció.
5:18 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- יֶ֕רֶד Ye·red שְׁתַּ֧יִם she·Ta·yim וְ·שִׁשִּׁ֛ים ve·shish·Shim שָׁנָ֖ה sha·Nah וּ·מְאַ֣ת u·me·'At שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- חֲנֽוֹךְ׃ cha·Noch.
Iared tenía
162 años cuando tuvo a Janoj.
5:19 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- יֶ֗רֶד Ye·red, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- חֲנ֔וֹךְ cha·Noch, שְׁמֹנֶ֥ה she·mo·Neh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber engendrado a Janoj, Iared vivió 800 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:20 וַ·יִּֽהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵי־ ye·mei- יֶ֔רֶד Ye·red, שְׁתַּ֤יִם she·Ta·yim וְ·שִׁשִּׁים֙ ve·shish·Shim שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·תְשַׁ֥ע u·te·Sha' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. פ Peh
Iared vivió
en total 962 años, y falleció.
5:21 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi חֲנ֔וֹךְ cha·Noch, חָמֵ֥שׁ cha·Mesh וְ·שִׁשִּׁ֖ים ve·shish·Shim שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- מְתוּשָֽׁלַח׃ me·tu·Sha·lach.
Janoj tenía
65 años cuando engendró a Metushelaj.
5:22 וַ·יִּתְהַלֵּ֨ךְ vai·yit·hal·Lech חֲנ֜וֹךְ cha·Noch אֶת־ 'et- הָֽ·אֱלֹהִ֗ים ha·'E·lo·Him, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- מְתוּשֶׁ֔לַח me·tu·She·lach, שְׁלֹ֥שׁ she·Losh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Janoj anduvo
con Elohim durante 300 años después de haber tenido a Metushelaj. Y tuvo hijos
e hijas.
5:23 וַ·יְהִ֖י vay·Hi כָּל־ kol- יְמֵ֣י ye·Mei חֲנ֑וֹךְ cha·Noch; חָמֵ֤שׁ cha·Mesh וְ·שִׁשִּׁים֙ ve·shish·Shim שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁלֹ֥שׁ u·she·Losh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָֽה׃ sha·Nah.
Janoj vivió
en total 365 años.
5:24 וַ·יִּתְהַלֵּ֥ךְ vai·yit·hal·Lech חֲנ֖וֹךְ cha·Noch אֶת־ 'et- הָֽ·אֱלֹהִ֑ים ha·'E·lo·Him; וְ·אֵינֶ֕·נּוּ ve·'ei·Nen·nu כִּֽי־ ki- לָקַ֥ח la·Kach אֹת֖·וֹ o·To אֱלֹהִֽים׃ E·lo·Him. פ Peh
Janoj anduvo
con Elohim y desapareció, porque Elohim lo tomó (antes de tiempo. Janoj era un virtuoso, aunque débil de convicciones. Por
eso יהוה lo retiró del mundo, para evitar
que cayera en la inmoralidad. Conforme con la Tradición, ingresó al
Paraíso sin haber muerto.)
5:25 וַ·יְחִ֣י vay·Chi מְתוּשֶׁ֔לַח me·tu·She·lach, שֶׁ֧בַע She·va' וּ·שְׁמֹנִ֛ים u·she·mo·Nim שָׁנָ֖ה sha·Nah וּ·מְאַ֣ת u·me·'At שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led אֶת־ 'et- לָֽמֶךְ׃ La·mech.
Metushelaj
tenía 187 años cuando tuvo a Lémej.
5:26 וַֽ·יְחִ֣י vay·Chi מְתוּשֶׁ֗לַח me·tu·She·lach, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- לֶ֔מֶךְ Le·mech, שְׁתַּ֤יִם she·Ta·yim וּ·שְׁמוֹנִים֙ u·she·mo·Nim שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁבַ֥ע u·she·Va' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de haber engendrado a Lémej, Metushelaj vivió 782 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:27 וַ·יִּהְיוּ֙ vai·yih·Yu כָּל־ kol- יְמֵ֣י ye·Mei מְתוּשֶׁ֔לַח me·tu·She·lach, תֵּ֤שַׁע Te·sha' וְ·שִׁשִּׁים֙ ve·shish·Shim שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·תְשַׁ֥ע u·te·Sha' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. פ Peh
Metushelaj
vivió en total 969 años, y falleció.
5:28 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- לֶ֕מֶךְ Le·mech שְׁתַּ֧יִם she·Ta·yim וּ·שְׁמֹנִ֛ים u·she·mo·Nim שָׁנָ֖ה sha·Nah וּ·מְאַ֣ת u·me·'At שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֖וֹלֶד vai·Yo·led בֵּֽן׃ Ben.
Lémej tenía
182 años cuando tuvo un hijo («hijo» y
«construir» comparten en hebreo la misma raíz. De modo que la implicancia
del versículo sería: «tuvo un hijo que construiría el
mundo.»)
5:29 וַ·יִּקְרָ֧א vai·yik·Ra אֶת־ 'et- שְׁמ֛·וֹ she·Mo נֹ֖חַ No·ach לֵ·אמֹ֑ר le·Mor; זֶ֞ה֠ zeh יְנַחֲמֵ֤·נוּ ye·na·cha·Me·nu מִֽ·מַּעֲשֵׂ֙·נוּ֙ mi·ma·'a·Se·nu וּ·מֵ·עִצְּב֣וֹן u·me·'itz·tze·Von יָדֵ֔י·נוּ ya·Dei·nu, מִן־ min- הָ֣·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher אֵֽרְרָ֖·הּ 'e·re·Rah יְהוָֽה׃ A·do·Nai.
Y lo llamó «Nóaj»,
significando: “Éste nos dará descanso de nuestra obra y del sufrimiento de
nuestras manos, a causa de la tierra que יהוה ha
maldecido.” (La voz Nóaj deriva de (ienajamenu, que
significa descanso. Porque Nóaj inventó el arado y así facilitó las
labores agrícolas.) (A raíz de la maldición que recibió como
consecuencia de la transgresión de Adam y Javá, la tierra producía cardos
y espinos en vez de cereales, situación que cesó con el surgimiento de
Nóaj.)
5:30 וַֽ·יְחִי־ vay·chi- לֶ֗מֶךְ Le·mech, אַֽחֲרֵי֙ 'a·cha·Rei הוֹלִיד֣·וֹ ho·li·Do אֶת־ 'et- נֹ֔חַ No·ach, חָמֵ֤שׁ cha·Mesh וְ·תִשְׁעִים֙ ve·tish·'Im שָׁנָ֔ה sha·Nah, וַ·חֲמֵ֥שׁ va·cha·Mesh מֵאֹ֖ת me·'Ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֥וֹלֶד vai·Yo·led בָּנִ֖ים ba·Nim וּ·בָנֽוֹת׃ u·va·Not.
Después de
haber engendrado a Nóaj, Lémej vivió 595 años. Y tuvo hijos e hijas.
5:31 וַֽ·יְהִי֙ vay·Hi כָּל־ kol- יְמֵי־ ye·mei- לֶ֔מֶךְ Le·mech, שֶׁ֤בַע She·va' וְ·שִׁבְעִים֙ ve·shiv·'Im שָׁנָ֔ה sha·Nah, וּ·שְׁבַ֥ע u·she·Va' מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יָּמֹֽת׃ vai·ya·Mot. ס sa·Mek
Lémej vivió
en total 777 años, y falleció.
5:32 וַֽ·יְהִי־ vay·hi- נֹ֕חַ No·ach בֶּן־ ben- חֲמֵ֥שׁ cha·Mesh מֵא֖וֹת me·'ot שָׁנָ֑ה sha·Nah; וַ·יּ֣וֹלֶד vai·Yo·led נֹ֔חַ No·ach, אֶת־ 'et- שֵׁ֖ם shem אֶת־ 'et- חָ֥ם cham וְ·אֶת־ ve·'Et יָֽפֶת׃ Ya·fet.
Nóaj tenía 500 años de edad cuando fue padre (es decir, cuando comenzó a procrear.) Nóaj tuvo a Shem, a Jam y a Iafet. (Iafet era el mayor, pero menciona a Shem en primer término porque era un virtuoso y porque de él derivaría Abraham.)
CAPITULO 6
Las causas del diluvio
6:1 וַֽ·יְהִי֙ vay·Hi כִּֽי־ ki- הֵחֵ֣ל he·Chel הָֽ·אָדָ֔ם ha·'a·Dam, לָ·רֹ֖ב la·Ro עַל־ 'al- פְּנֵ֣י pe·Nei הָֽ·אֲדָמָ֑ה ha·'a·da·Mah; וּ·בָנ֖וֹת u·va·Not יֻלְּד֥וּ yul·le·Du לָ·הֶֽם׃ la·Hem.
Los hombres
empezaron a multiplicarse sobre la superficie de la tierra y les nacieron
hijas.
6:2 וַ·יִּרְא֤וּ vai·yir·'U בְנֵי־ ve·nei- הָֽ·אֱלֹהִים֙ ha·'E·lo·Him אֶת־ 'et- בְּנ֣וֹת be·Not הָֽ·אָדָ֔ם ha·'a·Dam, כִּ֥י ki טֹבֹ֖ת to·Vot הֵ֑נָּה Hen·nah; וַ·יִּקְח֤וּ vai·yik·Chu לָ·הֶם֙ la·Hem נָשִׁ֔ים na·Shim, מִ·כֹּ֖ל mik·Kol אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher בָּחָֽרוּ׃ ba·Cha·ru.
Cuando los
hijos de los dignatarios vieron que las mujeres (—las hijas del hombre—) eran hermosas, tomaron para sí mujeres que
seleccionaron (de cualquier especie. Esta expresión alude a un
descontrol sexual. Tomaban cualquier especie para cohabitar: mujeres
casadas, solteras, hombres e incluso animales). (Esos «hijos de los
dignatarios» podrían haber sido ángeles que cayeron. O bien, hijos de
jueces o de gobernantes. Otra interpretación: serían los hijos de Shet,
que cohabitaron con las hijas de Caín.)
6:3 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer יְהוָ֗ה A·do·Nai לֹֽא־ lo- יָד֨וֹן ya·Don רוּחִ֤·י ru·Chi בָֽ·אָדָם֙ va·'a·Dam לְ·עֹלָ֔ם le·'o·Lam, בְּ·שַׁ·גַּ֖ם be·shag·Gam ה֣וּא hu בָשָׂ֑ר va·Sar; וְ·הָי֣וּ ve·ha·Yu יָמָ֔י·ו ya·Mav, מֵאָ֥ה me·'Ah וְ·עֶשְׂרִ֖ים ve·'es·Rim שָׁנָֽה׃ sha·Nah.
Dijo יהוה: “Mi espíritu no continuará debatiendo eternamente (si destruir o no al hombre). Él no es más que carne. Sus
días serán 120 años (y si no se corrigen en ese lapso les enviaré el
diluvio.)” («El hombre no es más
que carne insustancial; y ni siquiera así es capaz de subyugarse ante Mí.».
6:4 הַ·נְּפִלִ֞ים han·ne·fi·Lim הָי֣וּ ha·Yu בָ·אָרֶץ֮ va·'a·Retz בַּ·יָּמִ֣ים bai·ya·Mim הָ·הֵם֒ ha·Hem וְ·גַ֣ם ve·Gam אַֽחֲרֵי־ 'a·cha·rei- כֵ֗ן Chen, אֲשֶׁ֨ר 'a·Sher יָבֹ֜אוּ ya·Vo·'u בְּנֵ֤י be·Nei הָֽ·אֱלֹהִים֙ ha·'E·lo·Him אֶל־ 'el- בְּנ֣וֹת be·Not הָֽ·אָדָ֔ם ha·'a·Dam, וְ·יָלְד֖וּ ve·yal·Du לָ·הֶ֑ם la·Hem; הֵ֧מָּה Hem·mah הַ·גִּבֹּרִ֛ים hag·gib·bo·Rim אֲשֶׁ֥ר 'a·Sher מֵ·עוֹלָ֖ם me·'o·Lam אַנְשֵׁ֥י 'an·Shei הַ·שֵּֽׁם׃ hash·Shem. פ Peh
Los Nefilim (lit.: ‘caídos’) estaban en la tierra en aquellos días y también
después. Los hijos de los dignatarios cohabitaron con las mujeres y ellas
les dieron hijos (gigantes como eran ellos.) Esos (Nefilim) fueron los “fuertes” (para rebelarse contra יהוה) que
siempre existieron, hombres de renombre. (los nombres de ellos aluden a su decadencia. P. ej.: Irad, Mejuiael,
Metushael, nombres que denotan destrucción). (Los Nefilim eran
los gigantes, los hijos de los ángeles que cayeron, o sea
ángeles que descendieron a la tierra. Se llamaban así porque cayeron y
provocaron la caída -la decadencia- del mundo
terrenal. Esto es un indicador de la debilidad de la materia cuando carece de
un firme sustento espiritual).
6:5 וַ·יַּ֣רְא vai·Yar יְהוָ֔ה A·do·Nai, כִּ֥י ki רַבָּ֛ה rab·Bah רָעַ֥ת ra·'At הָ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam בָּ·אָ֑רֶץ ba·'A·retz; וְ·כָל־ ve·chol יֵ֙צֶר֙ ye·tzer מַחְשְׁבֹ֣ת mach·she·Vot לִבּ֔·וֹ lib·Bo, רַ֥ק rak רַ֖ע ra' כָּל־ kol- הַ·יּֽוֹם׃ hai·Yom.
יהוה vio
que era grande la maldad del hombre en la tierra y que toda consecuencia
de los pensamientos de su corazón era solamente mala, siempre.
6:6 וַ·יִּנָּ֣חֶם vai·yin·Na·chem יְהוָ֔ה A·do·Nai, כִּֽי־ ki- עָשָׂ֥ה 'a·Sah אֶת־ 'et- הָֽ·אָדָ֖ם ha·'a·Dam בָּ·אָ֑רֶץ ba·'A·retz; וַ·יִּתְעַצֵּ֖ב vai·yit·'atz·Tzev אֶל־ 'el- לִבּֽ·וֹ׃ lib·Bo.
Reconsideró יהוה haber hecho al hombre en la tierra y se afligió en Su corazón.
6:7 וַ·יֹּ֣אמֶר vai·Yo·mer יְהוָ֗ה A·do·Nai אֶמְחֶ֨ה 'em·Cheh אֶת־ 'et- הָ·אָדָ֤ם ha·'a·Dam אֲשֶׁר־ 'a·Sher- בָּרָ֙אתִי֙ ba·Ra·ti מֵ·עַל֙ me·'Al פְּנֵ֣י pe·Nei הָֽ·אֲדָמָ֔ה ha·'a·da·Mah, מֵֽ·אָדָם֙ me·'a·Dam עַד־ 'ad- בְּהֵמָ֔ה be·he·Mah, עַד־ 'ad- רֶ֖מֶשׂ Re·mes וְ·עַד־ ve·'ad- ע֣וֹף of הַ·שָּׁמָ֑יִם hash·sha·Ma·yim; כִּ֥י ki נִחַ֖מְתִּי ni·Cham·ti כִּ֥י ki עֲשִׂיתִֽ·ם׃ 'a·si·Tim.
Dijo יהוה: “Disolveré de la superficie de la tierra al hombre que he
creado; desde el hombre hasta el animal, hasta los rastreros y hasta los
seres que vuelan por el cielo, porque Me arrepiento de haberlos hecho.”
6:8 וְ·נֹ֕חַ ve·No·ach מָ֥צָא Ma·tza חֵ֖ן chen בְּ·עֵינֵ֥י be·'ei·Nei יְהוָֽה׃ A·do·Nai. פ Peh
Pero Nóaj le agradó a יהוה.
Seguir con la lectura de la HAFTARAT BERESHIT IESHAIÁ (ISAÍAS) 42:5 - 43:10
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